Una Administraci¨®n al l¨ªmite
Las reclamaciones al Ararteko por las ayudas sociales se multiplican por diez. Coinciden el trasvase del modelo a Lanbide y la fase m¨¢s dura de la crisis
Las costuras de la Administraci¨®n est¨¢n empezando a ceder. La creciente necesidad social de recursos para hacer frente a gastos vitales, muchas veces de forma inmediata, est¨¢ provocando un desfase entre la legalidad y la necesidad, entre los plazos legales fijados para resolver las reclamaciones ante el sector p¨²blico y las necesidades vitales de los ciudadanos m¨¢s golpeados por la crisis.
El periodo de entre dos y tres meses de que disponen las Administraciones para resolver esas reclamaciones representan una eternidad cuando se trata de hacer frente al hambre en determinadas situaciones de familias con hijos o de mujeres maltratadas sin ingresos, o incluso para resolver un alquiler, o a una cuota bancaria.
En la actual coyuntura de descenso de ingresos, elevada tasa de paro y de aumento, casi mensual, de perceptores de la Renta de Garant¨ªa de Ingresos (RGI), las quejas y consultas formuladas por los ciudadanos al Defensor del Pueblo vasco, Ararteko, han pasado de las 78 de 2010 a las 728 hasta octubre de este a?o. ¡°Esa progresi¨®n nos est¨¢ diciendo que tenemos un grave problema¡±, aseguran desde la oficina del Ararteko. La Administraci¨®n empieza a estar al l¨ªmite de su capacidad y tiene cada vez mayores dificultades para responder adecuadamente a todos los problemas sociales que est¨¢ generando el crac econ¨®mico.
En el caso de la RGI, a las brutales consecuencias humanas del hundimiento de la actividad, se suma el cambio del modelo p¨²blico de prestaciones, que puede estar generando m¨¢s confusi¨®n en los demandantes.
Hasta octubre pasado se recibieron 728 quejas, frente a las 78 en todo 2010
De un modelo de asistencia a trav¨¦s de las Diputaciones se ha pasado al actual de Lanbide, que canaliza en la misma ventanilla del Ejecutivo las demandas sociales y la orientaci¨®n y apoyo necesario para el reingreso en el mercado de trabajo.
En Euskadi, el n¨²mero de perceptores de RGI est¨¢ en torno a las 60.000 personas, ¡ª58.954 en octubre, con un gasto ese mes de 29,9 millones de euros¡ª, lo que lleva el desembolso total por ese concepto y otras ayudas en 2012 a los 400 millones. Solo esas cifras representan el 40% de todas las ayudas que se dan en Espa?a. En octubre se ha frenado el crecimiento de perceptores, de tal modo que de los 55.540 de enero se pas¨® a los 59.888 de septiembre, el m¨¢ximo alcanzado en toda la serie hist¨®rica.
La casu¨ªstica, adem¨¢s, se est¨¢ ampliando mucho y los perfiles de los demandantes de la RGI han evolucionado de personas en el l¨ªmite de la exclusi¨®n social a trabajadores de las clases medias que no logran un empleo.
La ventanilla de las quejas
Lanbide ha creado una unidad espec¨ªfica para resolver las reclamaciones. ¡°No hemos detectado un porcentaje mayor que el que hab¨ªa cuando el servicio lo prestaban las Diputaciones¡±, aseguran fuentes de Asuntos Sociales, y justifican su creaci¨®n por la ¡°urgencia social¡± del problema. En cualquier caso, s¨ª se admite de forma oficial que se ha dado una conjunci¨®n indeseada de factores que puede estar provocando m¨¢s problemas. La profundidad de la crisis, el primer a?o de puesta en marcha del nuevo modelo de Lanbide y la incorporaci¨®n al sistema de nuevos perfiles ¡°puede estar haciendo chirriar¡± el sistema.
De hecho, son muchas las personas que piden la ayuda despu¨¦s de salir de un ERE en el que ¡°se han comido¡± parte de sus prestaciones por desempleo. Cuando el expediente de regulaci¨®n temporal se transforma en uno de extinci¨®n, se quedan con unas prestaciones muy reducidas y requieren ayuda. ¡°El perfil del solicitante ha cambiado mucho. Hace poco se sorprend¨ªan en una televisi¨®n espa?ola porque en Euskadi recibe la RGI la gente normal, con casas normales¡±, explican en el departamento: ¡°Esa es la realidad. Gente absolutamente normal a la que la crisis est¨¢ golpeando¡±.
Miles de personas que dispon¨ªan de ingresos y capacidad de gasto hasta 2009 se han incorporado casi en masa al sistema y el Gobierno tiene que dotar presupuestariamente esa demanda por estar legislado como un derecho subjetivo.
Esa presi¨®n social y las nuevas necesidades est¨¢n acentuando los problemas de la Administraci¨®n hasta el punto de que ya no sirve que los funcionarios resuelvan los expedientes en el plazo legal de dos o tres meses, porque ¡°hay muchas personas que lo necesitan hoy mismo¡±. Esos sectores sociales que est¨¢n resultando extremadamente afectados por la crisis demandan soluciones inmediatas que el gestor no puede satisfacer al instante.
Un ejemplo. Hace dos a?os llegaba a la puerta una mujer maltratada con hijos, que se hab¨ªa quedado sin ingresos porque su pareja hab¨ªa dejado de aportarle fondos y no dispon¨ªa de dinero para cubrir sus necesidades b¨¢sicas. En ese supuesto se buscaban soluciones pr¨¢cticamente de forma inmediata. Ese caso que tan solo hace 18 meses hubiera provocado que saltaran las alarmas, ahora es uno m¨¢s entre las decenas de situaciones dram¨¢ticas que se suceden casi a diario. El sistema empieza a estar exhausto.
¡°La gran pregunta es si esto tiene que ser irremediablemente de esta manera¡±, se preguntan de forma machacona en varias asociaciones de servicios sociales. Y la respuesta oficial es: ¡°Ning¨²n caso de extrema gravedad se supedita a los plazos m¨¢ximos o se deja desatendido si requiere de una atenci¨®n inmediata¡±, pero oficiosamente se deja caer que ¡°ninguna Administraci¨®n regula mecanismos para hacer frente a un aluvi¨®n de problemas como el que est¨¢ sucediendo ahora¡±.
¡°El Parlamento ya advirti¨® en su d¨ªa, cuando regul¨® la RGI, que no era una ayuda para excluidos, sino para cualquier ciudadano con problemas¡±, indican desde Asuntos Sociales, ¡°y es ahora, en la peor fase de la crisis, cuando eso se est¨¢ viendo con m¨¢s nitidez¡±.
Estas fuentes reconocen que ninguna Administraci¨®n, empresa o familia est¨¢ preparada para afrontar la crudeza de una crisis que est¨¢ destruyendo los recursos de miles de personas. ¡°Euskadi est¨¢ aguantando mejor y con una base social m¨¢s atendida, pero es cierto que si te toca esperar dos meses con tu problema puede ser complicado¡±.
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