Dos centenarios de post¨ªn
Madrid ha recordado con afecto los nacimientos de Georg Solti y John Cage
Georg Solti y John Cage nacieron en 1912. En Madrid se han recordado con afecto los centenarios de sus nacimientos gracias a un par de conciertos de Iberm¨²sica el pasado fin de semana con la Filarm¨®nica de Londres, orquesta de la que fue director el maestro h¨²ngaro, y otro del CNDM el lunes con el joven pianista franc¨¦s Bertrand Chamayou alrededor de las Sonatas e interludios del compositor estadounidense.
Han sido dos homenajes muy oportunos. Tanto Solti como Cage iluminaron el desarrollo musical del siglo XX desde perspectivas tan diferentes como complementarias. Solti era un director de orquesta de una vitalidad arrolladora, tanto si afrontaba a Mozart o Beethoven como si se las ve¨ªa con Verdi, Wagner, Mahler o Bruckner. Era pura pasi¨®n. Identificado fundamentalmente con la Sinf¨®nica de Chicago, su paso por Londres fue tan esclarecedor como vibrante. En el concierto del pasado domingo Vladimir Jurowski, en cierto modo su sucesor, ofreci¨® una lectura en¨¦rgica de la Quinta sinfon¨ªa de Mahler, despu¨¦s de una versi¨®n mod¨¦lica de la obertura de Fidelio, de Beethoven, y de unos sugerentes Wesendonck lieder, de Wagner, con arreglos de Hans Werner Henze, contando como solista con la sensible cantante sueca Anna Larsson. La pieza ofrecida como propina -el Preludio del tercer acto de Los maestros cantores, de Wagner-, son¨® de una manera magistral desde el punto de vista humanista, y quien sabe si debido a ello Solti sali¨® del altar de la memoria y se mostr¨® m¨¢s cercano, no tanto por una imitaci¨®n al pie de la letra de su manera de dirigir sino por cierta atm¨®sfera creada por Jurowski a medio camino entre la intensidad expresiva y el sentimiento a flor de piel.
Lo de John Cage es otra historia, m¨¢s ligada a la evoluci¨®n del arte de los sonidos y a la creaci¨®n de unos horizontes imprevisibles hasta ese momento. El homenaje se realiz¨® desde el piano. O m¨¢s bien desde los pianos, incluyendo uno de juguete para la Suite for Toy Piano, de 1948. Bertrand Chamayou interpret¨® asimismo Child of Tree, de 1975, un solo de percusi¨®n para tiestos de cactus y otras plantas de material vegetal, con el toque conveniente de amplificaci¨®n. La base del concierto fue una selecci¨®n de las sonatas e interludios para piano del compositor. La resoluci¨®n tuvo tanta fantas¨ªa como pulcritud. Fue un concierto en cierto modo did¨¢ctico, del que emergi¨® en todo momento una sensaci¨®n testimonial del paso del tiempo Los dos homenajes han trascendido su condici¨®n de celebraci¨®n cordial, demostrando, si hac¨ªa alguna falta, que Solti y Cage contin¨²an hoy tan vivos como en sus mejores momentos.
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