La ¡°inoportunidad¡± del Consejo Vasco de Finanzas
Como es sabido, la Ley de Territorios Hist¨®ricos (la controvertida LTH) es la norma b¨¢sica que define el entramado institucional de nuestra Autonom¨ªa. Una pieza clave del dise?o es el Consejo Vasco de Finanzas (CVF), ¨®rgano de composici¨®n paritaria, al que corresponde, seg¨²n reza el art¨ªculo 28, determinar la distribuci¨®n de los recursos entre la Hacienda del Gobierno vasco y las Haciendas Forales.
Dicci¨®n tan rotunda (¡°determinar¡±) requiere un par de matizaciones. Primero, existe una metodolog¨ªa muy r¨ªgida y precisa que establece los criterios del reparto, la llamada justamente ¡°ley de metodolog¨ªa de distribuci¨®n de recursos¡±. Y, segundo y m¨¢s importante, los acuerdos del CVF, hasta los adoptados por unanimidad, requieren la aprobaci¨®n expresa del Parlamento vasco, que puede incluso rechazarlos. Y, desde luego, en caso de desacuerdo, el ¨®rgano decisor ¨²ltimo es el Parlamento.
Este doble encorsetamiento ofrece a d¨ªa de hoy un perfil muy singular. La metodolog¨ªa de reparto m¨¢s reciente, acordada en su momento en el seno del CVF, es la aprobada por el legislativo vasco para el per¨ªodo 2007-2011. Termin¨® el quinquenio y la ley 2/2007 de aportaciones no ha sido a¨²n sustituida por otra nueva. Adicionalmente, el lehendakari ha dictado la disoluci¨®n del Parlamento, lo que implica que la exigencia de convertir en normas legales los acuerdos del CVF est¨¢ temporalmente suspendida.
Gobernar desde la minor¨ªa no es la opci¨®n m¨¢s conveniente para el pa¨ªs
Y, sin embargo, no existe formalmente ning¨²n vac¨ªo legal, ni metodol¨®gico ni presupuestario. La disposici¨®n final de la ley de metodolog¨ªa de 2007 prev¨¦ su ampliaci¨®n excepcional para los ejercicios 2012 y siguientes. (Aunque cabe preguntar cu¨¢l es la excepcionalidad que justifica no tener aprobada la nueva ley desde finales de 2011). Por otro lado, la pr¨®rroga de los presupuestos es una t¨¦cnica, tambi¨¦n excepcional, cuya aplicaci¨®n est¨¢ contemplada en todos los niveles institucionales de la Comunidad Aut¨®noma (Gobierno, Diputaciones y Ayuntamientos).
?Cu¨¢l es entonces el problema? Muy sencillo: que nos encontramos ante una excepcionalidad de orden superior, la actual crisis econ¨®mica, que desaconseja de modo tajante adoptar mecanismos sustitutorios o especiales (second best) pensados inicialmente para ¨¦pocas de estabilidad financiera. En un escenario macro donde la recaudaci¨®n de los ingresos se estima a la baja y las pol¨ªticas de recorte del gasto p¨²blico son irremediables, la doble pr¨®rroga, la metodol¨®gica y la presupuestaria, es un disparate tanto t¨¦cnico como pol¨ªtico.
La doble pr¨®rroga es un disparate tanto t¨¦cnico como pol¨ªtico
Y aqu¨ª es donde cobra relieve el papel "determinante" del CVF en la gesti¨®n de las cuentas p¨²blicas. Cada a?o, antes del 15 de octubre, debe llevar a cabo una doble tarea: una, revisar la estimaci¨®n de los ingresos del ejercicio en curso (art. 23 de la Ley de Metodolog¨ªa); y dos, acordar los ingresos para el ejercicio siguiente (art. 29 de la LTH).
La primera tiene una consecuencia inmediata: queda modificada la ¨²ltima de las seis aportaciones que las Diputaciones efect¨²an al Gobierno, la correspondiente al mes de noviembre. Obviamente, cuando los ingresos se estiman inferiores a los inicialmente previstos, la aportaci¨®n se reduce y el d¨¦ficit aumenta.
Por su parte, la segunda de las tareas es el punto crucial de arranque para la elaboraci¨®n de los presupuestos de toda la Comunidad Aut¨®noma. Es donde se define el dato que sirve para fijar las aportaciones de las Diputaciones a Gobierno y Municipios, y, en definitiva, para poder establecer el cap¨ªtulo de ingresos de todos ellos. Es m¨¢s, cada Diputaci¨®n necesita conocer la recaudaci¨®n de las otras dos para as¨ª estimar su propia aportaci¨®n, que est¨¢ en funci¨®n de los ingresos de todos. (Es el llamado efecto Olaberri en la jerga de Lakua, en homenaje al ilustre y habitual colaborador de este peri¨®dico, primero en hacer p¨²blica tan extra?a peculiaridad metodol¨®gica).
Cumplir los deberes marcados para el 15 de octubre significa, seg¨²n parece, m¨¢s d¨¦ficit para 2012 y un empeoramiento del presupuesto de ingresos para 2013. Un trago amargo que el Gobierno est¨¢ decidido a evitar, arguyendo la conveniencia de alejar los trabajos siempre delicados del CVF de la pugna electoral. Argumento pintoresco propio no tanto de un Gobierno, como de un partido que teme da?ar su imagen en el proceso que cierra el 21 de octubre. Vistas las cosas en clave partidista, la mesa del CVF estar¨ªa dividida en dos bloques iguales, con la circunstancia an¨®mala de que el partido que representa a una parte va a contar con un 20% aproximado del respaldo ciudadano. ?Ser¨¢n m¨¢s pac¨ªficas y eficaces las reuniones despu¨¦s del d¨ªa 21, cuando los tres Diputados Generales tengan en frente a una formaci¨®n pol¨ªtica que debe abandonar Ajuria Enea?
Hay que reconocer que la problem¨¢tica presupuestaria, vital hoy para el pa¨ªs, no ha sido una de las prioridades tenidas en cuenta por el lehendakari al se?alar el momento del adelanto electoral. Su inoportunidad es manifiesta. En una situaci¨®n tan excepcional como la que vivimos, toca ahora abordar con precipitaci¨®n y urgencia la direcci¨®n general de toda la pol¨ªtica econ¨®mica de Euskadi, en sus diferentes niveles institucionales, as¨ª como los presupuestos resultantes.
Y en este contexto de irresponsabilidad la misma lecci¨®n una vez m¨¢s: gobernar las instituciones desde la minor¨ªa no es la opci¨®n m¨¢s conveniente para el pa¨ªs, tampoco en los asuntos econ¨®micos. La primera ley metodol¨®gica o de aportaciones naci¨® en 1985 fruto del acuerdo PNV-PSOE. Eran otros tiempos.
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