¡°?Caaarlos Slimmm, o¨¦, o¨¦, o¨¦!¡±

J¨®venes, no tan j¨®venes, empresarios, estudiantes y hasta un diputado del Congreso se dieron cita ayer por la ma?ana en el campo del Cerro del Espino del Atl¨¦tico de Madrid B para arropar al Real Oviedo, un equipo que milita en la Segunda B, pero que sin duda es de primera divisi¨®n. Ayer, varios centenares de seguidores azules golearon con creces a la afici¨®n local, que pudo comprobar la adhesi¨®n de unos seguidores que han conseguido evitar la desaparici¨®n de un club que necesitaba 1,9 millones de euros de forma imperiosa. Y fue la afici¨®n asturiana la que logr¨® la haza?a, pero con el apoyo de centenares de simpatizantes de decenas de pa¨ªses alertados por el periodista de The Guardian Sid Lowe, que desde su cuenta de Twitter pidi¨® que se compraran acciones a 10 euros para evitar la desaparici¨®n de un equipo hist¨®rico. Un club que en su historial guarda por ejemplo un tercer puesto en la temporada 1962-63, solo detr¨¢s del Real Madrid y del Atl¨¦tico.

Pero los seguidores del Real Oviedo que viven en Madrid aprovecharon que su equipo jugaba en Majadahonda para agradecer tambi¨¦n al multimillonario mexicano Carlos Slim, considerado el hombre m¨¢s rico del mundo por la revista Forbes, que se decidiera a invertir dos millones de euros en el club: ¡°Nos da mucha seguridad que Slim haya decidido invertir en el Real Oviedo. Y creo que al final lo ha hecho porque se ha dado cuenta de la extraordinaria afici¨®n que lleva detr¨¢s¡±, explica Borja Garc¨ªa, de la Pe?a Azul, que pese a ser madrile?o se confiesa seguidor del Real Oviedo: ¡°Y eso es muy dif¨ªcil si vives en Madrid, pues todo el mundo te pregunta si eres del Real Madrid o del Atleti¡±. Nicol¨¢s Olivares, compa?ero de Borja en la pe?a, tampoco lo ha tenido f¨¢cil para ser del Real Oviedo. Nacido en Gij¨®n, la ciudad de su m¨¢ximo rival deportivo, tambi¨¦n ha tenido que aguantar las mofas de sus convecinos: ¡°Pero yo siempre lo he tenido muy claro¡±.

Estos dos seguidores del equipo de la capital asturiana son los encargados de fletar cada quince d¨ªas un autob¨²s desde Madrid lleva a los ovetenses que viven en la capital a todos los desplazamientos del equipo en Segunda B, que milita en el grupo madrile?o de esta categor¨ªa.

Ayer, algunos de los que se subieron al autob¨²s fueron Juan, Manu, Ram¨®n, Daniel, Javi y Carlos. Viven en los colegios mayores de la Ciudad Universitaria y aprovechan esta iniciativa de la Pe?a Azul. Tras estrenar el c¨¢ntico de ¡°?Caaarlos Slimmm, o¨¦, o¨¦, o¨¦!¡±, casi a coro aseguraban que convencieron a compa?eros de Extremadura del colegio mayor Alcal¨¢ para que se hagan accionistas: ¡°Les hemos convencido. Porque el Oviedo ye mundial¡±, aseguraba uno de estos j¨®venes, que portaba orgulloso la camiseta azul del club. Un poco m¨¢s atr¨¢s en el autob¨²s viajaban Luisa Fueyo, H¨¦ctor Dom¨ªnguez y Miguel Iglesias. Este ¨²ltimo aseguraba haber sido integrante de la plantilla del filial del Real Oviedo, el Vetusta. Apenas recordaba el equipo que logr¨® clasificarse para la Copa de la UEFA, en la campa?a 1991-1992. Ya en el campo, el diputado del PP en el Congreso de los Diputados Ovidio S¨¢nchez, natural de Pola de Laviana, era uno m¨¢s mostrando su sentimiento azul: ¡°Ser del Real Oviedo es como una religi¨®n¡±. Este parlamentario acudi¨® acompa?ado de su mujer, quien tambi¨¦n aplaudi¨® al equipo carbay¨®n: ¡°El Real Oviedo es un equipo hist¨®rico. Y de mi pueblo, aunque naci¨® en Nava, era por ejemplo Jos¨¦ Antonio Calleja¡±, que logr¨® ser tercero con el equipo en la temporada 1962-1963.

Pero adem¨¢s de al multimillonario Carlos Slim, los aficionados del Real Oviedo aprovecharon el descanso del encuentro contra el filial rojiblanco para, como si de una procesi¨®n pagana se tratara, dar las gracias a Sid Lowe, que acompa?ado de su mujer acudi¨® al encuentro. ¡°Es una situaci¨®n inc¨®moda profesionalmente para m¨ª, porque al ser objeto de la informaci¨®n no he podido escribir nada del Real Oviedo en mi peri¨®dico¡±, explicaba ayer el corresponsal de The Guardian, que a cada minuto recib¨ªa el agradecimiento de la afici¨®n. ¡°Perdonad que os interrumpa¡±, dijo un joven vestido con la camiseta del equipo azul, ¡°pero muchas gracias por lo que has hecho¡±. Un poco despu¨¦s, una pareja de veteranos aficionados se acercaron a Lowe, para preguntarle si la gente se acercaba a ¨¦l porque era jugador del Real Oviedo: ¡°No, no, no ha visto mi tobillo, no es el de un deportista¡±, contest¨® Sid, a quien los asturianos ya llaman Sir Lowe, como si de un noble se tratara. Nobleza obliga.