Chimeneas ¡®sociovergentes¡¯
Qu¨¦ buena ciudad tendr¨ªamos si el socialista Mart¨ª y el convergente Vives discutieran mano a mano el futuro
Las tres chimeneas de Barcelona fueron las del Poble Sec hasta que, hace pocos a?os, se le permiti¨® a Fecsa construir un edificio de oficinas adyacente, un cubo de vidrio negro que las absorbi¨® y les empast¨® el perfil hasta hacerlas invisibles a distancia. Pero all¨ª estaban las tres chimeneas de Sant Adri¨¤ para tomar el relevo. Las ciudades no pueden ser si no tienen referentes visuales, puntos de fuga en el horizonte. La f¨¢brica de electricidad de Sant Adri¨¤ es, en efecto, bell¨ªsima, porque las chimeneas no son cil¨ªndricas y gruesas como las del Paral¡¤lel, sino que, esbeltas, se afinan por la punta superior como si el aire las disolviera poco a poco. De cerca, dan miedo: la estructura es tan poderosa que parece salir de una mente expresionista. Esa textura de polvo de cemento, ese mar recortado. Lo crean o no, el municipio de Sant Adri¨¤ hizo una consulta a sus vecinos para saber si las tres chimeneas ten¨ªan que conservarse, ahora que a Fecsa-Endesa ya no le sirven para nada.
Sant Adri¨¤ es un municipio extra?o. A caballo del Bes¨°s, ese r¨ªo que hace 50 a?os le barri¨® calles y casas porque los desechos que bajaban furiosos del Vall¨¨s, impulsados por la terrible inundaci¨®n, se estancaron en el puente del tren y desbordaron el cauce. Sant Adri¨¤ est¨¢ a caballo del Bes¨°s, por lo que Franco pens¨® que era mejor repartirlo entre Barcelona y Santa Coloma y la gente dijo que ni hablar, a pesar de la dictadura. Todos queremos lo que tenemos. Pero la partici¨®n que impone el r¨ªo es tan radical que el lado barcelon¨¦s es un barrio terminal, nacido tambi¨¦n de la electricidad: la Catalana, que ahora empieza a entrever ¡ªdesde sus casas tapiadas y sus calles vacantes¡ª un poco de futuro.
El alcalde de Sant Adri¨¤, Sito Canga, plante¨® la consulta como un grito de alerta. Cuenta que los chicos de parvulario las dibujan en sus papeles y si se pregunta a los abuelos, todos han trabajado en su construcci¨®n. Pero un Ayuntamiento tan peque?ito no puede hacerse cargo de algo tan simb¨®lico y poderoso: de ah¨ª el gesto del alcalde. La consulta indult¨® las chimeneas. Jordi Mart¨ª, el concejal del PSC que tiene ideas propias, las adora: sue?a una soluci¨®n metropolitana, es decir, generosa, para las chimeneas. De hecho, Jordi Mart¨ª quiere una soluci¨®n metropolitana para Barcelona, una soluci¨®n exagerada porque la vida es metropolitana y es obligado gestionarla y planificarla en la escala correcta, pero ni las dimensiones del pa¨ªs ni la tradici¨®n catalana de la confederaci¨®n permiten incrementar el poder metropolitano con la figura de un alcalde para todos.
Antoni Vives, cabeza pensante de CiU, mencion¨® el otro d¨ªa las chimeneas como ¡°nuestra Tate¡±: estaba el concejal presentando a los gentiles una ciudad compleja, conectada y productiva y al mismo tiempo humana, la cuadratura mediterr¨¢nea del c¨ªrculo global. Mirar las chimeneas y pensar en la Tate Modern es demasiado f¨¢cil, pero Vives est¨¢ situando en Barcelona determinados cl¨²steres ¡ª?como si la ciudad fuera tan grande como Los ?ngeles!¡ª y en el F¨®rum aparece el de la energ¨ªa, de manera que no es una tonter¨ªa plantear la central como un museo de la energ¨ªa, alguna vez se habl¨® de ello. No me gusta: tambi¨¦n es demasiado f¨¢cil hacer un museo en cualquier edificio que debe ser preservado. Los expertos van m¨¢s all¨¢: que las chimeneas sirvan para plantear una manera diferente de tratar el waterfront ¡ªas¨ª me lo dijo Francesc Mu?oz, el creador del fin¨ªsimo concepto de urbanalizaci¨®n. Ser¨ªa una manera inteligente de provocar el efecto Nueva York, donde un edificio ins¨®lito vivifica barrios olvidados porque atrae a ese urbanita curioso que quiere emociones est¨¦ticas. Las chimeneas convertidas en un sitio donde ¡°pasan cosas¡±, un sitio que producir¨ªa nuevos formatos culturales y urbanos.
Dos cosas m¨¢s: que Endesa, que una vez pact¨® regalar la central a cambio de las plusval¨ªas del terreno circundante, est¨¢ vaciando literalmente la f¨¢brica de sus elementos ¡°vendibles¡±, igual que los chatarreros recuperan, es un decir, el cobre que encuentran por ah¨ª. Y la segunda: qu¨¦ buena ciudad tendr¨ªamos si Mart¨ª y Vives se pusieran a discutir mano a mano el futuro. O sea, qu¨¦ bonita ser¨ªa la sociovergencia urbana.
Patricia Gabancho es escritora.
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