C¨®mo llevar a Miguel Hern¨¢ndez a las cuerdas
Voro Garc¨ªa y la Jove Orquestra trasladan las sombras del poeta a la instrumentaci¨®n contempor¨¢nea
"Es posible que no haya nacido todav¨ªa, o que haya muerto siempre". As¨ª se sent¨ªa Miguel Hern¨¢ndez cuando escribi¨® Sigo en la sombra lleno de luz. Y afirmaba tajante acto seguido: "La sombra me gobierna". Este es el tipo de textos en los que se ha sumergido el creador valenciano Voro Garc¨ªa para componer La sombra vencida, dando pie a un ¨¢lbum grabado por la Jove Orchestra de la Generalitat y dirigido por Manuel Galduf que tiene en los acentos m¨¢s sombr¨ªos de la obra de Miguel Hern¨¢ndez su fuente de inspiraci¨®n. Conviene olvidarse de las lecturas que los mejores cantautores han hecho del poeta, como Joan Manuel Serrat o Adolfo Celdr¨¢n, antes de escuchar el disco.
Tanto el director de la orquesta, como la directora del Institut Valenci¨¤ de la M¨²sica, Inmaculada Tom¨¢s, han acentuado la gran capacidad de Voro Garc¨ªa para ¡°interiorizar la poes¨ªa, una cualidad poco com¨²n en los compositores¡±, as¨ª como en el ¡°magn¨ªfico instrumento que supone la Jove Orquestra de la Generalitat, no s¨®lo como escuela de instrumentistas, sino tambi¨¦n de directores y compositores¡±. En este caso, con siete d¨¦cadas de diferencia las sombras han unido al compositor suecano y al poeta oriolano en una singular sinfon¨ªa contempor¨¢nea que se divide en tres partes bien diferenciadas.
Hijo de la luz y de la sombra, la primera, es la ¨²nica donde aparece la voz humana, a trav¨¦s del bar¨ªtono Jos¨¦ Antonio L¨®pez y se dicen los textos de Miguel Hern¨¢ndez. En ella, Garc¨ªa se adentra en algunos temas representativos y reconocidos de la poes¨ªa hernandiana, como Lleg¨® con tres heridas o El rayo que no cesa ¡°despojando a la palabra de su sentido para crear vac¨ªos en torno a sus grandes argumentos: la ausencia, la muerte, la esperanza, el dolor, la soledad y el desierto¡±. Para ello se vali¨® de ¡°descomposiciones fon¨¦ticas de las palabras", es decir, deconstruy¨® al poeta oriolano. Los otros dos actos, sin embargo, son instrumentales. La segunda pieza, titulada El rayo que no cesa (memoria de ausencias), es ¡°un trabajo de investigaci¨®n sonoro sobre el mundo de la percusi¨®n¡±, cuya correcta ejecuci¨®n depende de la meticulosidad, que Garc¨ªa ha agradecido, de Joaqu¨ªn G¨®mez, Salvador Ribes y Carles Salvador, los solistas de la JOGV en cueros y metales percutidos. Aqu¨ª, los textos de Hern¨¢ndez ni se declaman ni se cantan, aunque hay citas de poemas en algunos pasajes de la partitura que s¨®lo conocen los int¨¦rpretes al verlas. Es algo que en ciertos aspectos recuerda, destaca Stefano Russomanno en el libreto del disco, al procedimiento utilizado por Mahler, "quien elaboradba sus sinfon¨ªas apoy¨¢ndose en un programa extramusical que finalmente ocultaba al p¨²blico".
En el tercer acto, el t¨ªtulo, Sordas insignias de la sombra, evoca m¨¢s a Jos¨¦ ?ngel Valente que a Miguel Hern¨¢ndez, pero la inspiraci¨®n es oriolana puesto que el autor hizo primero una versi¨®n para viola, titulada Precipitado en la sombra me veo, perteneciente a uno de sus ¨²ltimos poemas carcelarios: "Yo que cre¨ª que la luz era m¨ªa / precipitado en la sombra me veo". As¨ª lo explic¨® en el estreno, en abril de 2010, de la definitiva pieza para viola y orquesta que recoge el ¨¢lbum, "en la que esta ¨²ltima funciona como caja de resonancia del instrumento solista". El reto consist¨ªa, ha aclarado este martes en la rueda de prensa celebrada junto a Tom¨¢s, Galduf y el representante de la Fundaci¨®n Miguel Hern¨¢ndez, Oriol Larrabide, "en saber trasladar las palabras de Miguel Hern¨¢ndez a un instrumento, y en concreto las cuerdas".
En los tres casos se trata de obras ¡°de enorme complejidad¡±, seg¨²n Galduf, que han llevado al l¨ªmite el trabajo de los instrumentistas y en las que Josep Puchades, a la viola solista, y Jos¨¦ Antonio L¨®pez como ¨²nico cantante, se han implicado por completo, ¡°con un resultado soberbio¡±.
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