La corrupci¨®n sale a cuenta
"Robar en este pa¨ªs ¡ªsobre todo al erario p¨²blico¡ª sale a cuenta, siempre y cuando no sea gallinas"
Los papeles y dineros de Luis B¨¢rcenas y sus presuntos sobrecogedores, la ministra pasmada y sus chollos, los sablazos al erario con motivo de la visita del Papa a Valencia, las tribulaciones del duque de Palma sin ¨¢nimo de lucro y el lucro indignante de los empapelados por el llamado caso Cooperaci¨®n, los trapicheos de mil mun¨ªcipes depredadores as¨ª como la docena m¨¢s de episodios que aviva estos d¨ªas la cacofon¨ªa de los tertulianos, las cabeceras period¨ªsticas y esa hoguera de proporciones ins¨®litas que es la corrupci¨®n, que no solo amenaza con llevarse por delante a este Gobierno del perplejo Mariano Rajoy ¡ªcomo antes se llev¨® al del auton¨®mico y p¨ªo Francisco Camps¡ª, sino que delata algo mucho m¨¢s grave: el desarme de los ciudadanos ante esta lacra criminal que no han sabido o querido atajar socialistas ni populares, reos de un mismo reproche.
Robar en este pa¨ªs ¡ªsobre todo al erario p¨²blico¡ª sale a cuenta, siempre y cuando no sea gallinas. La justicia no da abasto y el jodido vecindario contempla ¡ªmenos resignado cada d¨ªa¡ª c¨®mo los chorizos poderosos se salen de rositas. S¨ª, es cierto, en el sistema judicial se perciben brotes verdes, como el h¨¢lito de unas nuevas promociones de juzgadores ajenos a la orla de los De la R¨²a y asimilados. Pero queda demasiada tela por cortar. En realidad, faltan muchos garzones ¡ªvergonya, cavallers, vergonya¡ª y sobran hampones. Defectos de forma, sobreseimientos, prescripciones ¡ªaunque nunca para los desahucios y la miseria¡ª, recursos de r¨¢bula, indultos y aforamientos. Eso, ?a santo de qu¨¦ pervive este privilegio anacr¨®nico que suele pertrechar a fulanos ¡ªy fulanas¡ª capaces de robarle el platillo a un ciego, el ahorro a unas monjas o la sopa a un damnificado de Hait¨ª? ?Qu¨¦ protecci¨®n necesita esta carne de trena en expectativa de destino?
Ha faltado ¡ªy en esa estamos¡ª voluntad pol¨ªtica para frenar esta calamidad corruptora. El poder judicial, tan ensimismado y corporativo, tiene un atenuante constatado: a sus viejas inercias ha sumado la carencia cr¨®nica de los medios adecuados para afrontar el alud contencioso que le ha venido encima. Ahora mismo, jueces y fiscales de la Comunidad Valenciana est¨¢n reclamando al Consell m¨¢s recursos materiales y personales para afrontar las causas decantadas por la corrupci¨®n y los delitos econ¨®micos. A tal fin tienen concertada una entrevista con el consejero de Justicia y Gobernaci¨®n que a nuestro juicio ser¨¢ tan eficaz como pedirle peras a un alcornoque. La Generalitat del PP est¨¢ en la ruina y, adem¨¢s, no ser¨ªa l¨®gico que engrasase la m¨¢quina que previsiblemente enviar¨¢ al trullo a tantos de sus cofrades ¡ªdecimos del Gobierno¡ª implicados o procesados.
Nos consta que no es civilizado postular penas infamantes para la densa patulea de impresentables que nos han robado con el agravante de haber envilecido la dedicaci¨®n pol¨ªtica. Con toda seguridad el lector podr¨ªa citar una o dos decenas de mangantes de los muchos que han hecho m¨¦ritos para lucir un distintivo de su condici¨®n, una especie de pico pardo ¡ªimaginamos¡ª como se les requer¨ªa a las prostitutas que sal¨ªan de sus barrios acotados. Una forma u otra de se?alarlos. Lo malo de la f¨®rmula es que, siendo tantos y tantas las personas implicadas en chorizadas, este Pa¨ªs Valenciano proyectar¨ªa la imagen de un para¨ªso colonizado por la delincuencia, lo que, a la postre, siendo injusto, tampoco desautorizar¨ªa la fama que nos hemos labrado.
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