Andreu Alfaro, el int¨¦rprete de metales
El escultor valenciano fue impulsor del IVAM y premio de Artes Pl¨¢sticas


Andreu Alfaro, el prol¨ªfico escultor de las geometr¨ªas de acero y aluminio o las columnas de m¨¢rmol, falleci¨® el mi¨¦rcoles por la noche en Valencia, tras varios a?os apeado de la vida p¨²blica por el alzh¨¦imer.
Con una obra que supera los dos millares de esculturas, buena parte de ellas repartidas por espacios p¨²blicos del mundo, Alfaro fue uno de los escultores espa?oles contempor¨¢neos m¨¢s sobresalientes sin abandonar Valencia, donde naci¨® en 1929 y por donde logr¨® pasar inadvertido pese a su importancia de haber sido uno de los primeros en recuperar la modernidad tras el socav¨®n que produjo la Guerra Civil en la producci¨®n art¨ªstica espa?ola.
El escultor, que fue asimismo un delicado dibujante, surgi¨® de un entorno que lo predispon¨ªa a continuar el negocio c¨¢rnico familiar en el que, antes de ir al colegio, hab¨ªa que afilar cuchillos y dar de comer a los cerdos que su padre ten¨ªa en Tavernes Blanques. Proven¨ªa de una estirpe de carniceros liberales y se formate¨® en el Matadero General de Valencia, donde los matarifes ensayaban tratados de cirug¨ªa y blasfemaban sin que se cayese la colilla de la boca. Siempre sol¨ªa presumir de que esa hab¨ªa sido su universidad.
Su facilidad para dibujar lo aproxim¨®, primero, al ¨¢mbito de la publicidad, en el que desarroll¨® su pericia en el dise?o y, luego, le meti¨® de lleno en el mundo del arte. Alfaro aprovech¨® esas brechas e hizo el complicado tr¨¢nsito del mundo productivo al creativo sin desconectarse de la ra¨ªz ni perder la perspectiva que le hab¨ªa conferido el duro aprendizaje de la vida; es decir, aplicando la racionalidad a la creatividad.
Ese mestizaje, unido a la pulcritud, le permiti¨® sustanciar bellezas de gran elegancia que no solo satisfacen a los m¨¢s exigentes catadores de c¨®digos, sino que conforman muchos paisajes colectivos. Pero antes tuvo que convencer a su padre, que no hab¨ªa asimilado que le gustara tanto Goethe ni que se pod¨ªa ganar la vida sin trabajar duramente con las manos.
Su obra, entre otros reconocimientos, fue distinguida con el Premio Nacional de Artes Pl¨¢sticas, que recibi¨® en 1981. En 2007, el Institut Valenci¨¤ d¡¯Art Modern (IVAM), del que fue impulsor y autor del logotipo, mostr¨® una antolog¨ªa de sus 50 a?os de esculturas. Fue su ¨²ltima gran exposici¨®n. Entonces, Alfaro, a quien Raimon defini¨® como torsimany de metalls (int¨¦rprete de metales) en la canci¨®n Andreu, amic, ya hab¨ªa dado por concluida su producci¨®n.
Tras de s¨ª ha trazado una trayectoria inquieta y diversificada, aunque sin haber perdido nunca la perspectiva de su propia ra¨ªz, es decir, asimilando la creaci¨®n art¨ªstica de la metodolog¨ªa de los procesos y materiales industriales y manteniendo la convicci¨®n que la escultura ten¨ªa que servir para simbolizar actitudes o argumentos colectivos.
Alfaro tiene un centenar de esculturas p¨²blicas repartidas por el mundo. Se trata, en su mayor¨ªa, de grandes obras construidas a gran escala y con vocaci¨®n de integrarse en los espacios p¨²blicos como verdaderos monumentos colectivos. Entre ellas destacan las de Madrid (su obra Puerta de la Ilustraci¨®n, formada por arcos de acero inoxidable), Barcelona (la escultura del Mil¡¤lenari, en los accesos del aeropuerto de El Prat, o las del Campus de Bellaterra y la Ciutat Ol¨ªmpica), Valencia (en el aeropuerto, la Estaci¨® del Nord y la avenida de Arag¨®n), as¨ª como en Nueva York (la fachada del Banco de Santander) o en varias ciudades alemanas.
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