The Gift o el milagro
El grupo que ha llevado el 'indie' a las listas de ¨¦xitos portuguesas arranca el jueves su gira en la sala But
Viernes, siete y cinco de la tarde, camerino de Nuno Gon?alves. La cantante S¨®nia Tavares, descalza y despanzurrada en el suelo, intenta memorizar con la ayuda de un iPod la m¨¢s reciente composici¨®n de su compa?ero, un estallido de pop bailable que se titula Doctor. ¡°Solo la hemos tocado un par de veces en el local de ensayos, pero en una ocasi¨®n as¨ª hay que arriesgarse y ofrecer alicientes¡±, argumenta el teclista e ide¨®logo del cuarteto, un hiperactivo hombre de 35 a?os y ce?ido jersey rosa. La ¡°ocasi¨®n as¨ª¡± es el regreso de The Gift al m¨ªtico Coliseu dos Recreios, cuyas 2.900 localidades se liquidaron semanas atr¨¢s. Una vez m¨¢s, la reedici¨®n del milagro: una banda de indie y pop electr¨®nico, que canta casi siempre en ingl¨¦s, retorna al primer puesto en ventas y popularidad entre nuestros vecinos ib¨¦ricos.
¡°La clave est¨¢ en reinventarse y no repetir el camino¡±, anota Gon?alves, hombre locuaz y resuelto, de esos a los que nada parece pillarle nunca por sorpresa. ¡°Estamos a¨²n lejos de los 40, pero llevamos 18 a?os con el grupo. Somos, bien pensado, unos j¨®venes veteranos. Si no tir¨¢semos de ambici¨®n y busc¨¢ramos motivaciones, nos acabar¨ªamos aburriendo y The Gift perder¨ªa sentido¡±.
Tavares, Gon?alves, su hermano John (bajo, programaciones) y Miguel Ribeiro (guitarra, teclados) provienen de Alcoba?a, un pueblito del interior de Portugal no mucho m¨¢s grande que Guadarrama o Alpedrete. Se conocen ¡°desde siempre¡± y mantienen la llama incluso con oc¨¦anos de por medio: John se mud¨® recientemente a R¨ªo de Janeiro y Nuno reside desde hace tres a?os en el barrio madrile?o de Lacoma, donde la peque?a Mia Alessandra le ha retirado de la vida noct¨¢mbula. ¡°Madrid se ha entristecido en estos ¨²ltimos tiempos, se le ha nublado el ¨¢nimo¡±, admite con ojos de vecino novel. ¡°Se nota en la proliferaci¨®n de tiendas y locales cerrados. Es una estampa muy portuguesa que ahora se est¨¢ extendiendo por Espa?a¡¡±.
¡®Indies¡¯ en Portugal, in¨¦ditos en Espa?a
Una nueva generaci¨®n de artistas portugueses, casi siempre in¨¦ditos en Espa?a, agita el panorama indie:
Buraka Som Sistema. Los m¨¢s conocidos por aqu¨ª por la muy bailable mezcla de tecno y ritmos angole?os.
Amarionette. Rock psicod¨¦lico con sus cuatro miembros descabezados en la portada del primer ¨¢lbum, Num d¨ªa mau consegue ver-se para sempre.
Salto. El proyecto de Guilherme Tom¨¦ y Lu¨ªs Montenegro. Pop cargado de electr¨®nica con ritmos muy bailables, como su propio nombre sugiere.
Os Quais. Pop m¨¢s ¨ªntimo, con texturas electr¨®nicas y alg¨²n ramalazo brasile?o. Escuchen Pop ¨¦ o contr¨¢rio de pop.
Balla. El ¨¢lter ego de Armando Teixeira, un personaje tan amplio y camale¨®nico (de Gainsbourg al hip hop) que algunos llaman el Bowie portugu¨¦s.
David Fonseca. Estupendo pop comercial en ingl¨¦s con un deje a lo Bryan Ferry.
El padre de Nuno y John ¡ªun hombre de ideolog¨ªa avanzada que despertaba el recelo de la polic¨ªa salazarista¡ª alborot¨® Alcoba?a con la apertura del revolucionario Sunset, el primer club portugu¨¦s a imagen del neoyorquino Studio 54. Ah¨ª prendi¨® la mecha mel¨®mana de los hermanos, que hoy atesoran unos 25.000 vinilos (entre ellos, maxisingles fetiches para coleccionistas) en el garaje familiar. Los Gon?alves y Ribeiro recuperaron para la causa pop a S¨®nia, que apuntaba buenas maneras con la flauta cl¨¢sica, y los cuatro se enamoraron de Depeche Mode, U2 o, m¨¢s tarde, Flaming Lips, pero tambi¨¦n de Joy Division y New Order. En 1994, tras apenas dos meses de ensayos, quedaron segundos en un certamen local. Y hasta la fecha, la trayectoria no ha dejado de ser ascendente.
¡°Desde el primer momento lograron cautivar a los oyentes m¨¢s alternativos, de entre 20 y 40 a?os, pero ¨²ltimamente cuentan con un p¨²blico transversal al que se han incorporado los hijos y los abuelos¡±, razona el guitarrista Paulo Pra?a, uno de los colaboradores predilectos de la banda. Buena parte de la culpa la tiene Primavera, el sexto y m¨¢s reciente trabajo de The Gift, donde la explosi¨®n r¨ªtmica deja paso a paisajes mucho m¨¢s pausados, crepusculares y melanc¨®licos. Como si The Human League hubieran contra¨ªdo matrimonio con Madredeus. Lo dicho: reinventarse para no languidecer.
En la avenida principal de Alcoba?a, relata Nuno Gon?alves, un guardia regula cada ma?ana el tr¨¢fico e incluso decide el sentido de la circulaci¨®n por las v¨ªas adyacentes. Una calle que hoy es de subida puede cambiar de rumbo al mes siguiente. ¡°Se trata de un ejemplo muy portugu¨¦s de caos¡±, se sonr¨ªe Nuno, ¡°pero a m¨ª me gust¨® como concepto para el grupo y sus espect¨¢culos. Y procuro aplicarlo siempre¡±. En el concierto lisboeta, por ejemplo, la banda se evaporaba misteriosamente del escenario y emerg¨ªa al rato en el palco opuesto, con S¨®nia asom¨¢ndose al balc¨®n como una Evita Per¨®n de brazos tatuados. Y en esta inminente gira espa?ola, que arranca el jueves 29 en la sala But, prescinden de Primavera y se centran en su antecesor, el colorista y vitam¨ªnico Explode. ¡°Primavera solo tiene sentido en teatros, con el p¨²blico sentado. A los clubes se va a bailar¡±, aducen.
En el Coliseu dos Recreios, con tres horas de concierto por delante, les da tiempo a todo. Incluso a pasar muchos nervios con aspectos no musicales. The Gift operan como un grupo rigurosamente autogestionario: carecen de m¨¢nager o discogr¨¢fica y lo deciden todo, desde el dise?o de sus discos al argumento de los v¨ªdeos o el precio de las localidades. ¡°Te involucras tanto que a veces debes preocuparte por aspectos que no dominas bien¡±, se sincera un atribulado Miguel Ribeiro, al que, un cuarto de hora antes de la actuaci¨®n, le comunican que se han repartido m¨¢s invitaciones que butacas disponibles.
No importa. El caos es consustancial a Lisboa, ciudad de paredes desconchadas, humeantes puestos de casta?a en cada esquina, grandes pancartas con llamamientos a la huelga y morenazos que te gui?an el ojo en plena calle para ofrecer unas hojas de marihuana. Una ciudad decadente que no llega a deprimirse porque la vida le late en vena. Y en la que todos acaban encontrando acomodo en el Coliseu y disfrutando de casi una treintena de canciones. Entre ellas, la in¨¦dita Doctor. S¨®nia se la sab¨ªa.
The Gift. Sala But (Ocho y medio). Jueves 29. A las 22.00. 15 euros.
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