¡®Prestige¡¯, enigmas sin resolver
Las contradicciones entre las partes marcan el juicio en A Coru?a
Sentado en el banquillo, el exdirector de Marina Mercante Jos¨¦ Luis L¨®pez-Sors toma notas en una libreta de gran formato mientras se suceden las declaraciones de los primeros testigos de la cat¨¢strofe, hace una d¨¦cada, del Prestige. A veces subraya alguna frase con un rotulador verde fosforito. A su lado, escuchan atentos los dos principales imputados, el capit¨¢n del petrolero, Ap¨®stolos Mangouras, y el jefe de m¨¢quinas, Nikolaos Argyropoulos. De vez en cuando, los ancianos marinos griegos esbozan una peque?a sonrisa. El juicio avanza con mucho retraso, los interrogatorios se alargan. Y surgen datos sorprendentes, revelaciones in¨¦ditas, documentos desconocidos y muchas, muchas contradicciones.
??Sin destino. Nadie aclara cu¨¢l era, una vez se produjo el accidente, el 13 de noviembre de 2002. Las contradicciones se multiplican sobre este punto. Al barco ¡°herido de muerte¡±, seg¨²n las autoridades mar¨ªtimas, no se le permiti¨® ni irse ni quedarse en aguas espa?olas. Francia y Portugal tambi¨¦n intervinieron para cerrarle el paso. Un Estado ribere?o tiene todo el derecho ¡°a negar un puerto de refugio¡± a un barco en situaci¨®n de emergencia, reivindic¨® L¨®pez-Sors. E imponer que se env¨ªe ¡°lo m¨¢s lejos posible¡±, a 120 millas, fuera de las aguas espa?olas. Pero a la vez, las autoridades de un pa¨ªs ¡°no pueden dejar marchar de sus aguas un barco profundamente da?ado por seguridad de todos: del buque, de sus tripulantes, de la costa...¡±, aleg¨® un subordinado del director general, el jefe del Centro Nacional de Salvamento, Pedro S¨¢nchez. Mangouras critic¨® que, una vez adrizado y asegurado el remolque, Espa?a llevase el barco ¡°muy herido¡± mar adentro y con aviso de un nuevo y fuerte temporal. ¡°?Adonde ¨ªbamos? No se sab¨ªa el rumbo¡±, se quej¨®. A Smit Salvage, empresa de rescate contratada por la armadora para tomar el mando desde el 15 noviembre, Espa?a le neg¨® permiso para ponerse al abrigo en sus aguas e intentar recuperar su carga de fuel. Pidi¨® primero Vigo, por cercan¨ªa y buen tiempo, y luego Gibraltar. La negativa en el caso del puerto gallego ¡°fue clara y rotunda¡±, asever¨® L¨®pez-Sors. ¡°No nos aceptan en ning¨²n sitio¡±, se quej¨® la armadora al capitan.
?Una traves¨ªa sin v¨ªveres. El destino del Prestige antes del accidente tampoco est¨¢ claro. Mangouras asegura que estuvo 72 horas sin comer ni beber hasta desembarcar, ser detenido y llevado a un calabozo de la Guardia Civil. Seraf¨ªn D¨ªaz, ingeniero naval enviado al Prestige por Fomento al d¨ªa siguiente del siniestro, tambi¨¦n se quej¨® de haber pasado ¡°hambre y sed¡± a bordo. ¡°No hab¨ªa nada en la cocina, estaba seca¡±, corrobor¨® el jefe del equipo de la empresa Tecnosub que subi¨® a bordo junto a D¨ªaz. ¡°Cuando le ped¨ª algo al primer oficial, se me present¨® con una lata de cola y cuatro galletas, no hab¨ªa nada m¨¢s¡±. La sorprendente ausencia de v¨ªveres en un petrolero con 27 tripulantes reabre las sospechas sobre su destino real tras ser fletado por una compa?¨ªa suiza ya disuelta, Crown Ressources, para llevar 77.000 toneladas de fuel desde a San Petersburgo hasta, en teor¨ªa, Singapur.
??Chatarra flotante? Los t¨¦cnicos de Tecnosub acreditan ¡°el mal malantenimiento" del barco¡±. Su remolque de emergencia estaba ¡°inutilizable¡±, las tapas de los tanques en cubierta saltaron con excesiva facilidad. ¡°Era un buen buque¡±, claman, por contra, el capit¨¢n y el jefe de m¨¢quinas. Contaba con todos los permisos para navegar. El entonces capit¨¢n mar¨ªtimo de A Coru?a, ?ngel del Real, tambi¨¦n as¨ª lo entiende, en contra de la versi¨®n oficial: ¡°Era un buen barco, nunca le puse pega alguna¡±. El viejo petrolero, no obstante, llevaba a?os retirado de la navegaci¨®n en alta mar. Y el estado de sus tanques se ha cuestionado. El capit¨¢n no logr¨® ser convincente en sus esfuerzos por minimizar la ¡°corrosi¨®n¡± que detect¨® en una inspecci¨®n visual, antes de la traves¨ªa. Pero hay otro argumento que a¨²n no lograron rebatir las autoridades espa?olas: si era tal chatarra o incluso tras su accidente, estaba tan condenado, ¡°herido de muerte¡±, seg¨²n Marina Mercante, ?c¨®mo pudo aguantar seis d¨ªas, recorriendo 240 millas en medio de temporales, antes de partirse y hundirse?
?Grieta y v¨ªa de agua. Ha sido una de las afirmaciones m¨¢s sorprendentes: el piloto del Helimer Galicia, uno de los primeros en acudir al rescate, sostuvo, por primera vez en 10 a?os, que tripulantes del petrolero le habr¨ªan confesado que llevaba ya ¡°cuatro o cinco d¨ªas¡± con una v¨ªa de agua cuando se accident¨®. El piloto nunca lo dijo a nadie. Ni tampoco en las horas previas al siniestro se detect¨® anomal¨ªa alguna al pasar por Ouessant, en el Finisterre franc¨¦s, ¨²ltima escala antes de Galicia. Ni v¨ªa de agua ni grieta que, sin embargo, deb¨ªa de venir de antiguo, seg¨²n el ingeniero naval Alfredo de la Torre, segundo de L¨®pez-Sors en Seguridad Mar¨ªtima. ¡°Ese tipo de grieta va corriendo, avanza con el tiempo¡±. Pero entonces, alega la naviera liberiana, ?por qu¨¦ no fue detenido en ningun puerto y contaba con todos los certificados?
?No a la opci¨®n id¨®nea. Llevar el barco accidentado al puerto coru?¨¦s era una alternativa ¡°id¨®nea¡±, reconoci¨® L¨®pez-Sors. Pero, arguy¨®, ¡°no era ¨²til poner en riesgo¡± la ciudad cuyo entonces alcalde, Francisco V¨¢zquez, hab¨ªa advertido a Fomento que ¡°bajo ning¨²n concepto¡± permitir¨ªa entrar al Prestige. L¨®pez-Sors, sorprendentemente, no blandi¨® la imposibilidad de meter el petrolero por limitaci¨®n de calado. Pero sus subordinados, el exsubdirector de Seguridad Mar¨ªtima y el jefe del Centro Nacional de Salvamento, s¨ª recuperaron ese argumento.
?Causa desconocida. Si fuese la rotura de un mamparo que divide un tanque de fuel, como crey¨® inicialmente Mangouras, ¡°el fuel no saltar¨ªa por las tapas de cubierta, como as¨ª ocurri¨®, a 10 metros de altura¡±, dice ahora el capit¨¢n para justificar su cambio de parecer sobre las causas del accidente. ¡°La escora hubiera sido menor con un mamparo roto¡±, insisti¨® para rebatir el convencimiento de las autoridades espa?olas de que fue un da?o grave en la estructura del barco lo que motivo el desastre. Los rescatadores de Tecnosub, contratados por Fomento, tambi¨¦n recabaron indicios que apuntan a un mamparo reventado. Vieron a trav¨¦s de las tapas de cubierta fuel en el interior de tanques que ten¨ªa que estar vac¨ªos, en el costado opuesto al que se da?¨®. Pero su informe, pese a su importancia, nunca se hizo p¨²blico, ni incorporado al sumario judicial ni tomado en cuenta por los altos cargos que adoptaban las decisiones. Mangouras habla ahora, sin mucha convicci¨®n, de una ¡°ola gigante¡±. Para los t¨¦cnicos de Fomento es imposible.
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