El duende de Barenboim recupera a j¨®venes inadaptados sin estudios
Un taller musical de Tavernes de Valldigna se convierte en el Candeal espa?ol. La experiencia demuestra que la m¨²sica devuelve la motivaci¨®n a j¨®venes absentistas escolares

No hab¨ªan o¨ªdo mencionar nunca el nombre de estilos musicales como soul, rhythm and blues, jazz, gospel, rock and roll, la m¨²sica country o el latin jazz. Pero les gust¨® el flamenco. Aunque tampoco conoc¨ªan ni a Paco de Luc¨ªa, Camar¨®n, Ketama o Antonio Flores. La historia va sobre 23 j¨®venes de 15 a 18 a?os inadaptados, sin estudios. Su com¨²n denominador es que son absentistas escolares cr¨®nicos, de familias desestructuradas, con un bajo nivel de autoestima y sin ninguna motivaci¨®n que se han reencontrado en el centro de inserci¨®n sociolaboral para menores de Tavernes de Valldigna, a trav¨¦s del Programa de Inserci¨®n de Absentistas Escolares. Aprender a tocar los bongos y el djemb¨¦ les ha devuelto la motivaci¨®n perdida.
Este grupo de j¨®venes se apunt¨® al taller musical dise?ado por Javier Pall¨¢s, estudiante de m¨¢ster para la formaci¨®n en investigaci¨®n universitaria de la Universidad Cat¨®lica San Vicente M¨¢rtir. ¡°Ya que les gust¨® el flamenco¡±, Pall¨¢s intent¨® acercarles a la m¨²sica a trav¨¦s de El amor brujo de Manuel de Falla. Nadie hab¨ªa o¨ªdo hablar ni de la obra ni del compositor. ¡°Pero al ponerles un v¨ªdeo de la Filarm¨®nica de Berl¨ªn dirigida por el maestro Barenboim, interpretando la danza del fuego, a todos les son¨® la m¨²sica¡±, describe el docente. ¡°Aunque no hab¨ªan visto nunca un v¨ªdeo de m¨²sica de cl¨¢sica y menos tocando este repertorio, les gust¨®¡±.
Las anotaciones del diario de la investigaci¨®n ¡ªdurante el tiempo que Pall¨¢s dirigi¨® el taller de dos sesiones semanales de hora y cuarto entre enero y junio de 2011¡ª los j¨®venes pasaron del desinter¨¦s, la jerga soez, los insultos y las peleas a la participaci¨®n.
¡°Aunque no hab¨ªan visto nunca un v¨ªdeo de m¨²sica de cl¨¢sica y menos tocando este repertorio, les gust¨®¡±
Tras una sesi¨®n turbulenta, el 7 de marzo, seg¨²n anota en su diario, Pall¨¢s se dio cuenta de que las actividades did¨¢cticas que hab¨ªa programado para dar a conocer c¨®mo se tocan los bongos y el origen de su utilizaci¨®n en la m¨²sica latina, saltaron por los aires. La canci¨®n de Bongo song, de Safri d¨²o, una fusi¨®n entre m¨²sica electr¨®nica, dance y latina, deriv¨® en una agria discusi¨®n. ¡°Empezaron a insultarse, iban perdiendo la atenci¨®n, hasta el punto que tuve que frenar la situaci¨®n, enfadarme y parar la clase. Todo lo programado se derrumb¨® en cuesti¨®n de segundos¡±, describe. ¡°No pude conseguir que estuvieran un minuto de reloj callados¡±.
?Habr¨ªa sido la m¨²sica la que provoc¨® esta situaci¨®n?, reflexion¨® Pall¨¢s. ¡°Hay estudios que demuestran que la m¨²sica, en funci¨®n del timbre, el ritmo, la armon¨ªa o el tempo, puede provocar efectos calmantes o emociones capaces de alterar el estado an¨ªmico¡±, recoge Pall¨¢s en su diario.
As¨ª que en la siguiente sesi¨®n del 21 de marzo, tras hacerles entonar el mea culpa uno a uno, mientras charlaban les puso de m¨²sica de fondo la sinfon¨ªa n¨²mero 6 de Beethoven, La Pastoral. ¡°Era el primer d¨ªa de primavera, entraba un hermoso sol por la ventana. La m¨²sica les suscit¨® inter¨¦s. Me preguntaban por ella. Aunque de entrada se mostraron reacios con la m¨²sica cl¨¢sica, al contarles lo que el compositor quer¨ªa transmitir, consegu¨ª que escucharan toda la sinfon¨ªa, siendo ellos mismos los que se quedaron sorprendidos¡±, describe Pall¨¢s. En su diario anota: ¡°Estuvimos toda la sesi¨®n hablando y reflexionando sobre su actitud en clase. No me pod¨ªa creer lo que me hab¨ªa pasado¡±.
Pall¨¢s tuvo dificultad para recopilar material did¨¢ctico y realizar una programaci¨®n. Las propias caracter¨ªsticas de los alumnos hac¨ªan que los materiales existentes para Primaria y Secundaria no sirvieran. Para realizar esta experiencia docente, se inspir¨® en referentes como las orquestas juveniles de Venezuela, la de Carlinhos Brown con ni?os de las favelas de Salvador de Bah¨ªa, la orquesta de Lavapi¨¦s de Madrid que colabora con una ONG o la Escuela Intercultural de Alicante.
¡°No se trataba de elegir un libro did¨¢ctico y seguirlo al pie de la letra¡±, explica. ¡°La finalidad del taller no es ense?arles m¨²sica, sino utilizarla para transmitirles disciplina, educaci¨®n, saber estar y adquirir pautas que sirvan para su verdadera integraci¨®n social¡±.
El objetivo se ha cumplido. El presidente de la Federaci¨®n de Sociedades Musicales de la Comunidad Valenciana (FSMCV), Josep Almeria, cree que ¡°los resultados de este trabajo son un paso m¨¢s para abordar un proyecto que integre la m¨²sica en el sistema educativo para lograr un mayor rendimiento de los alumnos¡±.
La FSMCV ha firmado un convenio con la Sociedad para la Educaci¨®n Musical del Estado Espa?ol (SEM-EE) y la Federaci¨®n de Centros de M¨²sica y Conservatorios de la Comunidad Valenciana (Fecemac-CV) para ¡°defender y estimular la educaci¨®n musical¡±. M¨²sica contra el fracaso escolar no s¨®lo es el programa de la FSMCV, sino tambi¨¦n su receta para que Espa?a ¡ªcon una tasa de abandono escolar prematuro del 26,5%, en la Comunidad Valenciana del 29,2%¡ª alcancen el objetivo europeo del 10% en 2020.
La consejera de Educaci¨®n, Mar¨ªa Jos¨¦ Catal¨¢, reconoci¨® en que los resultados de las pruebas de evaluaci¨®n diagn¨®stica 2012 realizadas a 95.812 alumnos confirman que ¡°los que practican dos horas de m¨²sica a la semana superan los objetivos en todas las ¨¢reas de conocimiento¡±.
"M¨²sica de muertos, m¨²sica de violines"
En una de las escenas del diario de investigaci¨®n de Javier Pall¨¢s, el tutor del taller de m¨²sica en el centro ocupacional de Tavernes de Valldigna describe una escena que llama la atenci¨®n por su fuerza. Resuena a la pel¨ªcula El milagro de Candeal, sobre la experiencia de la m¨²sica de Carlinhos Brown con ni?os de las favelas brasile?as. "Pronto irrumpir¨ªa la figura del l¨ªder en el grupo de los alumnos de 17 y 18 a?os", cuenta Pall¨¢s. Se trataba de un chico de etnia gitana, incr¨¦dulo e independiente y que a la vez proven¨ªa de una familia desestructurada: cuatro hermanos de diferentes padres, sin ning¨²n tipo de norma, siendo ¨¦l el mayor. Sus primeras palabras, casi desafiantes, refiri¨¦ndose a la m¨²sica cl¨¢sica fueron: "Ya s¨¦ el tipo de m¨²sica que nos quieres ense?ar, m¨²sica de muertos, la m¨²sica que se toca con violines".
Cuando Javier les hizo rellenar cuestionarios con sus datos m¨¢s b¨¢sicos, otro le respondi¨®: ¡°?Y t¨² para qu¨¦ quieres saber d¨®nde vivo?¡±. Su historia personal no dejaba margen para el optimismo. Hab¨ªa rodado por varios colegios, tras ser expulsado en Tavernes y en otras poblaciones, por incluso ¡°cachetear¡± a una profesora. ¡°Los dos grupos, el de 15 y 16 a?os, y el de 17 y 18, tienen un nivel educativo de cuarto de Primaria, incluso se dio alg¨²n caso de analfabetismo¡±, anot¨® Pall¨¢s.
El Bolero de Ravel fue clave para obtener un cambio de actitud: del pasotismo, a la participaci¨®n proactiva. "Empezaron a interesarse por las caracter¨ªsticas de algunos instrumentos, sobre su sonoridad. Se cre¨® un buen ambiente". De hecho, las discusiones cambiaron de tercio para pasar a hacer preguntas de inter¨¦s. "Javier, ?eso no es un clarinete? "No. Se trata del requinto, el hermano menor del clarinete. Al ser m¨¢s peque?o suena m¨¢s agudo". Es lo m¨¢s parecido al milagro de Candeal, en versi¨®n espa?ola.
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