El fin de la sinonimia
Decir PP y Comunidad Valenciana era lo mismo. Hoy ese axioma ha empezado a derrumbarse
Alberto Fabra afronta su segundo 9 d¡¯Octubre como presidente del Consell. El a?o pasado augur¨® grandes sacrificios (los ha llevado a cabo) en el mismo discurso oficial en el que hizo, como presidente, un llamamiento a los valencianos (a todos) a ser decisivos para impulsar el cambio (votar a Mariano Rajoy para desalojar al PSOE de la Moncloa). Entonces acababa de entrar en el Palau de la Generalitat, pero tra¨ªa bien asumido el modelo de sus antecesores: entre el PP y la Comunidad Valenciana hab¨ªa una relaci¨®n de sinonimia total. Eran t¨¦rminos intercambiables en un mismo contexto, dos modos de expresar lo mismo. Es decir, la Generalitat, la Comunidad Valenciana y el PP eran un local di¨¢fano en el que suced¨ªa todo sin l¨ªneas rojas. Fabra, por consiguiente, dispon¨ªa de barra libre para, en sede institucional, ofrecer con total impunidad un peaje (grandes sacrificios) a los ciudadanos y se?alarles el camino electoral que lo recompensar¨ªa (Rajoy).
Un a?o despu¨¦s ese axioma, que tanta rentabilidad electoral ha devengado al partido (una de cada dos personas que pasaban por la calle votaba al PP), ha empezado a derrumbarse en la demoscopia, en buena parte como consecuencia de la frustraci¨®n de esa misma expectativa que Fabra condicion¨® al sacrificio. La llegada de Rajoy a la Moncloa ha empeorado las cosas no solo a los ciudadanos (se ha deteriorado el Estado del bienestar, as¨ª como las condiciones laborales y la protecci¨®n social, mientras se han disparado los impuestos, el desempleo y la desesperanza), sino tambi¨¦n a la Comunidad Valenciana, que acaba de sufrir el desprecio del Mes¨ªas que prometi¨® Fabra en las inversiones del Estado.
Fabra est¨¢ mucho m¨¢s acorralado que el anterior 9 d¡¯Octubre tambi¨¦n por su propio desgaste. Un a?o despu¨¦s, el Consell que hered¨® de Camps ya es el suyo. Demor¨® m¨¢s all¨¢ del l¨ªmite la opci¨®n de configurar un Ejecutivo propio con el objeto de que quienes tuvieran que llevar a cabo las medidas m¨¢s duras acabaran absorbiendo todo el impacto de la erosi¨®n, para luego maquillar esa corrosi¨®n con una remodelaci¨®n del Consell a la medida que le permitiera refrescar su imagen y visualizar un antes y un despu¨¦s. Sin embargo, la cara del presidente ya resulta indisociable de lo que han hecho los miembros del Consell heredados, incluso la combusti¨®n derivada de la situaci¨®n financiera de la Generalitat ya broncea demasiado a los que ha nombrado ¨¦l, como es el caso (por citar uno) de M¨¢ximo Buch, quien cada d¨ªa se parece m¨¢s al vecino del ¨¢tico de la 13 Rue del Percebe (siempre huyendo de los acreedores). Esa dura realidad ha estropeado el sistema aplicado por el PP en los ¨²ltimos 17 a?os, hasta el punto que Fabra ya ni siquiera utiliza aquel par¨¢metro para calcular un futuro electoral en el que el bipartidismo (con el PSPV enquistado) ya no le garantiza la estabilidad ante la inminente atomizaci¨®n de su partido. Lo que quiz¨¢ explique por qu¨¦ se ha puesto a reba?ar el bid¨®n del anticatalanismo.
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