La manzana y el madro?o
El fotoperiodista Ra¨²l Cancio culmina en un libro su estudio sobre sus dos musas: Madrid y Nueva York
Madrid y Nueva York no tienen nada que ver hasta que llega alguien obsesionado con ambas ciudades y las relaciona. Este alguien se llama a s¨ª mismo loco, es fot¨®grafo y su nombre es Ra¨²l Cancio. ¡°Madrid me vio nacer. Nueva York me cambi¨® la vida¡±, escribe en una de las p¨¢ginas de su nuevo libro, ya en las tiendas: Madrid & New York. Hasta siempre. Semejanzas II. Esta es la ¨²ltima publicaci¨®n que piensa dedicarle a sus dos ciudades ¡°top model¡±.
?¡°La Gran V¨ªa es Nueva York¡±, dec¨ªa Ilya Ehrenburg, escritor y periodista sovi¨¦tico. Cancio las acerca, encuentra esas peque?as cosas inadvertidas de las que hablaba el periodista estadounidense Gay Talese en uno de sus art¨ªculos sobre Nueva York. Dos torres con sus reflejos: el edificio de Telef¨®nica en la Gran V¨ªa y el Chrysler Building en la avenida Lexington. Cancio no solo dispara instant¨¢neas: ve la foto, capta la esencia, el momento.
La ilusi¨®n de este fotoperiodista y profesor de Fotograf¨ªa de la Escuela de Periodismo de EL PA?S y de la Universidad Aut¨®noma de Madrid era publicar un libro con Nueva York como protagonista. ¡°Al final hice dos¡±, r¨ªe, nombrando su primer libro de semejanzas entre la gran manzana y la ciudad del madro?o, publicado hace ya m¨¢s de un a?o. ¡°El hilo conductor es el mismo, pero he eliminado cemento y lo he humanizado¡±, explica Cancio, hombre ¡°del foro, donde la navaja es abanico y se llevan los zapatos siempre brillantes, aunque uno no tengan un duro¡±, como escribi¨® el periodista Ra¨²l del Pozo.
Cancio puntualiza que su obra ¡°no es un libro, sino un reportaje a pie de suelo que valdr¨ªa para cualquier peri¨®dico¡±. Es lo que hace, contar historias a trav¨¦s de un instante que congela para la eternidad. En esta ocasi¨®n, se pas¨® 20 d¨ªas recorriendo el asfalto neoyorquino en busca de parecidos madrile?os. ¡°La calle 14 de Nueva York es igual que la calle Fuencarral¡±, afirma. ¡°Las casas de la calle del Pez, son como las del Soho. El Retiro y Central Park. Hay que echarle imaginaci¨®n a veces para ver las semejanzas, pero una vez la encuentras no dejas de verlas¡±, dice, pasando lentamente las p¨¢ginas de su libro, par¨¢ndose en cada imagen para descubrir los parecidos.
El fotoperiodista, que se incorpor¨® a EL PA?S en 1980 y en 1996 se convirti¨® durante dos a?os en subdirector del diario deportivo As, ya no hace recuento de los carretes. ¡°Solo s¨¦ que llevaba dos m¨¢quinas al hombro, como si fuese a rodar 55 d¨ªas en Pek¨ªn¡±, cuenta, siempre bromista, este dandi castizo, siempre vestido de traje. Lo que s¨ª que reconoce es que todas las noches ¡°limpiaba¡± la m¨¢quina, es decir, eleg¨ªa las mejores fotos.
¡°Me entusiasma esta ciudad. Siempre que puedo me escapo. Me relaja, ?est¨¢ tan viva!¡±, exclama. Es la ciudad en la que cumpli¨® 21 a?os, la que le acogi¨® la primera vez que viaj¨® al extranjero, donde conoci¨® a Paul Newman, donde le pagaron su primer sueldo digno, donde se convirti¨® en lo que es. Este amante de Madrid no se cansa de decir que Nueva York le cambi¨® ¡°totalmente¡± la vida.
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