Batas blancas llenan plazas y estaciones contra los recortes en I+D+i y sanidad
Centenares de j¨®venes investigadores se concentran en la Estaci¨®n del Norte con maletas Denuncian las causas de la precariedad investigadora y de la fuga de cerebros
Cientos de j¨®venes investigadores, que han hilvanado contrato tras beca, o tras otro contrato de formaci¨®n, y que no suelen superar los 1.600 euros mensuales y han cotizado pocos a?os a la Seguridad Social, se reunieron este mi¨¦rcoles en torno a la Estaci¨®n del Norte de Valencia a la llamada de ¡°?S¨²bete al tren de la dignidad!¡±. ¡°?Formar para emigrar? Mal negocio¡±, rezaba una de las m¨²ltiples pegatinas adosadas a los carritos. Los pen¨²ltimos en llegar a la estaci¨®n fueron los del Instituto de Biomedicina, que ven¨ªan pertrechados con maletas desde la sede de este centro del Consejo Superior de Investigaciones Cient¨ªficas (CSIC) para denunciar, junto a centenares de compa?eros de distintas entidades cient¨ªficas y universidades, los recortes en la I+D+i.
A escala estatal, el gasto ha ca¨ªdo al 1,33% del PIB, como refleja el manifiesto le¨ªdo en la Estaci¨®n del Norte como en otras ciudades de Espa?a. Pero es que en la Comunidad Valenciana el gasto ha ca¨ªdo hasta el 1,01% del PIB, seg¨²n el INE, lo que supone un descenso superior al 9 % respecto a 2009 (1,11%), mientras la UE est¨¢ en el 2% del PIB.
¡°Salimos del ERE del Centro Pr¨ªncipe Felipe, que nos dej¨® sin un sitio donde trabajar, y ahora que estamos en el Instituto de Biomedicina con nuestro proyecto financiado, empieza el CSIC con los grandes problemas de financiaci¨®n¡±, se lamentaba la investigadora Bel¨¦n Barcelona. All¨ª estaban tambi¨¦n los del Instituto Valenciano de Investigaciones Agrarias (IVIA), de Moncada, que precisamente horas antes hab¨ªa visitado el vicepresidente del Consell, Jos¨¦ Ciscar.
Silvia Ambr¨®s trabaja en el IVIA en un veterano y prestigioso proyecto sobre la tristeza de los c¨ªtricos, lleva 12 a?os con becas y un contrato Ram¨®n y Cajal, ¡°que en un principio era para estabilizar a la gente, pero evidentemente¡± no la ha estabilizado. ¡°Luego me pasaron a una fundaci¨®n y ahora estoy con un contrato-proyecto de la Generalitat que se agota el a?o que viene¡±. Son f¨®rmulas ¡°para que la gente siga trabajando en lo mismo sin una situaci¨®n estable¡±, explica, lo que conlleva ¡°muchos compa?eros que el mes pasado se fueron al paro, con m¨¢s de 40 a?os, que ha estado en el extranjero y muchos pioneros en su campo; otros se han ido definitivamente al extranjero o se han desvinculado de la ciencia¡±. Este a?o deber¨ªa poder pedir un proyecto, pero no puede porque no tiene un contrato estable, como muchos otros. A su lado, le apoyaba su jefe, que la semana pr¨®xima se jubila de una plaza que previsiblemente no se amortizar¨¢.
Mientras, Jordi P¨¦rez Tur, jefe de grupo en el Instituto de Biomedicina dec¨ªa en un debate de la SER que se est¨¢n ¡°equivocando las prioridades¡± y que se ¡°retroceder¨¢ significativamente" porque se produce se est¨¢ "descapitalizando la investigaci¨®n¡±. Javier Quesada, catedr¨¢tico de Fundamentos de An¨¢lisis Econ¨®mico contextualizaba: ¡°Ha habido 30 a?os de progresos, de aumento de la I+D+I en relaci¨®n con el PIB¡±, por lo que ¡°a largo plazo esto ser¨¢ un cierto par¨¦ntesis¡±. El vicepresidente de la Red de Institutos Tecnol¨®gicos recordaba que de los 1.700 profesionales altamente cualificados que ten¨ªa, ahora quedan 1.300. ¡°La situaci¨®n es insostenible por la deuda, principalmente del Impiva¡±. Quesada se quejaba de que ¡°se invierta en centros de investigaci¨®n y luego no haya dinero para el capital humano¡±.
¡°Tenemos dinero hasta marzo o abril¡±, explicaba en la Estaci¨®n del Norte F¨¦lix Mart¨ªnez, que trabaja su segundo a?o de doctorado en el Instituto de Biolog¨ªa Molecular y Celular de Plantas. Su proyecto, Prometeo, espera todav¨ªa el pago de las subvenciones correspondientes a los dos ¨²ltimos a?os. Est¨¢n a la espera de ¡°de que se resuelvan las convocatorias a proyectos europeos¡± que su jefe ha presentado, porque de proyectos espa?oles o valencianos poco se puede ya esperar. Y en su sector, s¨®lo cabe ¡°o seguir la carrera investigadora aqu¨ª o salir fuera¡±.
Se invirti¨® en centros de investigaci¨®n y pero no hay dinero para investigadores
¡°Cada vez menos proyectos y menos dinero para proyectos¡±, resum¨ªa Pascual L¨®pez, investigador postdoctoral del Cibeo, el Centro Iberoamericano de Estudio de la Biodiversidad de Alicante que se manifestaba con su mujer y su hijo de meses. Ella, Clara Garc¨ªa, es la ¨²nica investigadora que queda en una empresa que ten¨ªa 22 empleados y ahora cinco, tras ¡°los recortes en energ¨ªas renovables¡±. Junto al catedr¨¢tico de Fisiolog¨ªa de la Universitat de Val¨¨ncia, Luis Such, un grupo de j¨®venes investigadores del Hospital Cl¨ªnico asum¨ªa el lema gen¨¦rico de ¡°Con I+D+i si hay futuro¡±. Un joven doctorado en paro, Ram¨®n Parra, segu¨ªa colaborando en un proyecto sobre la muerte s¨²bita porque le gustaba y no quer¨ªa perder el tren. Y hay m¨¢s casos parecidos.
M¨¢s batas blancas se concentraron por la tarde en la plaza de la Virgen de Valencia en ¡°un velatorio que refleja a lo que puede llegar la sanidad p¨²blica por las pol¨ªticas de privatizaci¨®n del Gobierno, de la Generalitat y de otras comunidades¡±, explicaba Nacho. Este m¨¦dico, como otros de los varios centenares de personas que asistieron a la protesta, tambi¨¦n quiso solidarizarse con la ¡°marea blanca¡± de Madrid en defensa de la sanidad p¨²blica, informa Ferran Bono. Se ley¨® un manifiesto de la Plataforma de Defensa de la Sanidad P¨²blica valenciana en el que se hac¨ªa un llamamiento a la movilizaci¨®n contra las privatizaciones.
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