Viaje a los id¨ªlicos valles pirenaicos
El Centro Cultural La Corrala recobra las tradiciones indumentarias de los enclaves altoaragones de los valles de Ans¨® y de Echo
Una corrala bellamente rehabilitada por el arquitecto Jaime Lorenzo en la calle de Carlos Arniches, de Madrid, no lejos de El Rastro, recibe hasta el pr¨®ximo mes de abril el legado de atav¨ªos, objetos de la vida cotidiana y testimonios gr¨¢ficos de uno de los pueblos pirenaicos m¨¢s remotos y pintorescos del norte?o y profundo Arag¨®n: el que habita en los valles de Ans¨® y Echo, al norte de Huesca.
Se trata de una exposici¨®n inaugurada esta tarde y comisariada por Elena Gusano, ansotana y exfuncionaria del Ministerio de Asuntos Exteriores. Gracias al Museo de Arte y Tradiciones Populares de la Universidad Aut¨®noma, que rige Carmen Gallardo, puede ver consumado su sue?o, que es el mismo de las m¨¢s de quinientas familias que pueblan ambos valles desde tiempo inmemorial y que desean que sus tradiciones no desaparezcan en la turbamulta de los acelerados tiempos que vivimos.
Este anhelo por pervivir es el que parece plasmado en los pliegues y en cada puntada de las ropas de hembras y varones que ambos visten en los altos valles: as¨ª, las grandes camisas de lino que lucen all¨ª los hombres, conservan sisas rectangulares propias de los atuendos medievales; al desgastarse esta pieza, se sustitu¨ªa el peque?o rect¨¢ngulo por una retal nuevo y la utilidad del atuendo se prolongaba a voluntad, explica la comisaria. Los sobrepellices son asombrosamente id¨¦nticos a los que el visitante est¨¢ acostumbrado a ver en los retablos medievales.
Tesoros textiles
Tambi¨¦n la vestimenta femenina, que en determinados trajes de gala las obligaba a descender las escaleras de espaldas, cobija tesoros tejidos por la historia: desde las mantillas centradas por una borla mediana, para impedir su descuadre, que velaba a las hembras de una manera no muy diferente de las burkas que hoy cubren a las saud¨ªes, oman¨ªes y emir¨ªes, hasta las sayas de lino, sayuelos de lana gruesa o esas prendas de alto talle y de un color verde esmaltado que procuraban enorme elegancia a quienes las vest¨ªan. Con ellas, Joaqu¨ªn Sorolla retrat¨® a una nieta y su abuela en el valle de Ans¨® en 1914, en uno de sus memorables lienzos.
Tan solo unos a?os antes, en 1898, el escritor canario afincado en Madrid Benito P¨¦rez Gald¨®s visit¨® la zona pirenaica y lleg¨® a adentrarse a caballo en el valle de Ans¨®, si bien no exist¨ªa a¨²n la carretera que solo a?os despu¨¦s lo conectar¨ªa con el mundo.
La fabla aragonesa era all¨ª la ansotana y la chesa en Echo, habladas hoy por apenas un millar de lugare?os, que compart¨ªan sus vidas en un medio natural de extraordinaria belleza si bien azotado por el viento cierzo y acosado adem¨¢s nueve meses del a?o por la nieve, perenne compa?era de estos pueblos expertos en sobrevivir.
Conmueve contemplar en esta cuidada exposici¨®n la cantidad de objetos m¨¢gicos, contra el mal de ojo y contra las numerosas y crueles enfermedades infantiles, ¡°que las madres de los valles pirenaicos colocaban generalmente en la espalda de sus reto?os, la parte que cre¨ªan m¨¢s vulnerable¡±, precisa la comisaria Elena Gusano, para evitar que la guada?a cercenara sus tiernas vidas. ¡°Llama la atenci¨®n que esos objetos sean id¨¦nticos a los que cuelgan de la ristra de cristian¨¢, con patas de tej¨®n incluidas, que aparece sobre el jub¨®n del infante Felipe Pr¨®spero, hijo malogrado de Felipe IV de Austria, que inmortalizara Diego Vel¨¢zquez¡±, destaca la comisaria de la exposici¨®n, que ha reunido todo un elenco de objetos de muy alto valor etnogr¨¢fico procedente de colecciones particulares como la suya.
Adornos de peinado
Un repertorio de escapularios, delantales de luto y del llamado alivio de luto, morado, adem¨¢s de pa?os, cintas de seda, calceter¨ªa, bordados y objetos tejidos con husos y ruecas se muestran al p¨²blico desde vitrinas o maniqu¨ªes. Destaca el llamado churro, un adorno de peinado de dise?o medieval que dotaba de gracia y donosura a las mujeres que con ¨¦l se tocaban. Resulta asimismo sorprendente comprobar que el calzado masculino empleado por los lugare?os altoaragoneses posee el mismo dise?o de los escarpines que figuran en lienzos de Berruguete, mientras las cofias ¡ªderivaci¨®n etimol¨®gica de las kefiyas moriscas¡ª y los numerosos velos de las damas conservan la impronta isl¨¢mica que tanto arraigo alcanz¨® en el Arag¨®n altomedieval.
Completa la muestra, organizada por La Casa de Arag¨®n de Tres Cantos, una soberbia colecci¨®n de fotograf¨ªas procedente de la Diputaci¨®n Provincial de Huesca que compone una documentaci¨®n etnogr¨¢fica de primera magnitud solo parangonada por la que conserva la Academia de Cer¨¢mica, junto al parque del Oeste de Madrid.
La Corrala del Museo de Artes y Tradiciones Populares, que impresiona por el empaque de su patio rubricado por un pil¨®n fontanero de granito, es el lugar donde la Universidad Aut¨®noma de Madrid ha enclavado un museo etnogr¨¢fico: ¡°En ¨¦l realizan pr¨¢cticas antropol¨®gos, fil¨®logos, ling¨¹istas y expertos en Humanidades¡±, explica la directora del centro, Carmen Gallardo. Procede de una suerte de permuta entre el Ayuntamiento y el Rectorado madrile?o que intercambiaron un centro de magisterio existente de la plaza de Embajadores y hoy instalado en el campus de Canto Blanco por este espacio hoy rehabilitado, sede de exposiciones, eventos y conferencias universitarias, con un denso programa de actividades.
Arag¨®n, as ropas d¡¯antism¨¢s. Indumentaria tradicional d¡¯as Vals d¡¯Ans¨® y Echo. Centro Cultural La Corrala (UAM) Museo de Artes y Tradiciones Populares.Carlos Arniches 3 y 5. De 10.00 a 14.00 y de 17.00 a 20.00. S¨¢bados solo ma?anas. Entrada gratuita. Domingos y festivos cerrado.
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