Recorte desigual en las guarder¨ªas
La Generalitat reduce un 10% las ayudas a las privadas y un 51% a las p¨²blicas El sector subvencionado pierde la mitad de los alumnos
Las subvenciones a guarder¨ªas privadas y p¨²blicas acortan distancias. Si hace dos a?os la Generalitat pagaba 1.800 euros por ni?o a las p¨²blicas y 800 euros a las privadas subvencionadas, este curso la partida se ha reducido a 875 y 720 euros respectivamente. Esto se explica por qu¨¦ el Departamento de Ense?anza, que dirige Irene Rigau, no se ha afanado tanto con las tijeras en un sector como en otro. Desde 2010, el recorte de las ayudas a la p¨²blica ha sido del 51%, y en la privada, del 10%, unos recortes que se han tenido que compensar aumentando las cuotas a las familias.
La Generalitat ha abierto finalmente la convocatoria de subvenciones (publicada en el Diari Oficial de la Generalitat el jueves) a las guarder¨ªas privadas para el curso actual, algo que el sector reclamaba desde hac¨ªa semanas, ya que sin conocer la aportaci¨®n p¨²blica se complicaba mucho la tarea de fijar el importe de las cuotas.
En total, Ense?anza destina este a?o 48,6 millones de euros a financiar las guarder¨ªas p¨²blicas (el 20% menos) y 8,9 millones a las privadas subvencionadas, una cifra que en 2012 se congel¨®, pero que el a?o que viene se reducir¨¢ el 9%. Con todo, la partida se antoja holgada teniendo en cuenta que los alumnos de este sector se reducen un 40%. Si el curso pasado hab¨ªa unos 7.000 ni?os (7,6% del total) en guarder¨ªas concertadas, este a?o se han matriculado en estos centros casi 3.000 alumnos menos, los mismos que ganan las guarder¨ªas p¨²blicas.
El sector de la privada subvencionada (principalmente ligada a entidades religiosas) representa un 5% de las guarder¨ªas. De los 91.700 alumnos de hasta tres a?os, el 60% est¨¢n en centros p¨²blicos y el 35% restante en privados sin subvencionar.
La presidenta de la Coordinadora de Guarder¨ªas de Catalu?a, Montse Fern¨¢ndez, rechaz¨® ayer este nuevo tijeretazo de los fondos a los jardines de infancia y record¨® que de estas ayudas no se benefician centros de ¨¦lite, sino que se trata de guarder¨ªas gestionadas por fundaciones (hay unas 150). ¡°Son guarder¨ªas hist¨®ricas, algunas abiertas desde hace 40 a?os y construidas en barrios o municipios donde no hab¨ªa oferta p¨²blica¡±, defiende. Fern¨¢ndez asegura que este tipo de centros ¡°no es un negocio¡± y que la subvenci¨®n de la Generalitat ¡°solo ayuda un poco¡±, teniendo en cuenta que el coste real de una plaza puede oscilar entre 4.000 y 5.000 euros seg¨²n el municipio. El resto, lo asumen las familias.
La Coordinadora ve que el recorte de la subvenci¨®n generar¨¢ muchos problemas en las guarder¨ªas, que deber¨¢n hacer malabarismos para cuadrar los n¨²meros. ¡°O subimos cuotas o las profesoras nos volvemos a bajar el sueldo. Una tercera opci¨®n es dar menos servicios a los ni?os, algo que no es deseable. Pero las cuentas no salen¡±, lamenta Fern¨¢ndez. El sector de las guarder¨ªas privadas subvencionadas arrastran adem¨¢s problemas de impagos de estas ayudas p¨²blicas. La Generalitat les debe 2,5 millones (correspondientes al curso pasado) desde principio de a?o que no saben cu¨¢ndo cobrar¨¢n.
El responsable de Educaci¨®n de la Federaci¨®n Catalana de Municipios, Josep Maria Freixanet, tambi¨¦n lament¨® el recorte de las ayudas a las guarder¨ªas privadas de iniciativa social, pero pone el ¨¦nfasis en el hachazo ¡°dr¨¢stico y generalizado¡± que ha recibido la p¨²blica. ¡°El talante del gobierno catal¨¢n es reducir todo aquello que es p¨²blico¡±, critica Freixanet, quien apunta que un total de 20 guarder¨ªas municipales han tenido que cerrar por la imposibilidad de hacer frente a estos recortes. Y las que aguantan han subido las cuotas de forma generalizada, llegando al 300% de incremento en algunas poblaciones.
Tambi¨¦n se han visto obligadas a echar el candado varias guarder¨ªas subvencionadas, en municipios como Martorell o en barrios humildes de Barcelona como Trinitat Vella, Sant Mart¨ª o La Mina. El ahogo econ¨®mico y la falta de ni?os (por el descenso de la demograf¨ªa y por el trasvase hacia la p¨²blica) han acabado por rematar a muchos centros que ya agonizaban desde hac¨ªa tiempo. Los que consiguen mantenerse a flote, deben cargar con el lastre de pesadas deudas (por el retraso en el pago de las subvenciones) que ascienden hasta 80.000 euros en algunos casos, cosa que ha comportado el despido de personal.
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