Autoestima contra el machismo
¡°Una v¨ªctima de violencia de g¨¦nero es como alguien que sale de la c¨¢rcel¡±, explica una psic¨®loga que las atiende
¡°Pasan a?os as¨ª, entendiendo al maltratador, justific¨¢ndolo, y ni se dan cuenta de que est¨¢n siendo sometidas. Otras s¨ª lo saben, pero dicen que lo soportan por el bien de sus hijos, que se sacrifican por ellos¡±. La psic¨®loga Concepci¨®n Rodr¨ªguez lleva ocho a?os escuchando y combatiendo estos dos argumentos desde su gabinete de Ames, un lugar que bien podr¨ªa ser un gimnasio o la consulta de un fisioterapeuta porque superar una experiencia de malos tratos en la pareja, compara, ¡°es como ejercitarse para volver a correr despu¨¦s de romperse una pierna¡±. Esta especialista es uno de los 80 profesionales que desde 2004 prestan en toda Galicia apoyo psicol¨®gico a mujeres y ni?os v¨ªctimas de violencia machista a trav¨¦s de un convenio entre la Secretar¨ªa Xeral de Igualdade y el Colexio de Psicol¨®gos; su misi¨®n es devolverle a la agredida la autoestima y ayudarle a recuperar su vida social y laboral, a menudo trastornada por golpes y desprecios. Una maltratada es lo m¨¢s parecido, contin¨²a, ¡°a una persona que sale de la c¨¢rcel¡±.
?Solo desde 2009, 1.727 mujeres y ni?os han recibido, dentro de este programa, ayuda psicol¨®gica para dar carpetazo a su convivencia con el maltratador. En la consulta de Concepci¨®n reciben estos d¨ªas terapia siete mujeres, aunque el n¨²mero nunca es fijo porque unas llegan y otras terminan las sesiones ¡ªnormalmente, diez¡ªy se les da de alta. Es frecuente que la v¨ªctima vuelva a requerir atenci¨®n psicol¨®gica cuando se acerca la fecha del juicio; el reencuentro con el agresor suele echar sal en una herida a¨²n abierta. ¡°Lleva un tiempo recuperar la persona que eran antes y adaptarase a las nuevas circunstancias. De repente, ya no tienen que pensar en qu¨¦ cosas enfadan al otro", explica la psic¨®loga.
El patr¨®n de sumisi¨®n y valoraci¨®n negativa de una misma se repite en todas las reci¨¦n llegadas a consulta. Mujeres con m¨¢s de 20 a?os de humillaciones a sus espaldas, ancianas que superan los 70, chicas de 18, paradas con familias que se las ven y se las desean para llegar a fin de mes o v¨ªctimas de clase alta ¡°alta¡±, recalca la terapeuta para dejar claro que la lacra de la violencia machista no entiende ni de generaciones ni de procedencia social. Soportalo, defiende Rodr¨ªguez, es cuesti¨®n de las creencias que a cada quien le han sido inculcadas y del concepto que se tiene de la pareja, a?adido a la erosi¨®n que el maltrato provoca en el car¨¢cter. Y avisa de que para abandonar roles anacr¨®nicos que en la mujer entronizan la comprensi¨®n sumisa todav¨ªa queda mucho porque ¡°la tendencia de las chicas a someterse se sigue viendo¡±
Acompa?¨¢ndo a terapia a las mujeres van en ocasiones los hijos, impresionados por la violencia experimentada en el casa y . "Si son peque?os se recuperan pronto, enseguida entienden que lo que estaba pasando no era normal. Si son adolescentes es m¨¢s dif¨ªcil, porque en esos casos el padre puede ser terrible para ellos", admite la terapeuta. La mayor¨ªa de las mujeres sale adelante, ¡ªaunque no del todo antes de los dos a?os, calcula¡ª pero las hay que perdonan y retiran la denuncia: ¡°La recuperaci¨®n consiste en adaptarse a las nuevas circunstancias. A lo mejor hay cosas que no hay que olvidar¡±.
Reeducar al maltratador
¡°Recuerdo un caso en el que la mujer se quejaba de que su marido le gritaba. ?l dec¨ªa que era normal, que cualquiera pareja, cuando discut¨ªa, sub¨ªa la voz. Pero despu¨¦s me reconoci¨® que lo hac¨ªa para humillarla, para avergonzala delante de los vecinos y conseguir que se callase¡±. Este episodio, frecuente y real, se lo describi¨® al psic¨®logo Joaqu¨ªn Prieto un hombre en terapia para frenar la violencia psicol¨®gica ejercida contra su esposa. El coordinador de Abramos o c¨ªrculo, otro de los programas que el Colexio Oficial de Psic¨®logos desarrolla con la colaboraci¨®n de la Xunta ¡ª en este caso destinado a reeducar a hombres violentos¡ª usa este ejemplo para ilustrar la diferencia entre un maltratador y hombre que simplemente discute en voz alta. ¡°La funci¨®n es siempre la de ejercer el control. Ellos tienen que darse cuenta de que la raz¨®n de su comportamiento es esa y de que tiene consecuencias. Hay personas celosas que no maltratan ni humillan¡±, a?ade Prieto, al frente de un equipo de 38 profesionales.
De los 435 varones atentidos en los once a?os de programa, una cuarentena son de este 2012. La condici¨®n es que no tenga un proceso judicial abierto ni est¨¦n condenados. Si durante la terapia siguen siendo violentos, las sesiones se interrumpen. ¡°En un momento as¨ª hay que denunciar¡±, dice tajante.
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