De iniquidades

Todo parece indicar que este oto?o ser¨¢ duro. No ya para el Gobierno, que tambi¨¦n, sino especialmente para quienes cada vez disponen de menos espacio, y lo que vendr¨¢, donde caerse muertos. Ahora mueren incluso en ambulancia que los traslada a su domicilio con el alta m¨¦dica en el bolsillo a cambio de unos cuantos ansiol¨ªticos, que es como un remedo de la sedaci¨®n a distancia. Se puede conjeturar que tambi¨¦n andaban algo sedados los votantes que dieron a los populares la mayor¨ªa absoluta. Y que tambi¨¦n los socialistas estaban algo sedados al no darse cuenta del todo del bacalao que se les ven¨ªa encima. Pronto la mayor¨ªa de ancianos de este pa¨ªs quedar¨¢ sedado para siempre gracias a los recortes en la asistencia a dependientes y otras minucias similares, y se sabe que aumenta el n¨²mero de pacientes con problemas de desplazamiento que prefieren abonar ¨ªntegro el precio de su medicamento que verse forzado a acudir en taxi a su ambulatorio, ya que le sale algo m¨¢s barato. Y as¨ª, un amigo con un problema de aorta, lo que no es precisamente un simple resfriado, debe tomar un medicamento que vale tres mil euros, por lo que debe pagar a Sanidad trescientos euros al mes. Lo que equivale casi, casi a esa especie de caridad de cuatrocientos euros que con suerte perciben algunos de los que nada tienen. Treinta a?os cotizando a la Seguridad Social para alcanzar desde la nada la fr¨¢gil urdimbre pr¨®xima al desamparo.

Por otra parte, que viene a ser la misma, los escolares (al menos los de la p¨²blica) deber¨¢n incorporar a su mochila la tartera con la comida del mediod¨ªa, que ser¨¢ recalentada en su momento, eso s¨ª, salvo que coman manjares de cocina fr¨ªa del Bulli hasta que lleguen al Bachillerato, con lo malo que resulta eso para la salud a largo plazo. ?Alguien se imagina a Emilio Bot¨ªn (apellido por cierto en todo conveniente a su funci¨®n) acudiendo a las reuniones de los consejos de administraci¨®n y otros actos festivos provisto de su fiambrera a recalentar? Ni el gran Jos¨¦ Luis Olivas ser¨ªa capaz de semejante muestra de solidaridad en tiempos de tanto desconsuelo. Y todav¨ªa hay que agradecer que algunos supermercados hayan dispuesto un sistema de contenedores donde depositan solo comida todav¨ªa servible pero, al parecer, ya invendible, en lugar de mezclarla con sobrantes de otras basuras, a fin de que los reci¨¦n estrenados hambrientos tengan algo que escarbar antes de disponerse a pasar la noche como buenamente puedan.

Se dir¨¢ que todo esto es demagogia, no s¨¦ si pura, si simple, o las dos cosas al tiempo. Pero se trata de un retrato todav¨ªa suave y un tanto risue?o. Mientras tanto, un Nobel de literatura que ama m¨¢s el toreo que a los toros, confundiendo expectativa con destino, se esfuerza de paso en reivindicar por el morro el gran trabajo libertario de Esperanza Aguirre y denuesta a sus adversarios pol¨ªticos en nombre del amor a la libertad que Esperanza no inclu¨ªa precisamente como prioridad com¨²n entre las suyas. Hasta esto hemos llegado.