Un amante del dogma liberal en acci¨®n

Definir a Javier Fern¨¢ndez-Lasquetty y Blanc (Madrid, 1966) como un hombre de partido supone, adem¨¢s de un lugar com¨²n, subestimar su entrega al PP, que empez¨® de adolescente en las Nuevas Generaciones del barrio de Salamanca. Excepto cuatro a?os en el sector privado, a finales de los ochenta, toda su carrera profesional se ha desarrollado en cargos de confianza, y casi siempre bajo el ala de Esperanza Aguirre. Siendo concejala de Cultura del Ayuntamiento de Madrid le dio su primera oportunidad al nombrarlo consejero t¨¦cnico en 1994. Ten¨ªa 28 a?os.

Ya nunca abandon¨® la protecci¨®n de Aguirre, que se lo llev¨® como director de Gabinete cuando fue nombrada ministra de Educaci¨®n y Cultura. Lasquetty se convirti¨® a los 30 a?os en el director general m¨¢s joven del primer Gobierno de Aznar. El actual consejero de Sanidad es ¡°el perfecto representante de la ¨¦lite del apparatchik, pura promoci¨®n interna en el partido¡±, le define una fuente del Gobierno regional. Siempre en segundo plano, pero siempre tocando poder. Con 33 a?os pas¨® al Senado como director del Gabinete de la presidenta de la C¨¢mara Alta, de nuevo Esperanza Aguirre. Aznar lo fich¨® para su Gabinete tras las elecciones generales de 2000. En 2004 ya era diputado al Congreso por Madrid y secretario general de la FAES.

Aguirre, que gana Madrid en 2003, le recupera hacia el final de su primer mandato. Lasquetty entra en el Gobierno regional como consejero de Inmigraci¨®n en 2007. Cuando Juan Jos¨¦ G¨¹emes dimite para irse a la empresa privada llega el aut¨¦ntico reto. La Consejer¨ªa de Sanidad, la que m¨¢s dinero maneja, es tambi¨¦n la m¨¢s sensible. El anuncio de la privatizaci¨®n de la gesti¨®n de seis hospitales y 27 centros de salud, el 31 de octubre, incendia a la comunidad sanitaria. Son los m¨¦dicos, colectivo tradicionalmente poco dado a la protesta p¨²blica y escasamente solidario con el resto de categor¨ªas, los que lideran la marea blanca. ¡°Y son de los nuestros¡±, se lamenta esta fuente del Gobierno que, a diferencia de Lasquetty, s¨ª admite errores en la gesti¨®n de la mayor movilizaci¨®n sanitaria vivida en Espa?a. ¡°Repetir lo de que nadie tendr¨ªa que usar la tarjeta de cr¨¦dito no pod¨ªa ser el ¨²nico argumento¡±, reconoce.

El sector sanitario se puso en alerta cuando Lasquetty aterriz¨® en la Consejer¨ªa. No solo no ten¨ªa ninguna experiencia previa en sanidad sino que adem¨¢s suced¨ªa en el cargo a G¨¹emes, un consejero amante de la controversia a quien Juli¨¢n Ezquerra, secretario general del sindicato m¨¦dico Amyts, define directamente como ¡°prepotente y chulo¡±. El cambio en las formas fue radical: ¡°Lasquetty demostr¨® que era una persona con la que el di¨¢logo era fluido y f¨¢cil, sabe escuchar, es cordial y respetuoso, aunque muy pol¨ªtico, muy ideol¨®gico¡±. El consejero rara vez pierde la sonrisa o la paciencia. Y nunca se sale del argumentario, por m¨¢s que le insista su interlocutor. Durante el conflicto sanitario ha dado decenas de entrevistas en las que ha repetido las mismas frases, incluso en el mismo orden, e id¨¦nticas respuestas a las repreguntas. De ¨¦l no se esperan sorpresas.

¡°Puedes estar tom¨¢ndote un caf¨¦ en la Asamblea, hablando de t¨² a t¨², pero ni as¨ª baja la guardia. Est¨¢ siempre en posici¨®n de combate y no se apea de la versi¨®n oficial¡±, dice Jos¨¦ Manuel Freire, portavoz de Sanidad del PSOE y exconsejero del ramo en el Pa¨ªs Vasco, el pol¨ªtico con el que suele batirse dial¨¦cticamente en el Parlamento regional. ¡°No creo que tenga una visi¨®n propia de lo que quiere hacer con la sanidad. Es m¨¢s el ejecutor obediente de una estrategia del presidente que el impulsor. Todo su equipo es heredado y b¨¢sicamente se ha dedicado a continuar los planes de sus predecesores¡±, a?ade. G¨¹emes le dej¨® en marcha el ¨¢rea ¨²nica, la libre elecci¨®n de m¨¦dico y los nuevos hospitales construidos o proyectados. Solo este cambio radical en la gesti¨®n de la sanidad p¨²blica madrile?a parece obra suya, pero Freire no es el ¨²nico que le considera solo un disciplinado hacedor.

Juan Soler, alcalde de Getafe, presume de haber ¡°llevado¡± a Lasquetty a Esperanza Aguirre. ?Qu¨¦ vio en ¨¦l la lideresa? ¡°Era de los pocos que con 18 a?os hab¨ªa le¨ªdo a Hayek y Friedman, a los pensadores liberales. Le interesaba el pensamiento pol¨ªtico. Javier en el fondo es un intelectual metido a pol¨ªtico¡±, asegura quien le define como su ¡°mejor amigo¡±. ¡°Es muy inteligente, lector insaciable, competente y trabajador, adem¨¢s de un gestor riguroso. Recuerdo que alguna vez volv¨ªa de ver alg¨²n estreno de cine y ve¨ªa encendida una lucecita, la de su despacho, en el Ministerio de Educaci¨®n. Dec¨ªa que estaba acabando algo y ni se hab¨ªa dado cuenta de la hora¡±, a?ade. Lasquetty no ha pisado callos, dice alguien que trabaja con ¨¦l. ¡°Pero no es un tipo especialmente adorado porque es cerebral, poco extrovertido y no es carism¨¢tico¡±, a?ade.

Los dos meses de conflicto sanitario, con huelga indefinida de los m¨¦dicos, mareas blancas en la calle y declaraciones p¨²blicas contra el plan de todos los actores sanitarios (Colegio de M¨¦dicos, sociedades cient¨ªficas, jefes de servicio, directores de centros de salud...) han dado especial protagonismo a Lasquetty. Algo con lo que no est¨¢ c¨®modo. Esta semana, reci¨¦n estrenado el euro por receta que le enfrenta al Ejecutivo de Mariano Rajoy, grab¨® unas declaraciones en v¨ªdeo y las envi¨® a los medios para ahorrarse las preguntas de los periodistas. Durante la crisis ha evitado los actos p¨²blicos varios d¨ªas seguidos. ¡°Le gusta el poder pero no estar bajo los focos como a sus predecesores¡±, dice una fuente del Gobierno seg¨²n la cual ya est¨¢ acusando la presi¨®n: ¡°Est¨¢ m¨¢s delgado y con calenturas en la boca¡±.

Cuando el Gobierno regional cambi¨® de estrategia y empez¨® a informar ¡ªantes se hab¨ªa negado a hacerlo¡ª de las operaciones quir¨²rgicas aplazadas y de las consultas suspendidas por la huelga qued¨® claro que el seguimiento entre los m¨¦dicos hab¨ªa sido mucho m¨¢s alto de lo que reconoc¨ªa Lasquetty. El PP pretend¨ªa poner a la ciudadan¨ªa en contra de estos profesionales, pero las cifras (40.000 consultas; 6.000 intervenciones) evidenciaron tambi¨¦n que el consejero hab¨ªa permitido que el conflicto se enquistara durante semanas. Llegaron los rumores de que Lasquetty estaba amortizado. Algo que desde el Gobierno regional no dan por hecho: ¡°Tiene el respaldo del jefe, que es lo que importa aqu¨ª¡±. En cambio, no tiene el del Gobierno central, que recurrir¨¢ el euro por receta y que no ha abierto la boca sobre el proceso de privatizaci¨®n. La fuente del Ejecutivo regional admite que est¨¢ haciendo da?o carecer de ese apoyo y del de G¨¦nova. ¡°Tambi¨¦n perjudic¨® dar marcha atr¨¢s en La Princesa a las tres semanas e hizo pupa que Ana \[Botella\] firmara¡± contra el desmantelamiento del hospital, a?ade. Y menciona otro error: la ¡°aproximaci¨®n excesivamente dogm¨¢tica al problema¡±.