El doctor Mor¨ªn, absuelto de abortos ilegales: ¡°Fui una cabeza de turco¡±
La Audiencia de Barcelona cree que las intervenciones se ajustaron a la ley
La justicia cerr¨® ayer con la absoluci¨®n rotunda de todos los acusados un episodio que acab¨® impulsando la nueva ley sobre el aborto: el caso Mor¨ªn.Seis a?os despu¨¦s de ser detenido, y mientras sus cl¨ªnicas siguen cerradas, la Audiencia de Barcelona ha exonerado al doctor peruano Carlos Mor¨ªn y a los otros 10 acusados por practicar interrupciones del embarazo fuera de los supuestos permitidos por la ley de 1985. ¡°Se creyeron falsas verdades. Fui una cabeza de turco¡±, declar¨® Mor¨ªn tras conocer su absoluci¨®n.
La fiscal¨ªa ped¨ªa casi 300 a?os de c¨¢rcel para el cirujano por un centenar de abortos, pero la sentencia concluye que no hay pruebas para condenarle. Todas las intervenciones se practicaron ¡°con el consentimiento y a petici¨®n expresa de las mujeres embarazadas¡±, en ¡°centros homologados¡± y con ¡°personal titulado¡±.
El caso arranc¨® en 2006, a ra¨ªz de un reportaje de la televisi¨®n p¨²blica danesa que la entidad ultracat¨®lica E-Cristians llev¨® al juzgado. La investigaci¨®n culmin¨® un a?o m¨¢s tarde con la detenci¨®n de Mor¨ªn y el registro de sus tres cl¨ªnicas ¡ªGinemedex, TCB y Barnamedic¡ª de Barcelona. Las mujeres que abortaron llegaron a ser citadas como imputadas. En la vista oral declararon como testigos. Sus relatos, subrayan los jueces, hicieron vivir ¡°escenas desgarradoras¡± en el juicio, aunque han sido ¡°esenciales¡± para decidir la suerte del caso.
El papel de los psiquiatras ha sido uno de los caballos de batalla. La mayor¨ªa de mujeres afirmaron haber sido atendidas por uno de esos profesionales antes del aborto. La norma de 1985 ¡ªsustituida, en 2010, para dar m¨¢s seguridad jur¨ªdica a las mujeres a ra¨ªz de los esc¨¢ndalos de Mor¨ªn y de la cl¨ªnica Isadora¡ª despenalizaba el aborto en tres supuestos. Uno de ellos, el ¡°riesgo para la salud f¨ªsica o ps¨ªquica¡± de la embarazada. Sobre la base de los informes de los expertos, los jueces concluyen que, pese a que algunas mujeres solo rellenaron un test est¨¢ndar, el dictamen previo emitido por el psiquiatra es suficiente.
En el caso de los fetos con malformaciones, la ley permit¨ªa abortos hasta las 22 semanas. La fiscal¨ªa y las acusaciones particulares ¡ªE-Cristians, Alternativa Espa?ola, Fundaci¨®n Tom¨¢s Moro y el Colegio de M¨¦dicos de Barcelona¡ª citan conversaciones telef¨®nicas entre los implicados en las que hablan de clientas embarazadas de 27 o 29 semanas. Pero esas confesiones quedan en agua de borrajas porque, comprobados los datos de las ecograf¨ªas, lo cierto es que ninguno de los fetos rebasaba las 22 semanas. Las acusaciones sostuvieron que Mor¨ªn y su equipo hab¨ªan alterado las m¨¢quinas. En el juicio, sin embargo, ha quedado claro que eso es imposible para un cirujano sin conocimientos sofisticados de software.
Uno de los pilares que sosten¨ªa la acusaci¨®n eran tres testigos protegidas. Y tambi¨¦n se vino abajo porque, en el juicio, se retractaron. La primera de ellas ¡ªidentificada como AAA¡ª dijo no recordar ¡°nada¡±, porque cuando declar¨® contra Mor¨ªn estaba sumida en una fuerte depresi¨®n. La mujer admiti¨® haber tenido ¡°importantes desavenencias empresariales y personales¡± con el doctor y neg¨® haber recibido presiones para cambiar el sentido de sus palabras. Otra testigo (GC1) que hab¨ªa trabajado como enfermera en Ginemedex denunci¨® que no se hac¨ªan las historias cl¨ªnicas ni exist¨ªa control alguno sobre los psiquiatras. Pero reconoci¨® que llevaba 22 a?os desvinculada de la empresa. La tercera es una mujer que acudi¨® a una entrevista de trabajo, qued¨® ¡°impactada¡± por una operaci¨®n y le parec¨ªa que el feto era muy grande.
La sentencia, de la que ha sido ponente el magistrado Eduardo Navarro, reprocha a las acusaciones su ¡°insistencia casi obsesiva¡± en la presencia de un triturador en la cl¨ªnica. Al margen de que Mor¨ªn dijo que se usaba para eliminar restos de animales, la sentencia ve ¡°evidente¡± que una cl¨ªnica abortiva ¡°disponga de un sistema de evacuaci¨®n de restos biol¨®gicos¡±. Y recuerda que sobre Mor¨ªn no pesa acusaci¨®n alguna por delito contra la salud p¨²blica o el medio ambiente.
La sentencia absuelve a Mor¨ªn; su esposa, Mar¨ªa Luisa Duran, y el resto de acusados de todos los delitos: aborto ilegal, asociaci¨®n il¨ªcita, intrusismo y falsedad documental. Los jueces reprochan, en ese sentido, ¡°cierto descontrol administrativo¡± en las cl¨ªnicas de Mor¨ªn, como acreditaron las inspecciones de la Generalitat. Esas pr¨¢cticas hacen sospechar que los abortos, aunque legales, se practicaban ¡°con menos rigor del deseable¡±.
¡°Si adem¨¢s de sustraer a la mujer embarazada la decisi¨®n final (...) se pone en duda la profesionalidad de quien emite un dictamen¡± sin pruebas, quedar¨ªa ¡°en papel mojado la decisi¨®n del legislador de despenalizar parcialmente el aborto¡±, concluye la resoluci¨®n. Sobre la situaci¨®n de los acusados, a?ade que ¡°los perjuicios causados (...) van a resultar irreparables¡±. E-Cristians tild¨® de ¡°esc¨¢ndalo¡± que se haya dictado una ¡°sentencia ideol¨®gica¡± que ¡°deja en indefensi¨®n a los no nacidos¡± y anunci¨® que la recurrir¨¢ ante el Tribunal Supremo.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.