¡®La casa Emak Bakia¡¯ y la linterna de Man Ray
Oskar Alegr¨ªa presenta junto a Bernardo Atxaga su ¡®¨®pera prima¡¯, la b¨²squeda de la casa donde el impulsor del surrealismo rod¨® su pel¨ªcula m¨¢s libertaria
Un accidente el¨¦ctrico llev¨® a Man Ray (Filadelfia, EE UU, 1890-Par¨ªs, 1976) a tener que utilizar linternas para mostrar una de sus exposiciones fotogr¨¢ficas, convirti¨¦ndose en un juego en las sucesivas puestas de escena del impulsor del surrealismo . En su homenaje, el escritor Bernardo Atxaga y el realizador Oskar Alegr¨ªa presentaron ayer la pel¨ªcula-documental La casa Emak Bakia, que se presenta en el Zinemaldia dentro de Zabaltegi Especiales, con linternas en la penumbra de la Sala Boulevard de San Sebasti¨¢n y con la muestra de Man Ray que la misma acoge como testigo mudo.
El autor de Obabakoak participa en la primera ¨®pera prima del realizador navarro que narra su particular viaje en la b¨²squeda de la casa donde Man Ray rod¨® en 1926, a siete kil¨®metros de Biarritz, su pel¨ªcula m¨¢s libertaria, Emak Bakia. Una cinta, que se ha estrenado en cinco festivales, rodada con una c¨¢mara fotogr¨¢fica, editada en un port¨¢til y sin financiaci¨®n, ¡°realizada casi en pijama¡±, bromea Alegr¨ªa.
Atxaga reconoce que Emak Bakia (traducible por ¡°D¨¦jame en paz¡±) siempre ha tenido un trasfondo simb¨®lico en una ¨¦poca en la que la vanguardia permit¨ªa ciertas licencias a finales de los setenta en Euskadi. Fue entonces cuando cre¨® un movimiento alternativo con el nombre del filme de Man Ray. ¡°Por aquel entonces viv¨ªamos una dictadura y ¨¦sta no permit¨ªa ninguna veleidad realista. Ten¨ªamos acceso a toda esa vanguardia porque imagino que el censor pensaba que el mensaje realista era subversivo mientras el vanguardista era banal y no afectaba pol¨ªticamente. Para m¨ª Emak Bakia era una salida¡±, dice.
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