Y le crecen los enanos
Eso debe de pensar Mariano Rajoy. Ponga usted un circo para esto. No creo, desde luego, que muchos espa?oles le envidien el puesto, o el papel¨®n, por mucha mayor¨ªa absoluta supuestamente c¨®moda que disfrute. El oto?o caliente del que hablaba todo el mundo se refer¨ªa en un principio al acuciante dilema de rescate s¨ª / rescate no y todo el arcoiris de eufemismos incorporados, a ver si las tenazas alcanzaban el subsidio de paro y las pensiones este a?o o el siguiente, a ver si nuestros jefazos de Europa ten¨ªan corazoncito o s¨®lo cartera, a ver si tras tanta ¡°racionalizaci¨®n¡± en sanidad y educaci¨®n quedaba alguien cuerdo, e cos¨¬ via¡Y resulta que no, que el presidente no podr¨¢ dedicarse en exclusiva a hacer de gestor y acr¨®bata econ¨®mico, porque se encuentra de pronto con tres, nada menos que tres adelantos electorales, justo en las tres autonom¨ªas m¨¢s reivindicativas. Sin duda, suficiente para desvelar a un elefante. Por no olvidar la repentina dimisi¨®n de Esperanza Aguirre y cierta rumorolog¨ªa que la sit¨²a, a¨²n m¨¢s que antes, como candidata ideal para sucederle (m¨¢s pronto que tarde).
Alguien me dijo el otro d¨ªa que vivimos en un momento apasionante, apasionante e hist¨®rico, tanto en la pol¨ªtica vasca como en la espa?ola. Como si el tren hubiera cogido velocidad y no supi¨¦ramos exactamente a d¨®nde vamos, ni conducidos por qui¨¦n; como si no supi¨¦ramos si llegar¨¢ el carb¨®n o no, ni si los vagones destartalados seguir¨¢n juntos el viaje o se desviar¨¢n unos de otros. El mayor ¨®rdago lo han dado hasta ahora los nacionalistas catalanes, apostando fuerte por la soberan¨ªa frente a la crisis. Y una de las sorpresas ¡ªya veremos hasta cu¨¢ndo¡ª, el PNV, desmarc¨¢ndose en principio de ese ¨®rdago. El caso es que en las ¨²ltimas semanas hay un creciente runr¨²n de art¨ªculos y tertulias en torno a las f¨®rmulas por las que podr¨ªa solucionarse ¡ª¡°de una vez y para siempre¡±, suspiran los ingenuos o los entusiastas¡ª la cuesti¨®n nacionalista en nuestro pa¨ªs: que si la Ley de Claridad y el derecho a la secesi¨®n (mejor que a la autodeterminaci¨®n), que si la reforma federalista del Estado, etc¨¦tera.
Tras el curso acelerado en econom¨ªa, ruina y finanzas, ahora nos toca convertirnos en peque?os expertos en arquitectura e ingenier¨ªa institucional. Se?ora, ?usted qu¨¦ es, federalista sim¨¦trica o asim¨¦trica?, se oir¨¢ dentro de poco comentar en la cola de la pescader¨ªa. A los nacionalistas les insisten en que ya nadie es soberano en este mundo globalizado, que no persigan ¡°quimeras¡±; y a los constitucionalistas que sugieren convertir Espa?a en un Estado federal, les recuerdan que en realidad los nacionalistas no quieren eso, o lo quieren en todo caso fortaleciendo la asimetr¨ªa, como escalada hacia la total y ¡°quim¨¦rica¡± soberan¨ªa; con escasa o nula lealtad federal, vaya. El tren sigue acelerando y el circo est¨¢ lleno a rebosar. Mariano, qui¨¦n envidia tu suerte¡
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