El Consell ignora una sentencia del TSJ para pagar 10.000 euros a una anciana
El TSJ conden¨® a la Administraci¨®n al pago de 23 mensualidades atrasadas y los familiares denuncian la impotencia
La deuda del Consell parece no tener l¨ªmites. Ni siquiera legales. Eso es, al menos, la impresi¨®n que tiene una familia de Ll¨ªria (Valencia) despu¨¦s de que el Tribunal Superior de Justicia (TSJ) condenara el pasado mes de junio a la Generalitat a pagar 9.561,79 euros por una deuda con una mujer dependiente. El fallo resuelve que la Administraci¨®n debe pagar las 23 mensualidades atrasadas desde que la familia solicit¨® la ayuda hasta que le concedieron la primera. Hoy por hoy, cinco meses m¨¢s tarde, sigue sin ingresar el dinero adeudado. Ahora esperan que se ejecute el pago mientras temen un tr¨¢gico desenlace que complique, a¨²n m¨¢s, los tr¨¢mites. ¡°Vivimos una sensaci¨®n de impotencia horrible¡±, confiesan.
¡°Mi abuela est¨¢ mal y es probable que no aguante mucho¡±, cuenta A., el nieto que, al igual que su abuela y el resto de familiares entrevistados, prefiere no dar su nombre ¡°para no perjudicar el proceso¡±. ¡°Entonces tendr¨ªamos mayores complicaciones para recibir lo que nos deben¡±. Habla de la sentencia del TSJ pero tambi¨¦n del dinero que el Consell adeuda a todos los dependientes desde agosto. Su abuela, G. M., est¨¢ a punto de cumplir los 93 a?os y requiere 24 horas de ayuda desde hace a?os. Seg¨²n comenta su hijo R. le tienen que hacer la comida, la cama y ¡°solo se mueve del dormitorio al comedor, que est¨¢ cerca¡±. Ellos, contrarios a ingresarla en una residencia, se han hecho cargo desde el principio. Viven los tres juntos.
La familia pidi¨® las ayudas para la abuela en mayo de 2007, nada m¨¢s aprobarse la Ley de Dependencia y estudiar c¨®mo pod¨ªan disfrutarla: ¡°En cuanto se puso en funcionamiento la solicitamos¡±, narra su hijo, ¡°aunque tuvimos algunos problemas por preferir tenerla en casa que enviarla a un centro¡±. En mayo de aquel a?o registraron la solicitud. La respuesta les lleg¨® dos a?os m¨¢s tarde, el 19 de junio de 2009: se les conced¨ªa por ¡°gran dependencia¡± (nivel 3, grado 1) una cuant¨ªa 415,73 euros al mes.
La dotaci¨®n contemplaba un cuidador ¡°no profesional¡±, que era su nieto, ya que entre los tres hab¨ªan decidido hacerse cargo de ella. ¡°Mi padre estaba a punto de jubilarse (ahora tiene 66 a?os) y pensamos que era la mejor opci¨®n. Adem¨¢s, creemos que es de recibo cuidar a quien te cuid¨®¡±, sostiene el nieto, de 35 a?os. De esta forma, consigui¨® las acreditaciones necesarias y empez¨® a dedicarse a ello: ¡°Tuve que presentar un mont¨®n de papeles y hacer cursos, como todo el mundo¡±, relata. ¡°En estos a?os, mi abuela ha empeorado. Ha tenido algunas ca¨ªdas, pero leves¡±, se?ala. ¡°Los t¨¦cnicos ya en su d¨ªa le pusieron en el pen¨²ltimo nivel¡±.
Seg¨²n la asignaci¨®n, la asistencia ¡°tendr¨¢ efectos econ¨®micos desde la fecha de la presente resoluci¨®n¡±. Ellos, sin embargo, consultaron a un abogado para obtener la suma de todos los meses con retroactividad. El 3 de mayo de 2010 interpusieron un recurso contencioso administrativo contra la resoluci¨®n expedida por la Generalitat. Vicente Fito, el letrado encargado, reconoce que ten¨ªan esperanzas en conseguirlo ya que ¡°hay m¨¢s casos en el que resuelve a favor de los particulares¡±.
La sentencia lleg¨® el pasado mes de junio. El TSJ conden¨® a la Generalitat a pagar 23 cuotas, desde mayo de 2007 hasta junio de 2009, a raz¨®n de 415,73 euros por mes. En total, con intereses, la cantidad ascend¨ªa a 9.561,79 euros. ¡°Entonces la ley no se hac¨ªa cargo de las costas¡±, explica Fito.
M¨¢s de cinco meses despu¨¦s, a¨²n siguen sin percibir ni un euro. A los tres meses del fallo, a finales de octubre, presentaron un escrito en el que ped¨ªan la ¡°ejecuci¨®n forzosa de la sentencia¡± que cargaba ¡°personal y directamente¡± la ¡°responsabilidad de los agentes de la Administraci¨®n¡±. De momento, tienen 12 semanas por delante para que recibir alguna respuesta. Mientras, en el tel¨¦fono de atenci¨®n al dependiente de la consejer¨ªa de Bienestar les repiten cada d¨ªa que no hay dinero. ¡°No sabemos qu¨¦ hacer¡±, reconocen, ¡°estamos desesperados¡±. ¡°No entiendo nada¡±, apunta el nieto y cuidador, ¡°porque nos sentimos cada vez menos respaldados por la administraci¨®n¡±. Lo peor de todo, confiesan, es que el establecido orden de las cosas puede precipitar un final irremediable para un proceso del que ¡°nadie sabe nada: ni siquiera los que se supone que nos deber¨ªan informar¡±.
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