Benestar acelera en campa?a cientos de casos de Dependencia
La Xunta env¨ªa cartas a usuarios sin avisar a los municipios
Mientras Marta ¡ªnombre ficticio¡ª espera a que el bienestar de su hija quepa en los presupuestos de la austeridad, la lleva consigo incluso al trabajo. La peque?a no puede quedarse sola porque sufre problemas psicomotrices y de visi¨®n que ning¨²n m¨¦dico ha sabido diagnosticar. En 2010 la madre solicit¨® una ayuda de Dependencia que le permitiese dedicarse a la ni?a todo el d¨ªa o dejarla al cuidado de un profesional cualificado. Una y otra vez, en la Xunta le dijeron que las ayudas estaban ¡°paradas¡± porque son tiempos de sacrificios. Lo eran, por lo menos, hasta esta semana. El martes, un t¨¦cnico de la Conseller¨ªa de Benestar la llam¨® para ofrecerle los servicios una trabajadora de Ayuda a Domicilio que le ayudase a ¡°asear a la ni?a y limpiar la casa¡±. Marta cuenta que le entr¨® la risa cuando le dijeron que ¡°encima tendr¨ªa que pagar algo¡±. Entonces mejoraron la oferta y le aseguraron que la asistencia ser¨ªa gratuita. La rechaz¨® porque no es la que necesita, pero no le ofrecieron otra.
Esta semana, el servicio de correo no da abasto en las delegaciones territoriales de la Conseller¨ªa de Benestar. Desde all¨ª vuelan cartas certificadas que notifican a los usuarios la ¡°resoluci¨®n de su Plan Individualizado de Atenci¨®n (PIA)¡±. Tambi¨¦n por tel¨¦fono, se les insta a que acudan a sus consistorios para que se hagan efectivas las prestaciones. Sin embargo, al otro lado de los mostradores, los empleados de servicios sociales ojean at¨®nitos las misivas.
Mientras los afectados reclaman las horas de atenci¨®n que les corresponden, los trabajadores desconocen el repentino incremento. Lo habitual es que sean ellos los que reciban la notificaci¨®n de que se ampl¨ªa el servicio y se encarguen de comunic¨¢rselo a los dependientes m¨¢s graves en lista de espera. Ahora, son los usuarios los que les informan, y tambi¨¦n los que se enfadan si no reciben lo prometido. ¡°Ahora creen que es culpa nuestra si no les podemos dar ya el servicio¡±, dice una asistenta social.
En un rinc¨®n del sistema operativo que regula el servicio en Silleda, 730 horas se convirtieron en 1.891 sin que nadie lo anunciase. Tambi¨¦n tardaron en darse cuenta en Carballeda de Avia, en Pi?or, en A Golada o en Becerre¨¢. Otros municipios, la mayor¨ªa del PP, s¨ª recibieron misivas que subrayaban el esfuerzo econ¨®mico que la conseller¨ªa decidi¨® acometer en el ¡°¨²ltimo trimestre¡± del a?o y daban cuenta del aumento en horas que les corresponder¨ªa.
Manuel Seoane, alcalde popular de A Peroxa, no quiere establecer relaciones entre la proximidad de las elecciones y la febril actividad de la ¨²ltima semana. ¡°Simplemente ha habido un reparto entre ayuntamientos que ten¨ªamos falta de horas y otros a las que les sobraban¡±, explica. Pero los m¨¢s suspicaces miran al calendario y fruncen el ce?o. No solo porque hac¨ªa alrededor de un a?o que no se les ampliaban horas para atender dependientes, sino porque en muchos casos se enteraron ¡°por casualidad¡±.
Sin embargo, ni los cientos de misivas ni las horas de atenci¨®n sembradas a pu?ados durante la ¨²ltima semana curan un servicio ag¨®nico. Desde 2011, los municipios no pueden contratar m¨¢s personal del que ya ten¨ªan, y resulta imposible distribuir el excedente horario entre las plantillas. Adem¨¢s, los entresijos del lenguaje burocr¨¢tico otorgan a las cartas visos de papel mojado. Las notificaciones no garantizan la efectiva prestaci¨®n del servicio, sino que suman a los usuarios a una lista de espera de la que solo saldr¨¢n cuando haya personal, horas y fondos suficientes. Y los ayuntamientos, ajenos al proceso de redenci¨®n de Benestar, tampoco saben cu¨¢ndo ni en qu¨¦ medida se financiar¨¢ la asistencia. Como ¨²nica garant¨ªa puede leerse el compromiso de una Conseller¨ªa que, en materia de plazos, hace de la puntualidad excepci¨®n. Dice que si en tres meses no cumple con lo anunciado, el usuario puede solicitar una libranza ¡ªla Administraci¨®n costear¨ªa el servicio ofrecido por una empresa privada¡ª. Sin embargo, los plazos trimestrales se incumplen continuamente en otros procesos como la solicitud de expedientes o la resoluci¨®n del PIA sin consecuencias para la Xunta. Adem¨¢s, las libranzas escasean tanto que apenas se consideran una opci¨®n.
Con el ejercicio de 2012 ya cerrado y a escasos d¨ªas de que el Ejecutivo gallego ponga a prueba el dogma de la austeridad en los comicios, toda molestia es poca. De otro modo, en muchos ayuntamientos no se explican por qu¨¦ se prioriz¨® avisar a los usuarios antes que a quienes deben gestionar sus servicios. Tambi¨¦n se preguntan de qu¨¦ bolsillo sale tanta generosidad a estas alturas, y como nadie les responde claro, solo pueden hacer conjeturas. ¡°Se trata solo de un enga?o masivo¡±, afirma un regidor ourensano.
La central sindical CIG explic¨® que la semana pasada la conselleira, Beatriz Mato, se reuni¨® con jefes provinciales y coordinadores de Dependencia para pedir que se hiciesen llegar 1.500 notificaciones a sus beneficiarios ¡°antes del d¨ªa 20¡±, jornada de reflexi¨®n. Ellos obedecieron.
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