Bancaja y CAM, triple expolio
"La extinci¨®n de estas entidades supone un descalabro para nuestro desarrollo econ¨®mico"
La Comunidad Valenciana ha perdido el 95% de su industria financiera: Bancaja (con ella el Banco de Valencia) y la CAM. Con su desaparici¨®n, los valencianos hemos sido objeto de un triple expolio.
Dada la naturaleza jur¨ªdica de las Cajas de Ahorros, (fundaci¨®n-empresa de naturaleza privada y de car¨¢cter social, seg¨²n el Tribunal Constitucional) su desaparici¨®n va m¨¢s all¨¢ de lo que significa el cierre de una gran empresa, con la p¨¦rdida de miles de puestos de trabajo, o la quiebra de un banco y la merma patrimonial para sus accionistas: hablamos de la desaparici¨®n del patrimonio colectivo de todos los alicantinos, valencianos y castellonenses, forjado desde hace m¨¢s de 170 a?os (Caja Sagunto, la decana, se fund¨® en 1841).
En primer lugar, la extinci¨®n de estas entidades supone un descalabro para nuestro desarrollo econ¨®mico. En 2010 la cuota de mercado de ambas fue del 42,81% de los dep¨®sitos totales y del 32,04% de los cr¨¦ditos. As¨ª pues, su desaparici¨®n sit¨²a al borde de la anemia a nuestras pymes, aut¨®nomos o emprendedores. Desde hace meses, nuestras cajas, bajo la direcci¨®n del Banco Sabadell y los nuevos gestores de Bankia, no son m¨¢s que direcciones territoriales de las pol¨ªticas de inversi¨®n, captaci¨®n y comercializaci¨®n de productos que se deciden fuera de nuestra Comunidad, al margen de nuestros intereses como pueblo. Tener una industria financiera propia es vital para el desarrollo econ¨®mico de un territorio (pregunten a los catalanes o vascos), es fuente de riqueza, de atracci¨®n de empleo cualificado y generadora de ingresos tributarios. Salvando las distancias, baste recordar que la City londinense supone el 10% del PIB del Reino Unido y un 11,2% de su recaudaci¨®n fiscal.
En segundo lugar, Bancaja y la CAM invirtieron 1.057 millones de euros en obra ben¨¦fico-social entre los a?os 2000-2010, iniciando proyectos medioambientales, culturales, de impulso a los emprendedores, de recuperaci¨®n del patrimonio, de colaboraci¨®n con asociaciones de todo tipo. Proyectos de los que nos hemos beneficiado miles de ciudadanos y que ahora una falta de financiaci¨®n los llevar¨¢ sin remedio al exterminio.
Y en tercer lugar est¨¢n los miles de ahorradores que creyeron en su caja, en el director de su oficina de siempre, atrapados ahora por los productos t¨®xicos (o comercializaci¨®n fraudulenta de productos financieros complejos) sin la debida informaci¨®n y v¨ªctimas de un abuso de confianza. En el caso de la CAM, los afectados por cuotas participativas son m¨¢s de 55.000 a los que se les ha ofrecido un canje en muchos casos ruinoso (menos del 27% del nominal invertido). M¨¢s suerte han tenido los m¨¢s de 60.000 titulares de preferentes que las canjearon por acciones del Banco Sabadell en julio, pues su revalorizaci¨®n en Bolsa les ha permitido recuperar en gran parte su inversi¨®n. Los ahorradores de Bancaja han tenido peor suerte. En marzo se les ofreci¨® a los titulares de seis emisiones canjear su inversi¨®n por acciones de Bankia a un precio de 3,31 euros por acci¨®n. Al canje acudieron casi el 90%, que vieron desplomarse sus acciones en Bolsa y reducido su valor a menos de un tercio. Adem¨¢s, Bancaja mantiene atrapados a m¨¢s de 75.000 titulares de otras cinco emisiones a quienes no se les ha dado la opci¨®n del canje, probables v¨ªctimas del Real Decreto de reestructuraci¨®n bancaria, (31-8-2012), que permite que se les imponga una quita desmesurada.
Esta cat¨¢strofe en nuestro sistema financiero no es en absoluto una consecuencia inevitable de la quiebra de Lehman Brothers, ni de la burbuja inmobiliaria, sino que tiene nombres y apellidos situados en lo m¨¢s alto del organigrama directivo de la CAM y de Bancaja, de los consejos de administraci¨®n, y de quienes desde la c¨²pula del PP los propusieron.
Ante este triple expolio econ¨®mico, social, y patrimonial, la respuesta de las instituciones y de la sociedad civil valenciana ha sido testimonial, amilanada, manifestaci¨®n del cl¨¢sico meninfotisme. Pero algunos no estamos dispuestos a adoptar esa actitud de resignaci¨®n, quiz¨¢s porque entregamos muchos a?os de nuestra vida profesional a nuestras cajas, o porque tenemos amigos, familiares o compa?eros directamente afectados por el enga?o o, simplemente, porque queremos una comunidad aut¨®noma que diga basta y deje de arrodillarse ante las imposiciones del Gobierno central. Y eso exige movilizarse, asociarse, explicar a la gente sus derechos, y por supuesto, si es necesario, la interposici¨®n de acciones civiles y penales ante los tribunales.
Jos¨¦ Villar es secretario general de la Asociaci¨®n de perjudicados por Bankia, Apacbank. De 1991 a 1998 fue secretario general de la Federaci¨®n Valenciana de Cajas de Ahorros.
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