#madrid
La amargura de la crisis, una rutina en las redes, se hace visible con desahucios y protestas
La semana deja una vez m¨¢s s¨ªntomas conocidos de una crisis arrasadora que ya alcanza niveles alarmantes de gravedad. La respuesta de la calle, tambi¨¦n creciente, se ha hecho visible estos d¨ªas en convocatorias variopintas de eco desigual en las redes.
Al Congreso de nuevo. El martes, coincidiendo con el debate de los Presupuestos del Estado, y ayer, el movimiento 25-S, conocido por provocar el mayor despliegue policial que se recuerda en el entorno del Congreso de los Diputados, volvi¨® a manifestarse contra la clase pol¨ªtica hasta donde la ley (y las vallas) lo permitieron. El 23-27-O se propag¨® por Internet con el impulso de los colectivos afines pero la concurrencia alrededor de Neptuno fue algo m¨¢s discreta que el mes pasado; igual que la actuaci¨®n de la Polic¨ªa, de la que no trascendi¨® ning¨²n v¨ªdeo sonrojante.
Desahucios con voz. El suicidio en Granada de un hombre en proceso de desahucio coincidi¨® en el tiempo y en la lista de asuntos de inter¨¦s informativo con una acampada reivindicativa con ¨¢nimo de permanencia a las puertas de la sede principal de Bankia en Madrid. La iniciativa, promovida por afectados de desahucio en busca de alternativas sostenibles, se dio a conocer en las redes con la etiqueta #rodeaBankia. En la misma semana se hicieron p¨²blicas las p¨¦rdidas estratosf¨¦ricas de la entidad (7.053 millones hasta septiembre) y la desviaci¨®n del d¨¦ficit p¨²blico al que obliga el rescate bancario. Un agujero perfecto y sombr¨ªo que solo alimenta el desencanto.
De campa?a. Las penurias de la gesti¨®n p¨²blica en tiempos de crisis han dejado de ser una obligaci¨®n para Esperanza Aguirre, expresidenta auton¨®mica y asesora de horario flexible en el Ministerio de Turismo, que ha recuperado su actividad en Twitter (en la vida real desconect¨® muy pocos d¨ªas) para hacer lo que m¨¢s le gusta: servir de referente ideol¨®gico a un sector del PP. La coyuntura pol¨ªtica tras las elecciones en Euskadi y el pulso soberanista del presidente catal¨¢n le ha permitido a la lideresa cultivar con desenfado la causa nacionalista espa?ola frente a la de las periferias.
El gran atasco. El viernes qued¨® grabado en la memoria de los conductores madrile?os como uno de los peores del a?o. La confluencia de paros en Metro y EMT y el mal tiempo derivaron en un atasco monumental en extensi¨®n f¨ªsica y temporal del que muchos se lamentaron online desde sus coches inmovilizados. El tiempo para pensar alumbr¨® la etiqueta #MadridemBotellado en honor al colapso vial y a la gesti¨®n de la alcaldesa.
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