Madrid se plantea si multar al cliente de la prostituci¨®n callejera
La oposici¨®n, a instancias de UPyD, aboga por sanciones y cursos de sensibilizaci¨®n El Ayuntamiento, aunque es partidario de ese modelo, ve dif¨ªcil su activaci¨®n
La prostituci¨®n no es delito en Espa?a (s¨ª lo es la explotaci¨®n sexual), pero varias ciudades, entre ellas Barcelona, han prohibido que se ejerza en las calles bajo pena de multa tanto para los clientes como para las mujeres. La alcaldesa de Madrid, Ana Botella (Partido Popular), ha apostado en p¨²blico por convertir la ciudad en ¡°inc¨®moda¡± para los primeros, pero se niega a sancionar a las prostitutas. La oposici¨®n, a instancia de Uni¨®n Progreso y Democracia (UPyD), pedir¨¢ en el pr¨®ximo pleno municipal que se apruebe antes de seis meses una ordenanza que deber¨ªa imponer multas a los clientes pero no a las mujeres. Sin embargo, el Ayuntamiento ve dificultades legales y log¨ªsticas insalvables.
El Gobierno local lleva medio a?o de retraso en la elaboraci¨®n de un nuevo plan contra la explotaci¨®n sexual, con vigencia de 2012 a 2016. Su objetivo ser¨¢ ofrecer ¡°apoyo y asistencia integral a quienes deseen abandonar la prostituci¨®n mediante procesos individualizados de recuperaci¨®n personal, formaci¨®n e inserci¨®n sociolaboral¡±. En 2010, la principal demanda de las mujeres a los servicios municipales fue un empleo (47%); el a?o pasado, la unidad m¨®vil del Ayuntamiento realiz¨® 10.713 tomas de contacto con prostitutas, el 90% de ellas extranjeras (aunque desde 2007 hay cada vez m¨¢s espa?olas), y la mayor parte en Villaverde, centro y Casa de Campo.
La ordenanza pretende imponer multas a los clientes y no a las mujeres
El consistorio ¡°no contempla ninguna medida de coacci¨®n ni de represi¨®n dirigida a las v¨ªctimas¡±, y ¡°respeta la libertad de las personas para elegir¡±. En 2003, a?o en el que entr¨® a formar parte del Gobierno municipal dirigido por Alberto Ruiz-Gallard¨®n, Botella asegur¨®: ¡°Yo estoy en contra de legalizar la prostituci¨®n. Solo tendr¨ªa sentido para quien la ejerza como una decisi¨®n libre, quiz¨¢ algunos casos de prostituci¨®n de lujo¡±. Poco despu¨¦s, a?adi¨®: ¡°Aunque se trata de un problema de dif¨ªcil soluci¨®n, hay aspectos en los que tenemos que ser ambiciosos, con la mirada a medio-largo plazo¡±.
Sin embargo, Madrid sigue sin contar con una ordenanza que regule la prostituci¨®n. Barcelona (como Badajoz, Alicante o Granada) sanciona a las prostitutas, con multas de hasta 300 euros por ofrecer servicios sexuales en la calle (y hasta 750 si es cerca de un colegio). Y tambi¨¦n a los clientes (como Albacete y Sevilla), con entre 1.000 y 3.000 euros. La Generalitat catalana (CiU) multiplica por 10 esas sanciones para la prostituci¨®n en carreteras. Y el ministro de Interior, Jorge Fern¨¢ndez D¨ªaz (PP), avanz¨® en junio que pretende luchar en el mismo sentido con ¡°medidas de tipo administrativo y penal¡±.
Botella repiti¨® entonces: ¡°Soy partidaria del modelo sueco, de ayudar a la mujer y multar al cliente¡±. En agosto, la presidenta regional, Esperanza Aguirre (PP), admiti¨® sus diferencias con la alcaldesa y abog¨® por ¡°regular¡± la prostituci¨®n ¡°precisamente para evitar la explotaci¨®n de algunas mujeres que la ejercen¡±.
UPyD llevar¨¢ al pr¨®ximo pleno, a final de mes, una proposici¨®n para instar al Ayuntamiento a ¡°erradicar la prostituci¨®n en los espacios p¨²blicos¡± con la puesta en marcha, como ¡°instrumento clave¡±, de una ordenanza que sancione ¡°la demanda de servicios sexuales en la calle, no as¨ª el ofrecimiento¡±. Propone establecer ¡°una gradaci¨®n¡± en los castigos, de forma que la primera sanci¨®n conlleve trabajos para la comunidad o asistencia de jornadas de concienciaci¨®n. A partir de ah¨ª, los reincidentes recibir¨ªan castigos ¡°pecuniarios y/o administrativos¡±.
La proposici¨®n, elaborado por la concejal Cristina Chamorro, exige al Ayuntamiento ¡°una partida presupuestaria suficiente y diferenciada¡± para el nuevo plan; y seis meses para elaborar y presentar la ordenanza. El Partido Socialista respalda la iniciativa, aunque aporta dos matices: quiere que la sanci¨®n al cliente sea pecuniaria desde el primer momento, puesto que, en su opini¨®n, los cursos de concienciaci¨®n no son efectivos, ¡°como se ha demostrado con el botell¨®n¡±. Y precisa que el dinero recaudado deber¨ªa dedicarse a esa partida presupuestaria para educaci¨®n y ayuda social.
Izquierda Unida est¨¢ negociando tambi¨¦n su apoyo a la proposici¨®n; coincide en castigar ¨²nicamente al cliente, aunque aboga por hacerlo no solo en el caso de la prostituci¨®n callejera. ¡°La anomal¨ªa social es que haya gente que se tenga que prostituir con independencia de d¨®nde lo haga¡±, asegura su l¨ªder municipal, ?ngel P¨¦rez.
Cristina Chamorro ve espacio para el entendimiento, pese a que defiende que se impongan cursos de sensibilizaci¨®n a los clientes antes de multarlos. En cualquier caso, reconoce que el principal papel de la ordenanza ser¨ªa disuasorio, con un factor ejemplarizante en tanto en cuanto la notificaci¨®n de la sanci¨®n llegar¨ªa al cliente a su casa. Seg¨²n sus datos, en Sevilla se han aplicado solo 93 sanciones este a?o, de las que 16 se han cobrado. ¡°Son pasos para iniciar el camino y abrir un debate social¡±, consciente de la dificultad que supone pillar in fraganti al cliente y, sobre todo, demostrar que lo es.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.