Las ¨²ltimas almas de la isla desierta
El CSIC se propone buscar supervivientes entre los que marcharon y escribir la historia del abandono de las Illas Atl¨¢nticas, habitadas desde la prehistoria
A Lucas, en casa, le van engarzando en el pecho el sentimiento de colono. Es hijo y nieto de personas que saben moverse sin luz por la noche, y pocos ni?os en el mundo habr¨¢n viajado tantas veces en barco, muchas m¨¢s que en coche. Lucas sopl¨® estos d¨ªas cinco velas en su tarta de cumplea?os, as¨ª que es probable que llegue a ver qu¨¦ pasa al final con los ¨²ltimos de Ons, con sus derechos, con esas tierras que a¨²n se cultivan y esas casas que los habitantes de la isla entienden como propias y el R¨¦xime Xur¨ªdico de la Xunta, en 2001, les permiti¨® ocupar un siglo m¨¢s.
Un siglo pasa r¨¢pido pero da para bastante. Dentro de siete a?os escasos, por ejemplo, se cumplir¨¢n 100 desde aquel d¨ªa en que el m¨¦dico vigu¨¦s Manuel Riob¨® se convirti¨® en due?o de la isla por 250.000 pesetas. Los colonos, por entonces, ya estaban. Llevaban all¨ª por lo menos otro siglo, plantando patatas y pescando pulpo. Eran casi medio millar organizados en ocho barrios, y la poblaci¨®n sigui¨® medrando hasta 1955, momento en que Ons alcanz¨® la c¨²spide en su tabla demogr¨¢fica, con 530 personas.
El equipo encontr¨® ¡°siete entidades arqueol¨®gicas in¨¦ditas¡±
Eso ya no lo vio Riob¨®, ni su hijo, el ¡°se?orito¡± Didio, que a la vista de que empezaba a morir gente por defender ideas como las suyas prefiri¨® suicidarse en 1936. Aunque en el archipi¨¦lago se cuenta que lo hizo con tanta prisa que no tuvo tiempo de dejar sentada en testamento una vieja promesa. La isla ya no ser¨ªa, como estaba hablado, para los colonos. Deb¨ªa de estarse organizando el primer desfile del ¡°a?o de la victoria¡± cuando el Ej¨¦rcito triunfal se apropi¨® de la tierra del difunto para instalar una base de submarinos que luego no fue. Desde entonces y hasta 1984, cuando se traspas¨® la propiedad a la Xunta, Ons fue del Gobierno central. Ahora, por sentencia del Supremo, el Estado tiene que saldar su deuda con la familia Riob¨®, que sigue existiendo, aunque las partes discrepan en el precio.
Con su particular marejada administrativa y humana, Ons es la ¨²ltima isla permanentemente habitada del Parque Nacional das Illas Atl¨¢nticas. En C¨ªes hay quien viene y va. Hace no mucho, los agentes se incautaron de la plantaci¨®n de marihuana con fines terap¨¦uticos que cultivaba un poblador casi perenne. Pero con el cambio de siglo hizo la mudanza la ¨²ltima familia que viv¨ªa all¨ª todo el a?o, y en los noventa hab¨ªa sido noticia en la prensa la muerte de Pichocho, el postrero nativo del archipi¨¦lago vigu¨¦s.
En dos semanas anunciar¨¢n la localizaci¨®n de un castro desconocido
Ahora el Centro Superior de Investigaciones Cient¨ªficas (CSIC), en concreto el Instituto de Ciencias del Patrimonio (Incipit), se propone, seg¨²n la antrop¨®loga Cristina S¨¢nchez Carretero, ¡°escribir la historia del abandono¡± de C¨ªes, pero tambi¨¦n la de S¨¢lvora y Cortegada, y los azarosos cap¨ªtulos inacabados de Ons. El proyecto (Procesos de formaci¨®n y cambio del paisaje cultural del Parque Nacional de las Islas Atl¨¢nticas de Galicia) comenz¨® en 2011 y prev¨¦ su fin en diciembre de 2013. El trabajo entrelaza historia, antropolog¨ªa, arqueolog¨ªa y estudios paleoambientales. El equipo puso rumbo a las islas desde las investigaciones previas que hab¨ªa llevado a cabo una de sus integrantes, la arque¨®loga y antrop¨®loga Paula Ballesteros. Ella hab¨ªa cosechado las palabras de los vecinos de Ons (a¨²n hay casi cien personas que van y vienen para conservar sus derechos sobre las casas, pero no llegan a 15 los que permanecen anclados en la isla grande), y gracias a esto el CSIC posee un archivo de la memoria oral del archipi¨¦lago.
El trabajo de campo sirvi¨® de momento, seg¨²n el CSIC, para localizar ¡°siete entidades arqueol¨®gicas in¨¦ditas¡± y otros restos aislados de cer¨¢mica y metal. Se han hallado concheiros en S¨¢lvora y Cortegada, restos de manufacturas de salaz¨®n en Ons y S¨¢lvora, y en todas partes vestigios de una agricultura prehist¨®rica, a veces aterrazada. Se ha constatado que Ons estaba habitada ya hace 12.000 a?os, en el Paleol¨ªtico Superior, y que entre 2.500 y 1.000 a?os antes de Cristo se formaron las primeras aldeas. Se sab¨ªa de la existencia de castros en Ons y C¨ªes, pero los investigadores aseguran (con sigilo) que en un par de semanas dar¨¢n a conocer la localizaci¨®n de uno que ha sido descubierto en otra de las islas. Los datos recogidos ¡°est¨¢n siendo procesados¡±, todav¨ªa est¨¢n pendientes algunas pruebas de carbono 14, pero una de las conclusiones provisionales del equipo es la de que ¡°la ocupaci¨®n y desocupaci¨®n de las islas fue una constante desde la prehistoria hasta 1970¡±.
A Cristina S¨¢nchez le toca ahora escribir el pr¨®logo. Pretende rastrear los destinos de los ¨²ltimos que marcharon. Algunos estar¨¢n en Vigo o en Bueu, otros en Am¨¦rica. Quiere que le cuenten c¨®mo fue el final y si miraron atr¨¢s al marchar.
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