Tint¨ªn en Barcelona
Los seguidores del icono de Herg¨¦ se citaron en el octavo encuentro de ¡®tintinaires¡¯ de Catalu?a
Tint¨ªn, la creaci¨®n de Georges Remi (Bruselas, 1907-Lovaina, 1983), m¨¢s conocido como Herg¨¦, se ha convertido este fin de semana en el gran protagonista del barrio barcelon¨¦s de Sant Andreu de Palomar. Esta c¨¦lebre cita de tintinaires, como se les conoce a los seguidores catalanes del reportero belga, se realizaba por primera vez en Barcelona. El encuentro, titulado Trobada de tintinaires, lleva ocho ediciones a sus espaldas y ya ha dejado huella en ciudades como Matar¨®, Sabadell, Figueres o Palma de Mallorca.
La primera convenci¨®n que se realiz¨® sobre los objetos de los c¨®mics de Tint¨ªn fue en 1979 en Bruselas, ciudad natal de Herg¨¦, y se cre¨® entonces una exposici¨®n sobre los objetos que han aparecido en Las aventuras de Tint¨ªn, todos ellos perfectamente documentados. Desde entonces se han realizado incontables convenciones, charlas y encuentros en los lugares m¨¢s insospechados, ya sea para conservar la memoria de Herg¨¦, intentar que las nuevas generaciones mantengan la pasi¨®n por Tint¨ªn o rendir tributo a una colecci¨®n que para los expertos es un reflejo de la historia del siglo XX.
Para Pau Vinyes, uno de los miembros de la junta de 1001, la Asociaci¨®n Catalana de Tintinaires que organiza la cita, son muchos los factores que han podido provocar el ¨¦xito de Tint¨ªn en Catalu?a desde su primera publicaci¨®n en catal¨¢n. Precisamente es el primer n¨²mero traducido al catal¨¢n, Las joyas de la Castafiore, uno de los factores m¨¢s importantes para explicar el ¨¦xito. Dicho ¨¢lbum aparece a principios de los a?os sesenta, en una ¨¦poca en la que el r¨¦gimen empezaba a permitir las traducciones literarias extranjeras.
El primer n¨²mero traducido al catal¨¢n, Las joyas de la Castafiore, uno de los factores m¨¢s importantes para explicar el ¨¦xito
As¨ª la Editorial Juventud, que ya preparaba la edici¨®n castellana, decidi¨® hacer la versi¨®n catalana, con la traducci¨®n a cargo del periodista Joaquim Ventall¨®. ¡°Muchos j¨®venes aprendieron el catal¨¢n de ¨¢lbumes de Tint¨ªn, ya que en la escuela no lo pod¨ªamos aprender¡± recuerda Vinyes. Adem¨¢s insiste en la importancia que supone para entender el fen¨®meno T¨ªntin del tr¨¢fico de tebeos de padres a hijos. As¨ª se cultivaba y se cultiva el gusto por las historietas de Herg¨¦. En este sentido, Joan Cagigal, de la librer¨ªa Haiku, mantiene que a pesar del paso de los a?os, en la actualidad se conserva esta herencia tan peculiar entre tintinaires veteranos y j¨®venes. Hay diferencias: los m¨¢s peque?os prefieren las figuritas de los pintorescos personajes de Herg¨¦, los padres siguen comprando los ¨¢lbumes, quiz¨¢ para poder ver reflejada en sus hijos su propia infancia, aquella en la que disfrutaban de las aventuras del reportero belga.
Los aquelarres de tintinaires son un tanto peculiares y no es raro poder encontrar al mism¨ªsimo Capit¨¢n Haddock dej¨¢ndose hacer fotos. Durante toda la semana pasada, los escaparates de algunos de los comercios de Sant Andreu han estado te?idos con motivos del conocido reportero del Petit Vingti¨¨me, lo que hizo que gran parte del barrio barcelon¨¦s se volcara con el encuentro. La presencia de coches cl¨¢sicos que han aparecido en algunos de los n¨²meros de Tint¨ªn, hizo m¨¢s vistoso un acto que congreg¨® a centenares de curiosos. Entre los coches que participaron en el singular recorrido se hallaba un Citro?n 15 que aparece en El caso Tornasol, un Jeep Willys que protagoniza la portada de Objetivo: La luna o un Renault Dauphin¨¦, correspondiente al n¨²mero Tint¨ªn en el Tibet. Herg¨¦ fue un aut¨¦ntico apasionado de los coches, tanto que en el mundo de Tint¨ªn, los autom¨®viles tienen una presencia fundamental. Se han llegado a identificar al menos setenta y nueve modelos reales, dibujados con gran rigor, aunque en total aparecen unos 153 modelos, teniendo en cuenta coches, camiones, coches de carreras y caravanas.
El movido y sugerente mundo de Tint¨ªn naci¨® en 1930 de la imaginaci¨®n de Herg¨¦, que muy probablemente ni se imaginaba que, con las historias que se le ocurr¨ªan para el peque?o reportero, podr¨ªa reunir seguidores que seguir¨ªan record¨¢ndole anualmente a?os despu¨¦s de haber fallecido. No es raro entonces que cuando una se?ora verbaliza ¡°por venir aqu¨ª me he perdido la misa¡±, alguien pueda contestarle que ser fan de Tint¨ªn es tambi¨¦n otro modo de religi¨®n.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.