¡°Okupamos las casas pero no somos vagos. Antes ¨¦ramos la clase media¡±
Familias arruinadas por la crisis toman 70 chal¨¦s que una promotora abandon¨® en Valdemoro
El sal¨®n est¨¢ lleno de juguetes. Un caballo de madera y dibujos animados en la televisi¨®n. Un ni?o de dos a?os llora mientras su madre intenta calmarlo. En la calle, el padre pasa la ma?ana buscando empleo. Ser¨ªa un hogar normal de la Espa?a del siglo XXI si no fuera porque sus ocupantes viven all¨ª de forma ilegal. No pagan alquiler. Encontraron la casa vac¨ªa y entraron hace un mes. La limpiaron, pusieron enchufes y radiadores. Tiene facturas para demostrar que abonan la luz y el agua. Y no son los ¨²nicos vecinos del barrio en situaci¨®n irregular. La mayor¨ªa de los 70 chal¨¦s que componen esta promoci¨®n de Valdemoro tienen inquilino, pero solo tres son legales.
¡°No queremos robar la casa de nadie, pero es que no tenemos d¨®nde meternos y estos chal¨¦s est¨¢n vac¨ªos: es una locura¡±, cuenta la mujer, que no quiere dar su nombre. Son habitantes de Valdemoro que cuando se enteraron de que estaban okupando los chal¨¦s de la Ronda de las Comunidades se acercaron por las casas, desde hac¨ªa cuatro a?os abandonadas y arrasadas por ladrones. ¡°Nos encontramos con que aqu¨ª viv¨ªan personas hasta hace poco consideradas ciudadanos normales. Nos dejaron entrar desde sus garajes al adosado sin forzar la puerta¡±, explica la mujer.
Solo cobran los 426 euros del subsidio para los que han agotado el paro. Hasta hace dos a?os ella trabajaba de administrativo y su marido de fontanero. ¡°Decidimos tener el ni?o porque nos pareci¨® el momento, y entonces nos echaron¡±, cuenta. Sin empleo, ¨¦l se vio con una hipoteca de 130.000 euros por su estudio de 22 metros cuadrados. No pod¨ªa dejar de pagarlo porque lo avalaba su padre; tampoco instalarse all¨ª: ¡°Nos dijo la asistente social que con ese tama?o para tres pod¨ªan quitarnos el cr¨ªo¡±, dice ella.
¡°No queremos hablar por miedo a que nos echen, pero queremos que la gente entienda que no somos escoria ni vagos. Nosotros ¨¦ramos la clase media y ahora tenemos que andar con la cabeza baja porque nos da verg¨¹enza¡±, se queja amargamente la mujer. En ese momento el marido vuelve de la calle. Explica que han gastado los 400 euros que les quedaban en arreglar el adosado. Asegura que han intentado localizar a la promotora de los pisos, Castellana Inmobiliaria, para pagarles un peque?o alquiler, pero que no han podido localizarla. No es extra?o: Castellana, originalmente con oficinas en Valdemoro, se ha desvanecido. Ninguno de sus tel¨¦fonos funciona y este peri¨®dico solo ha podido contactar con Orbis Habitat, empresa establecida en Vilafranca del Pened¨¦s (Barcelona) y en proceso de liquidaci¨®n legal cuyo apoderado (Gregori Ferrer Bertr¨¢n) y administrador (Gregorio Ferran Ben¨ªtez) son los mismos que los de Castellana. Orbis no responde a las preguntas.
La promoci¨®n de Valdemoro ten¨ªa mucho de ideal: 230 metros de adosado, jard¨ªn, dos pisos, ¨¢tico y dos garajes. ¡°Pero solo fuimos tres los que compramos¡±, cuenta Manolo Orellana un poco m¨¢s abajo en la calle. ¡°Pagamos 320.000 euros, pero el resto de casas se quedaron vac¨ªos y vinieron a robar hasta las placas solares¡±, dice. Entiende que personas apuradas busquen salidas, pero le molesta que no todos hayan sido leales y algunos hayan intentado pincharles los suministros.
Tensi¨®n vecinal en Parla
Los vecinos ilegales y el Ayuntamiento de Valdemoro insisten en una idea: "Esto no es Parla". Con ello quieren dejar claro que la okupaci¨®n no ha causado los mismos conflictos que esta semana se han vivido en la cercana localidad.
Los habitantes de Parla Este le pusieron los pelos de punta a su Consistorio al anunciar la creaci¨®n de patrullas ciudadanas para "intimidar" a las nueve familias que hab¨ªan tomado posesi¨®n ilegal de casas vac¨ªas en la zona. El Ayuntamiento se apresur¨® a tapiar el resto de pisos susceptibles de ser okupados, ha aumentado la presencia policial y ha desautorizado toda milicia espont¨¢nea. No es el primer problema de esta naturaleza en el municipio. El caso de los conocidos como okupas de la calle Toledo ¡ªdonde los ilegales pr¨¢cticamente se han hecho con un inmueble entero del Plan Municipal de Alquiler¡ª ha generado numerosos roces con los vecinos de los alrededores, a pesar de que los ilegales afirmen pagar religiosamente sus facturas desde hace meses.
La okupaci¨®n de inmuebles tambi¨¦n se ha extendido por barrios madrile?os como Usera, Vallecas o San Crist¨®bal de los ?ngeles (Villaverde), donde incluso algunas mafias se hacen con pisos vac¨ªos para alquilarlos ilegalmente.
Garant¨ªas legales
Alberto Albacete, jefe de la Polic¨ªa de Valdemoro, defiende que est¨¢ haciendo todo lo posible con las herramientas legales a su alcance. ¡°En cuanto hay gente dentro de una vivienda se considera legalmente su morada y no podemos echarla sin orden del juez¡±, cuenta. ¡°Solo podemos instar al promotor a que denuncie, que es lo que est¨¢ haciendo el Ayuntamiento¡±. El polic¨ªa asegura que han tenido que intervenir en multitud de ocasiones desde que la promotora dej¨® las casas a su suerte. Primero, para frenar robos y, despu¨¦s, para evitar m¨¢s okupaciones. Pero vuelve a la casilla de salida: con inquilinos dentro, solo se puede vigilar el barrio para que no surjan problemas.
El barrio no tiene aspecto amenazador. Algunos de los vecinos ilegales han pegado su nombre en el buz¨®n con celo y hojas de cuaderno. En los jardincitos hay ¨¢rboles de navidad. Algunas casas est¨¢n todav¨ªa en fase de recuperaci¨®n. Como la de Silva, un brasile?o que prepara la vivienda para que su mujer y su hija se instalen con ¨¦l. ¡°No estamos aqu¨ª por gusto, pero es que perd¨ª mi trabajo de mec¨¢nico y hemos tenido que dejar el piso. Debo tres meses que pagar¨¦ en cuanto pueda. Ya he agotado los amigos a los que pedir ayuda¡±, cuenta. Est¨¢ montando una cama para su hija pero a¨²n no puede traerla porque hace demasiado fr¨ªo. ¡°Paso muy malas noches¡±, dice se?alando una cama sobre la que descansa una Biblia: ¡°Pero hay que guardar el sitio porque mucha gente viene a qued¨¢rselas¡±.
En una situaci¨®n similar est¨¢ Carlos Antonio Leite, compatriota que repara la casa para su mujer y sus dos ni?os. ?l contin¨²a trabajando en un taller a cambio de 700 euros, demasiado poco, dice, para el alquiler y los gastos. ¡°Unos compa?eros me han dejado los cables para la instalaci¨®n de dentro, pero ser¨¢ todo legal. Ya he presentado los papeles a Iberdrola¡±, jura. ¡°Lo ¨²ltimo que quiero es robar. Solo busco una vida normal¡±. Silva asiente. A unos metros de su nueva casa, un cartel¨®n de la promotora se?ala el chal¨¦ piloto. De su ventana cuelga un jersei verde. Ahora tambi¨¦n est¨¢ okupado.
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