El cambio que se cuece
"Al molt honorable Alberto Fabra se le rebela la granja y de la calle solo le llegan quejidos"
La noticia pol¨ªtica de la semana ¡ªy quiz¨¢ de los tres ¨²ltimos lustros¡ª en el Pa¨ªs Valenciano ha sido el vuelco electoral que revelaba el sondeo de Metroscopia publicado el martes pasado en estas p¨¢ginas. Por primera vez en todos estos a?os, como bien sabe el lector, la izquierda ganar¨ªa unas elecciones auton¨®micas si se celebrasen en estos momentos. Un resultado que solo se present¨ªa en algunos mentideros, incluso en el seno del PP, pero que se fundaba sobre todo, aunque no ¨²nicamente, en la percepci¨®n del convulso clima social y la degradaci¨®n de la gesti¨®n del Gobierno como consecuencia de la crisis galopante, el aluvi¨®n de problemas judiciales que se abate sobre los populares y la debilidad de su liderazgo.
Ahora bien, faltaba el dato, la cuantificaci¨®n de la victoria, y en este sentido hemos de confesar que para muchos ha sido sorprendente, no tanto por el estir¨®n de Comprom¨ªs y EU, en cierto modo esperable y a¨²n mejorable, sino por el encogimiento del PSPV, que de persistir en esta depresi¨®n corre el riesgo de convertirse en una fuerza residual e innecesaria para configurar en su d¨ªa un gobierno progresista. Tanta decantaci¨®n hacia el centro y hacia la ambig¨¹edad han sumido en la confusi¨®n a su menguante clientela. Tiempo tiene, aunque muy justo, para enmendar el derrotero y recuperar el espacio que aparentemente le corresponde. Otro dato halag¨¹e?o ha sido la valoraci¨®n de las l¨ªderes de las mencionadas formaciones rampantes, M¨°nica Oltra y Marga Sanz, las ¨²nicas que superan el aprobado que otorgan los consultados y preludian as¨ª que la presidencia de la Generalitat recaiga en una mujer. Que, por cierto, ya va siendo hora.
En sinton¨ªa con esta novedad metrosc¨®pica se ha producido el correctivo que los representantes del empresariado valenciano le han aplicado al PP dom¨¦stico. Despu¨¦s de una larga y probada docilidad a los gobiernos conservadores, apenas interrumpida por alguna discrepancia menor, los dirigentes de AVE y Cierval han postulado respectiva y contundentemente el alejamiento de los imputados que siguen activos en los cargos p¨²blicos y la protesta por la cr¨®nica y escandalosa discriminaci¨®n fiscal que padece la Comunidad. Solo faltaba el constatado desapego de Mariano Rajoy por esta autonom¨ªa y su sibilina o no tan sibilina apuesta por el corredor central en perjuicio del mediterr¨¢neo. Al molt honorable Alberto Fabra se le rebela la granja y de la calle solo le llegan quejidos. Y lo que es peor: los pron¨®sticos anuncian un agravamiento de los meteoros econ¨®micos.
En estas condiciones no es extra?o que se apostrofe de la llamada clase pol¨ªtica gen¨¦ricamente considerada. Sin distingos, todos en el mismo saco cuando abarca cepas tan distintas. Est¨¢ muy de moda en determinados cosos tertulianos, proclives a las soluciones mediante redentores y piquetes de soldados. Pero los dem¨®cratas no pueden caer en esa tentaci¨®n, por m¨¢s que la epidemia corruptora y la degradaci¨®n de la vida p¨²blica hayan hecho estragos por estos pagos. Hay que seguir confiando en la pol¨ªtica como ¨²nico instrumento c¨ªvico para abordar los problemas comunes, y tambi¨¦n ¡ªa pesar de todo¡ª en la justicia, quique tribuere, que da a cada uno lo suyo, seg¨²n los cl¨¢sicos. No siempre se cumple, como tampoco que a ¡°cada cerdo le llega su san Mart¨ªn¡±. Pero en esta ocasi¨®n parece que va de b¨®.
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