Funerales sin tarta
La core¨®grafa Carmen Werner construye en 'Sin pena y sin gloria' una met¨¢fora sobre la situaci¨®n de la danza contempor¨¢nea espa?ola
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La idea del cumplea?os-funeral en clave sat¨ªrica apoya una dura met¨¢fora sobre la situaci¨®n de la danza contempor¨¢nea espa?ola. No era Carmen Werner la muerta en s¨ª, sino que, a la manera de los neocl¨¢sicos, resultaba ser s¨ªmbolo del g¨¦nero, una Terps¨ªcore enlutada (con brillos), gafas de diva y muy posmoderna. Era la danza a la que se enterraba con sorna de preaviso y cierto gusto entre lo surrealista y los golpes dad¨¢. La core¨®grafa tuvo una aparici¨®n estelar y calculada, de gran efecto. Luego las partes corales se impusieron sobre los solos asistenciales a los que falta un cierto cosido, una organicidad justificadora. La banda sonora es un buen hilv¨¢n sobre los estilos m¨¢s manejados por la creadora, desde el treno barroco a la densidad de Behles y Henke (Monolake).
La luminotecnia fue precisa y acorde al producto; los bailarines vestidos sin riesgos en blanco y negro con los est¨¢ndares civiles de hoy: eso es parte del estilo de Provisional Danza. A fin de cuentas, esta funci¨®n era la pi?ata de la compa?¨ªa, su jubileo, y resultaba imponente ver a los 25 artistas desplegarse, si bien es verdad muy a la manera de Bausch (de quien Werner reconoce abiertamente la influencia sobre su trabajo) en algunas secuencias, pero con la idea de hacer del canto f¨²nebre una fiesta, de la procesi¨®n un aquelarre. De todos los que acudieron, algunos han progresado o se conservan en forma, otros siguen igual e inciden en las mismas banalidades. La reuni¨®n acus¨® las prisas. Valdr¨ªa la pena repetirlo¡ dentro de solamente cinco a?os, para celebrar a lustro redondo.
SIN PENA Y SIN GLORIA
Coreograf¨ªa: Carmen Werner. M¨²sica: H?ndel, Vivaldi, Monolake, Heinaili. Vestuario: Cyril Wicker. Luces: Pedro Fresneda. Direcci¨®n de escena: Ana Vall¨¦s. Teatros del Canal. Hasta el 10 de noviembre.
Se supon¨ªa graciosa la andanada de algunos de los participantes contra los cr¨ªticos de danza con alusiones al gusto y al lenguaje t¨¦cnico. El resultado no da risa, pero tampoco inspira conmiseraci¨®n. Era simplemente una payasada t¨ªpica de adolescentes tard¨ªos o peor, si se mira con el rasero del producto art¨ªstico, una pataleta de quienes no han sabido encajar un criterio ajeno. Y un aviso para navegantes: cor¨¦utica no es lo mismo que coreograf¨ªa, tal como que no todo lo que pongas a hervir en una olla resulta potaje. Werner, es muy evidente, ha dejado que los respondones se explayen a placer, lo que dice mucho y bien de su talante como directora y de sus maneras a la hora de regir el material (ahora s¨ª) cor¨¦utico tanto ajeno como propio. Con un tono de desenfado, pero siempre en su sitio, la compa?¨ªa dej¨® sobre el escenario las trazas de su quehacer moral y art¨ªstico, del compromiso con la creaci¨®n.
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