¡°Voy de pena, menos mal que mi novia trabaja. Empieza a ser grave¡±
Arranca la segunda marcha por la discapacidad para reclamar los impagos de la deuda

Juanjo P¨¦rez es un trabajador de la discapacidad que va camino de no cobrar su quinta n¨®mina consecutiva. ¡°Voy de pena, menos mal que mi novia trabaja. Muchos lo est¨¢n pasando muy, muy mal, pero sin los trabajadores el sector no funcionar¨ªa¡±, dice mientras pone rumbo a Valencia junto a 15 compa?eros dedicados a la discapacidad. Es la segunda marcha que inician destino a la capital auton¨®mica en menos de un mes y pretenden acabarla con una vigilia en Nochebuena en la plaza de la Reina. La primera marcha tuvo un trayecto distinto ¨Cnaci¨® en Villena-, pero sus motivos siguen siendo los mismos en la segunda, que arranc¨® este martes: el pago de los 120 millones de deuda acumulada en el ¨²ltimo a?o, la paralizaci¨®n del modelo de financiaci¨®n para 2013, el respeto a la inversi¨®n en ayudas para la inserci¨®n laboral de los discapacitados y la creaci¨®n de una mesa negociadora que integre al sector.
¡°La Administraci¨®n puede dejar de pagarnos pero nosotros no podemos dejar de pagar al banco¡±, explica P¨¦rez al iniciar un periplo de seis d¨ªas que le llevar¨¢ junto a sus compa?eros por centros de discapacitados y enfermos mentales de Alicante y Valencia. ¡°Empieza a ser grave: hay compa?eros que est¨¢n volviendo a casas de sus padres, otros que han tenido que buscarse otros trabajos y otros a los que est¨¢n embargando sus casas¡±, comenta a las puertas del Centro de Autistas del barrio alicantino de San Blas. Una docena de autistas del centro, junto a familiares y compa?eros, les despide con alegr¨ªa, todos vestidos con camisetas pidiendo respeto y dignidad, las que vienen usando en los d¨ªas reivindicativos desde la primera marcha. Maite Onetti, una viuda que cobra una prestaci¨®n por hijo a cargo, ha tenido que esconder esa camiseta a su hija antes de dejarla en el centro. Naci¨® con el s¨ªndrome del Maullido de Gato y un 85 por ciento de minusval¨ªa. No habla, no anda bien, pero sabe qu¨¦ pasa: ¡°Cuando me ve la camiseta sabe a lo que voy y me dice que ella tambi¨¦n va. Son solo un poco distintas¡±, dice esta madre que se pregunta de qu¨¦ servir¨¢ el copago para reservar plaza en los centros de discapacitados "si muchos van camino del cierre". Maite no conoce otra vida que la de cuidar de su hija desde hace 40 a?os. ¡°Y las dos somos felices¡±, asegura, ¡°y queremos seguir as¨ª¡±; algo que ve dif¨ªcil de cumplirse el modelo de financiaci¨®n para el 2013, que acaba con los programas dirigidos a una mejora de la calidad de vida de los discapacitados y enfermos mentales.
¡°Est¨¢ gente no puede ocultarse como antes, tienen que estar en los cines, en los bares, con la gente, mezclados en la sociedad¡±, insiste Maite, a la que da la raz¨®n Paulino L¨®pez, trabajador desde hace 20 a?os en el sector. De aplicarse el modelo de financiaci¨®n previsto para 2013, ¡°se van a ver abocados al ostracismo, a estar encerrados en casas. Pretenden que los tratemos como enfermos y no lo son. No pueden estar por estar en un centro, necesitan ayuda. Se ha luchado mucho en los ¨²ltimos 30 a?os para retroceder tanto¡±.
Los recortes previstos por la Generalitat, que las asociaciones estiman entre 400 y 500.000 euros, empujan al sector a la desaparici¨®n de estos programas. Sin ir muy lejos, los primeros en desaparecer ser¨¢n los del centro de Villena si antes del 7 de enero no reciben parte de la deuda.La patronal de la dependencia valenciana, AERTE, ha dispuesto en su asamblea del martes adoptar medidas judiciales contra la Administraci¨®n por perjuicios a unos 32.000 usuarios dependientes, asociados y empleados en caso de que se demore m¨¢s el pago de la deuda.
Por el momento, son trabajadores como Paulino o Juanjo los que caminan hoy y los que mantienen a flote el sector. Han escogido ¡°un modo de vida¡±. De hecho, Paulino conoci¨® a su mujer en un centro, su ahora cu?ada es una paral¨ªtica cerebral y el motivo por el que se conocieron. El de la discapacidad es un mundo muy reducido, de apoyos mutuos, personas que no trabajan solo ocho horas, el trabajo lo tienen en muchos casos fuera y dentro de casa. Es sacrificado, constante. ¡°Y todos somos trabajadores de base¡±, explica Juanjo P¨¦rez, ¡°somos los que antes luch¨¢bamos porque se nos reconociera como educadores y no como los cuidadores que somos a ojos de la Administraci¨®n. Hoy luchamos porque nos paguen el mes¡±, a?ade con cierta desaz¨®n, pese a no perder la actitud animada.
La marcha pasar¨¢ por distintas localidades - Benidorm, Calp, D¨¦nia, Alboraia, etc- en las que se leer¨¢n manifiestos y acabar¨¢ en la plaza de la Reina en Valencia. Puede seguirse por Facebook (Discapacidad en Marcha, por la Dignidad y el Respeto). Los trabajadores pasar¨¢n la noche del 24 en vela alejados de sus familias, pero ¡°alguien tiene que dar voz a esta gente¡±, se?ala Paulino L¨®pez. ¡°Se expresan poco, tienen problemas de comunicaci¨®n, pero saben. El otro d¨ªa me acerqu¨¦ a un chico (autista), se le ve¨ªa involucr¨¢ndose en todo esto y yo quer¨ªa conocer el porqu¨¦. Solo me dijo tres palabras: trabajo, centro y futuro¡±, apunta Paulino junto a un autista que lleva diez minutos sonriendo de un lado a otro y no tiene pinta de que vaya a dejar de hacerlo.
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