Por qu¨¦ La Princesa
Se ha convertido en emblema de la oposici¨®n al proyecto sanitario de Gonz¨¢lez, pero trasciende el debate sobre la privatizaci¨®n Los expertos cuentan por qu¨¦ es un error convertir este hospital en un centro geri¨¢trico
En pocos hospitales madrile?os existe el sentimiento de pertenencia de los profesionales de La Princesa. Muchos de los que ahora son jefes llegaron como estudiantes y ya no se fueron. Pero si algo distingue a este hospital, el m¨¢s peque?o entre los grandes, es su docencia, su investigaci¨®n y algunas especialidades que apuntalan su excelencia.
Se ha convertido en s¨ªmbolo de toda la marea blanca, pero su caso es muy particular y trasciende el debate sobre la conveniencia de la gesti¨®n privada. Aqu¨ª las razones son t¨¦cnicas y los expertos, un¨¢nimes. Estas son las siete fortalezas de La Princesa, los argumentos, esgrimidos por sus responsables, para que el Gobierno regional d¨¦ marcha atr¨¢s a su plan para transformar este hospital de gran complejidad en un centro que ¨²nicamente atienda a mayores de 75 a?os.
Unidad de ictus
Es como una especie de UCI. Unos monitores vigilan las constantes de los pacientes ingresados en las cuatro camas de agudos de la Unidad de Ictus del hospital de La Princesa. Al menor cambio por encima o por debajo de lo adecuado, suena el pitido. Y siempre hay alguien escuchando. En Madrid, solo en el a?o 2010, 13.419 personas ingresaron en un hospital por un accidente cerebrovascular. Es la primera causa de mortalidad en mujeres, primera causa de dependencia grave del adulto y la segunda causa de demencia. Son solo porcentajes, pero ah¨ª est¨¢n: estas unidades especializadas reducen un 15% la mortalidad y un 25% la dependencia a los tres meses de padecer el ictus. La de La Princesa se cre¨® en 1997 y es una de las ¨²nicas seis que hay en la regi¨®n. Fueron pioneras en Espa?a.
?Y si La Princesa se transforma en centro monogr¨¢fico para mayores de 75 a?os? "Esto desaparece", dice su coordinador, Jos¨¦ Vivancos. "Una unidad de ictus no es planteable en ese tipo de hospital. Es impensable si no hay una urgencia 24 horas y neur¨®logos de guardia. Y esos criterios no los establezco yo, sino la propia Consejer¨ªa de Sanidad en su Plan de atenci¨®n al ictus", a?ade. En estos 15 a?os, la unidad de La Princesa ha atendido a m¨¢s de 5.000 pacientes. Es mucho m¨¢s que una infraestructura y unas camas. Se trata de una unidad funcional multidisciplinar: trabaja en coordinaci¨®n con la UCI, el servicio de anestesia, cardiolog¨ªa, neurocirug¨ªa, rehabilitaci¨®n, radiodiagn¨®stico... Y su personal de enfermer¨ªa est¨¢ "especialmente entrenado", se?ala Vivancos. "Una unidad de ictus no es nada sin el resto de especialidades". Por eso, a?ade, el aprendizaje de 400 ingresos anuales, el trabajo coordinado de tantos a?os, se perder¨ªa. "Eso da un gran bagaje, una experiencia que es muy dif¨ªcil de transportar a otro sitio".
¡°Estamos encantados de tratar ancianos; de hecho, ya lo hacemos¡±, apunta Vivancos. La edad media de sus pacientes est¨¢ en 76 a?os. Pero un centro monogr¨¢fico de mayores no podr¨ªa acoger una unidad de ictus. ¡°No ser¨ªa funcional y no conseguir¨ªa su objetivo, que es la excelencia¡±. En dos o tres a?os, pronostica, se producir¨ªa una di¨¢spora de profesionales. ¡°No me imagino un servicio de neurolog¨ªa en un centro as¨ª, quiz¨¢ la figura del consultor¡±, se?ala. A diferencia de otras especialidades, la poblaci¨®n de referencia de esta unidad supone cerca de 900.000 habitantes del este de la regi¨®n. Unos pacientes que cada vez reconocen mejor el ictus y saben que es vital actuar r¨¢pido. M¨¢s de la mitad de sus casos llegan antes de tres horas de producirse el accidente cerebrovascular. Por eso es b¨¢sico que tengan unidades cercanas a las que acudir.
Neurocirug¨ªa
¡°Usamos el neuronavegador 3D para cirug¨ªas de columna, en las que somos pioneros. Permite hacer implantes de tornillos reduciendo much¨ªsimo el riesgo¡±, cuenta el jefe de servicio de Neurocirug¨ªa del hospital de La Princesa y catedr¨¢tico de la Universidad Aut¨®noma Rafael Garc¨ªa de Sola. Impone o¨ªrle hablar, frente a la imagen de un meningioma amenazante, de la precisi¨®n con la que se colocan, en intervenciones m¨ªnimamente agresivas, esos tornillos para que los pacientes salgan del hospital ¡°a los cinco o siete d¨ªas¡±. O del sofisticado control neurofisiol¨®gico durante la resecci¨®n de tumores. Dice sentirse ¡°orgulloso¡± de hacer cirug¨ªas de columna lumbar en mayores de 80 a?os. Pero asegura que es b¨¢sico para el servicio atender tambi¨¦n pacientes de 20. Un servicio que tiene nada menos que dos programas de referencia nacional acreditados por el Ministerio de Sanidad: epilepsia refractaria (la que no se controla con tratamiento farmacol¨®gico y debe operarse) y el tratamiento quir¨²rgico del dolor neurop¨¢tico.
El consejero, Javier Fern¨¢ndez-Lasquetty, visit¨® el primero el a?o pasado. Escuch¨® a Garc¨ªa de Sola decir que el 80% de los intervenidos de epilepsia refractaria deja de tener crisis. Llegan de toda Espa?a para operarse aqu¨ª, en el servicio de Neurocirug¨ªa que m¨¢s craneotom¨ªas sin complicaciones lleva a cabo en la Comunidad de Madrid. ¡°Hemos hecho 222 al a?o. Para ser docente de residentes hay que hacer m¨ªnimo 100. El siguiente servicio en la lista hace 170¡±, resume. Garc¨ªa de Sola no se explica por qu¨¦ el Gobierno regional ha elegido La Princesa para convertirlo en un centro especializado en ancianos. ¡°Hab¨ªan visto nuestras sombras y no nuestras luces, porque somos un hospital peque?o y poco ostentoso. Ahora se est¨¢n dando cuenta de nuestras luces¡±, conf¨ªa. El futuro del servicio pasa por respetar ¡°la cultura, la tradici¨®n, la solera de un hospital que le ha permitido crecer a lo largo de los a?os¡±. Pasa por mantener la urgencia y el ¨¢rea de referencia.
Paciente pluripatol¨®gico
La Princesa es un hospital de alta especializaci¨®n, que realiza procedimientos muy complejos. Pero tambi¨¦n es capaz de coordinarse con el primer nivel asistencial, el centro de salud. Hay pacientes mayores, con m¨¢s de una enfermedad cr¨®nica (insuficiencia cardiaca, diabetes, hipertensi¨®n¡), consumidores de varios f¨¢rmacos, que en muchas ocasiones se descompensan y acaban en las urgencias del hospital. Probablemente all¨ª cada vez les ve un m¨¦dico distinto, que soluciona el problema, con o sin ingreso, y los manda a casa. Se desentiende hasta la pr¨®xima ocasi¨®n. ¡°Queremos cambiar el modelo¡±, asegura Carmen Su¨¢rez, jefa de servicio de Medicina Interna, que lleva dos a?os con un programa llamado Atenci¨®n compartida Internista-Atenci¨®n Primaria de dirigido al paciente pluripatol¨®gico que pretende ¡°mejorar la coordinaci¨®n entre primaria y especializada¡±.
El sistema es sencillo, pero a la vez necesita del compromiso de todos: m¨¦dicos de familia e internistas. El paciente, en la pr¨¢ctica, tiene dos m¨¦dicos, el del centro de salud y el del hospital, que se convierte en su ¡°internista de referencia¡±. Y los dos hablan y se coordinan para decidir tratamientos, prevenir descompensaciones o evaluar la necesidad de un ingreso hospitalario. Si uno de los enfermos asignados a un internista entra por urgencias, el sistema inform¨¢tico env¨ªa una alerta a su ordenador. Es su paciente, as¨ª que se ocupa de ¨¦l. La estrategia est¨¢ en pruebas ¡ªparticipan unos 150 pacientes de los centros de salud Ciudad Jard¨ªn, Santa Hortensia y Prosperidad¡ª, pero el equipo de Su¨¢rez ya ha comprobado que se evitan hospitalizaciones.
¡°Esto se ir¨ªa al garete¡±, se?ala cuando se le pregunta por las intenciones de Sanidad para el hospital. ¡°Si convierten esto en un geri¨¢trico, si no tenemos un ¨¢rea de referencia y unos m¨¦dicos de primaria con los que trabajar perder¨ªamos este sistema, enmarcado en la estrategia de cr¨®nicos¡±, a?ade. ¡°Los argumentos t¨¦cnicos contra el proyecto que se nos propone son apabullantes, se sabe que es un modelo desfasado¡±, asegura, y conf¨ªa en que habr¨¢ marcha atr¨¢s.
Trasplante de m¨¦dula
Si de algo puede presumir el servicio de Hematolog¨ªa del hospital de La Princesa es de su programa de trasplante de m¨¦dula ¨®sea y de las terapias con nuevos f¨¢rmacos para luchar contra leucemias, linfomas, mielomas... Desde 1982 ha realizado casi 2.000 trasplantes de m¨¦dula, aut¨®logos (del mismo paciente) o alog¨¦nicos (de otra persona, emparentados y no emparentados), explica la jefa de secci¨®n, ?ngela Figuera. No hace ni un a?o que la Comunidad de Madrid renov¨® completamente esta unidad, a la que acuden pacientes de la regi¨®n, pero tambi¨¦n de fuera (un 30%), puesto que hay comunidades como Castilla-La Mancha y Extremadura que no disponen de este procedimiento. ¡°Somos el hospital que hace m¨¢s trasplante alog¨¦nico de donante no emparentado¡±, se?ala el jefe de servicio y presidente de la comisi¨®n nacional de la especialidad de Hematolog¨ªa, Adri¨¢n Alegre.
Los planes del Gobierno regional han causado mucha inquietud: ¡°Sin urgencias y sin la estructura actual que tiene el hospital no podr¨ªamos continuar con nuestros programas de trasplante¡±, afirma Alegre. Hay, sin ir m¨¢s lejos, un motivo estad¨ªstico: ¡°La indicaci¨®n del trasplante alog¨¦nico se da en pacientes menores de 60 a?os¡±. Y moverse no parece una opci¨®n: ¡°No lo veo viable. Es un programa de tanta tradici¨®n y una unidad con tantos pacientes cr¨®nicos en seguimiento que trasladarse es log¨ªsticamente muy complicado y podr¨ªa suponer desatenci¨®n¡±, dice. Una cosa es compartir recursos y organizaci¨®n. ¡°Pero no hay tantas unidades de trasplante de m¨¦dula¡±, concluye. La p¨¦rdida no podr¨ªa ser asumida por otros; fallar¨ªa la cobertura asistencial. ¡°Cuesta muchos a?os tener un equipo experto en un procedimiento tan complejo¡±, apunta adem¨¢s.
El servicio cuenta con 20 camas, seis de ellas con aislamiento especial para los trasplantados. Tiene activos unos 70 ensayos cl¨ªnicos, la mayor¨ªa con nuevos f¨¢rmacos en patolog¨ªas oncohematol¨®gicas. Colabora con el registro espa?ol de donantes de m¨¦dula REDMO y participa en la reciente campa?a de la ONT de promoci¨®n de esta donaci¨®n, que a diferencia de otras como la de cord¨®n umbilical, a¨²n tiene una tasa muy baja en Espa?a. El plan de la Comunidad deber¨ªa ¡°rectificarse o adaptarse¡±, dice Alegre. ¡°Tenemos tradici¨®n, experiencia y mucho entusiasmo y ganas de seguir¡±.
Investigaci¨®n
Los investigadores que trabajan en La Princesa fueron de los primeros en acercarse al sal¨®n de actos cuando se supo de los planes de la Consejer¨ªa para el hospital y empez¨® la movilizaci¨®n. ¡°Nadie se acuerda de nosotros, pero esto tambi¨¦n nos afecta¡±, se quejaba uno. Les afecta a ellos, a los proyectos que est¨¢n en marcha, a las becas recibidas¡ Les afecta tanto que, seg¨²n Francisco S¨¢nchez Madrid, director del Instituto de Investigaci¨®n del hospital, ¡°si se cae La Princesa, se desarbola todo esto, cae inmediatamente, desaparece¡±. ¡°Es m¨¢s, solo con que lo toquen un poco, se pierde¡±, insiste el catedr¨¢tico de Inmunolog¨ªa de la Universidad Aut¨®noma y jefe de servicio de esta especialidad. Los n¨²meros le avalan: 338 publicaciones en revistas indexadas, con un factor de impacto total de 1.500 en 2011. ¡°Uno de los m¨¢s altos de los hospitales p¨²blicos nacionales¡±, presume.
Detr¨¢s de los n¨²meros, est¨¢ el trabajo de personas. Son m¨¢s de 400 investigadores repartidos en 51 grupos. Seg¨²n S¨¢nchez Madrid, aqu¨ª est¨¢n los mejores investigadores j¨®venes: ¡°Esto es una plataforma para reclutar y formar gente. La cantera que tenemos aqu¨ª es el caudal de este hospital y ahora la renovaci¨®n peligra¡±. ¡°La inmensa mayor¨ªa de nuestros investigadores son tambi¨¦n cl¨ªnicos, tratan pacientes¡±, destaca el inmun¨®logo. La Princesa es el n¨²cleo del instituto, el que aglutina a los hospitales de Santa Cristina, Ni?o Jes¨²s y la Universidad Aut¨®noma. ¡°A todos nos va much¨ªsimo en esto. Yo tengo sentido institucional. Lo que se crea con tanto esfuerzo no se puede destruir de un plumazo. Pelearemos con toda nuestra alma y todas nuestras armas¡±, dice. Los hospitales monogr¨¢ficos, a diferencia de los generales, no se acreditan como institutos de investigaci¨®n.
Pese al ¡°miedo y la incertidumbre¡±, el trabajo contin¨²a. Esta misma semana ha llegado una beca de 240.000 euros del Instituto de Salud Carlos III. Durante 2011 se desarrollaron 220 proyectos de investigaci¨®n europeos, nacionales y auton¨®micos, y hab¨ªa activos m¨¢s de 430 ensayos cl¨ªnicos, que dan lugar a avances tanto en el diagn¨®stico como en el tratamiento de enfermedades. Ha recibido diferentes premios y menciones. ¡°A efectos pr¨¢cticos, La Princesa se encuentra en el 22% de los hospitales m¨¢s prestigiosos a nivel mundial¡±, dice S¨¢nchez Madrid.
Unidad de Down del adulto
El internista Fernando Moldenhauer tiene sobre la mesa de su despacho uno de los ¨²ltimos premios que ha recibido. Diario M¨¦dico consider¨® la unidad de atenci¨®n a adultos con s¨ªndrome de Down de La Princesa una de las "mejores ideas de la sanidad 2011". Es, adem¨¢s, la ¨²nica que existe en un hospital p¨²blico espa?ol. Moldenhauer pasa consulta por la tarde, al acabar su jornada ordinaria. Explica que hace 30 a?os las personas con Down no llegaban a la edad adulta. "Ahora su esperanza de vida es de 65 a?os. Es una situaci¨®n nueva". "Son personas tan complicadas desde el punto de vista m¨¦dico que requieren una atenci¨®n espec¨ªfica", se?ala. Tienen problemas de salud propios: cardiopat¨ªas cong¨¦nitas, hipotiroidismo, envejecimiento precoz, Alzheimer a los 40 a?os¡ En cambio, no desarrollan aterosclerosis ni c¨¢ncer.
¡°Suponen un reto diagn¨®stico y son un objeto de conocimiento cient¨ªfico de primer orden. Es un campo de investigaci¨®n virgen¡±, asegura el internista, que no tiene ning¨²n familiar con Down. Hay unos 3.500 pacientes con trisom¨ªa 21 en Madrid. A su consulta acuden 500, tambi¨¦n de fuera de la regi¨®n. ¡°Las personas con discapacidad generan rechazo en el mundo sanitario, que las tiene muy abandonadas. Solo al ganar experiencia con ellos se les puede proteger del encarnizamiento del propio entorno sanitario, el cual desconoce las caracter¨ªsticas espec¨ªficas de esta discapacidad¡±, asegura. ¡°Estos d¨ªas me preguntan d¨®nde ir¨¢n si esto se convierte en un hospital geri¨¢trico. Les digo que a ning¨²n sitio porque esta unidad no es trasladable. Solo tiene sentido en un hospital terciario, con internistas de buen nivel que puedan tratar a enfermos tan complejos¡±.
Docencia
En La Princesa hay m¨¦dicos residentes que, con el n¨²mero 1 en el MIR, escogieron este hospital, y no otro, para pasar all¨ª cuatro o cinco a?os de su vida form¨¢ndose. Muchos se sintieron defraudados al conocer los planes del Gobierno regional. Cambiaba las reglas del juego. Les obliga a ir a otros hospitales, que ya tienen sus residentes, a continuar su especializaci¨®n. ¡°Tenemos 265 residentes hospitalarios y 62 de medicina familiar y estamos entre los 10 hospitales m¨¢s elegidos, muchas veces por los primeros n¨²meros de la oposici¨®n nacional¡±, apunta Julio Ancochea, jefe de servicio de Neumolog¨ªa y coordinador de Ciencias de la Salud de la Universidad Aut¨®noma.
La primera consecuencia de la conversi¨®n del centro en un centro para mayores ser¨¢ ¡°la p¨¦rdida de la acreditaci¨®n docente¡±, asegura. La segunda, consecuencia de la primera, ¡°la inmensa p¨¦rdida de personal cualificado para nosotros y, para otros centros, la situaci¨®n inasumible de formar a 265 nuevos residentes¡±. La docencia que se imparte en La Princesa est¨¢ ¡°integrada y coordinada y no debe fraccionarse. Asistencia, docencia e investigaci¨®n son inseparables y se enriquece entre s¨ª¡±, a?ade.
La Universidad Aut¨®noma est¨¢ muy preocupada por sus estudiantes de Medicina y tambi¨¦n por sus 265 profesores (catedr¨¢ticos, titulares, asociados¡). El centro forma a 220 alumnos universitarios. ¡°Entre los 10 primeros puestos del MIR siempre hay alguno de nuestros alumnos¡±, presume Ancochea. La Princesa empez¨® su trayectoria docente en 1979. Desde entonces, ha formado a m¨¢s de 2.000 profesionales sanitarios. Muchos ya nunca se fueron. Algunos son ahora los jefes de servicio. Como Ancochea: ¡°Han pasado 30 a?os... La Princesa es mi vida¡±.
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