Obras de arte al desnudo
El Museo Nacional de Arte de Catalu?a descubre el proceso creativo de 32 piezas
En 1893 Joan Llimona expuso en la sala Par¨¦s de Barcelona La muerte repentina, un enorme cuadro que fue recibido con duras cr¨ªticas que lo tachaban de simplista y ?o?o. Tanto le molestaron que Llimona decidi¨® acabar con ella. Eso es lo que se cre¨ªa hasta que la tecnolog¨ªa la ha descubierto, oculta, bajo Regresando del huerto, otro de sus ¨®leos que pint¨® tres a?os despu¨¦s. Las dos se pueden ver, una virtual, en El Museo explora. Obras de arte a examen, la exposici¨®n que el MNAC inaugura con 32 obras de su colecci¨®n que, como si se mostraran desnudas, dejan ver sus interioridades, tras someterse a un proceso de restauraci¨®n que en algunos casos ha comportado grandes e inesperadas sorpresas.
Arrepentimientos, colores que nada tienen que ver con los actuales y presentaciones radicales, como obras boca abajo o Cristos separados que miran su cruz, esperan a los visitantes de esta exposici¨®n, gratuita, creada para ¡°disfrutar y aprender¡±, seg¨²n el director Pepe Serra, y que parece haber puesto patas arriba el museo catal¨¢n.
La Majestad Batll¨®, una de las joyas del MNAC, es una escultura rom¨¢nica de madera del siglo XII ricamente policromada al temple. A lo largo de un a?o el equipo de conservaci¨®n preventiva del MNAC, dirigido por Mireia Mestre, comisaria de la muestra, la ha estudiado con lupa, nunca mejor dicho. Entre las conclusiones m¨¢s espectaculares est¨¢ que sus colores azules y rojo, no son los originales. Antes estuvo pintada con tonos anaranjados y verdes, seg¨²n se ha podido reconstruir virtualmente. ¡°El misterio es saber por qu¨¦ se pint¨® de nuevo cuando s¨®lo hab¨ªan pasado unos 50 a?os desde que se cre¨®¡±, puntualiza ?lex Masalles, responsable del ?rea de Escultura del MNAC.
El recorrido de la exposici¨®n permite conocer el proceso de creaci¨®n de algunos autores de primera fila; el uso de cuadr¨ªculas de Achille Battistuzzi, las inscripciones de Bartolom¨¦ Bermejo para indicar el color que deb¨ªan aplicar en su taller; los cambios de composici¨®n de las obras de Tintoretto (sobre todo de las manos de los personajes o el fondo de las escenas), el uso de calcos que empleaba Mariano Fortuny, como en uno de sus autorretratos o la t¨¦cnica que emple¨® Dami¨¤ Campeny para crear en 1817 un impresionante paso de Semana Santa: s¨®lo tall¨® las cabezas, pies y manos de las figuras con madera, mientras que el resto de las figuras estaban vac¨ªas (para pesar menos), tal y como ha puesto en evidencia la reflectograf¨ªa.
Varios nonells de espaldas al p¨²blico muestra su historia escrita. En las etiquetas se pueden ver las exposiciones, viajes, a?o de creaci¨®n e incluso la firma del autor, dando, sin duda, un punto de vista diferente.
Pero ninguna de las obras lleva a cuestas tanta informaci¨®n como el Cristo 1147, llamado as¨ª porque en su interior se encontr¨®, en el reconditorio, cuatro reliquias de San V¨ªctor envueltas en pergaminos y una nota que dec¨ªa: ¡°consagrado en 1147¡±. Y ah¨ª permanecieron durante ocho siglos.
El cap¨ªtulo de falsos, copias, versiones, es uno en los que el museo m¨¢s se recrea, no sin cierta autocr¨ªtica. El propio MNAC ha expuesto varias piezas, no aut¨¦nticas, durante a?os. Una de ellas es Mercado de Dax (Francia), una pintura de Dario de Regoyos, que tras comprobar que exist¨ªa otra igual en manos de un particular en Barcelona, se vio que era una copia realizada de una foto publicada en La Esfera en 1920. Tambi¨¦n se pueden ver tres palomas eucar¨ªsticas con esmaltes de Limoges, de las que solo una es aut¨¦ntica. El problema es que, hasta ahora, se expon¨ªa, e incluso ilustraba portadas de los cat¨¢logos el MNAC, con una falsa. En cuanto a las hiperrestauraciones, el retablo de San Juan Bautista de Francesc Serra (siglo XIV), se lleva la palma: el 90% fue reinventado en una restauraci¨®n, sin duda agresiva.
Pero la historia m¨¢s triste de todas es la de El Violinista de Gargallo. Tras comprobar que la naturaleza de esta escultura: plomo y madera, dos materiales incompatibles, la destruye, el MNAC ha comenzado una carrera contrarreloj para parar su deterioro. Incluso la llev¨® a Suiza para diagnosticar el grado de deterioro. Mestre destac¨® que ya se sabe c¨®mo actuar. El problema, como siempre, es el econ¨®mico. Hacen faltan 40.000 euros que se van a recaudar mediante micromecenazgo.
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