Catalu?as extremas y duras
Hay un soberanismo acomodaticio que ignora la parte del pa¨ªs que sale bien en las fotos pero muy mal en los anuarios
Hace unos tres meses acompa?¨¦ a unos amigos a dar una vuelta por el Segri¨¤, Les Garrigues y la Ribera d'Ebre. De Utxesa al Montsant hab¨ªa una niebla apocal¨ªptica. Mis amigos, independentistas, se sorprend¨ªan del paisaje duro, ¨¢spero y me preguntaban si ver¨ªamos el sol. Respond¨ª que no sab¨ªa si me hablaban de la niebla o del PIB de la zona. Combinar el paisaje con los anuarios de variaci¨®n del PIB por comarcas es uno de los ejercicios m¨¢s saludables que se pueden hacer para conocer el pa¨ªs. Almendrales y tantos por ciento de desempleo o de envejecimiento de la poblaci¨®n. Infraestructuras que insuflan un poco de renta aqu¨ª o all¨¢. Cuando sali¨® el sol, mis amigos no pararon de enviar fotos con Instagram, maquilladas y mentirosas.
Una semana despu¨¦s, en el Coll d'Ares, se repiti¨® la historia con diferentes espectadores. Vimos el Empord¨¤, la costa francesa, la Alta Garrotxa, las cadenas de monta?as que descienden desde el Canig¨® hasta el Puigmal i gran parte del interior. En cinco horas pasaron por el Coll d'Ares no m¨¢s de diez veh¨ªculos. M¨¢s sorpresas, esta vez por el poco tr¨¢nsito y por las calles desiertas de los pueblos de la zona.
Mes y medio m¨¢s tarde insisto que tenemos que ir de Badia del Vall¨¨s a Gav¨¤. Algunas de las personas que me acompa?an, tambi¨¦n independentistas, jam¨¢s han puesto los pies en sus calles y cuelgan sus fotos y comentarios en Twitter. El paisaje es muy diferente a los anteriores, pero el que nos describen los anuarios los hermana bastante. La tendencia de los n¨²meros salta del Baix Llobregat al Ripoll¨¨s, del Bergued¨¤ al Solson¨¨s y nos ense?a c¨®mo tiembla la Anoia, la endeblez de Les Garrigues, de la Ribera d'Ebre o de comarcas lim¨ªtrofes. Y cuidado con la Selva interior. En el otro extremo del pa¨ªs, excuso hablarles de los Pallars, del uno o del otro. O de la Alta Ribagor?a.
Ser¨ªa de agradecer ver caras soberanistas menos sorprendidas cuando llegan a Sant Mart¨ª de Mald¨¤, Rub¨ª, Salt o Casserres
Cada vez me sorprende menos ver gente tan movilizada por el pa¨ªs y, a la vez, tan sorprendida por la realidad de la mitad de su territorio. Hay un independentismo Twitter que solo se juega ciento cuarenta espacios. Twitter no es el pa¨ªs, ni lo son Facebook o el Instagram. Se tuitea desde Tremp, Juncosa o Tor¨¤, pero una cosa es un tr¨¢iler cargado con lo que sea y otra una foto con una cita de Espriu.
Las arengas, los grupos de opini¨®n sobreexcitados se disuelven como un azucarillo cuando se oye c¨®mo se cierra la puerta de Tradema en el Solson¨¦s. 140 despidos, una letra cada uno en Twitter, en una ciudad como Solsona son una cat¨¢strofe, una realidad muy poco virtual. El independentismo de sal¨®n ha tardado en aparecer pero ahora, como los dem¨¢s lastres de sal¨®n, no quiere acercarse a Martorelles, que la Derbi se va al carajo, no vaya a ser que se manchen y salgan mal en la foto.
Cuando empec¨¦ a escribir en este peri¨®dico, lo que se llevaba era el marco. Despu¨¦s se puso de moda el relato y ahora, lo ¨²ltimo es que algunos pol¨ªticos te den la vara con la geograf¨ªa. Te dicen que la geograf¨ªa es la clave para entender lo que pasar¨¢ durante los pr¨®ximos a?os. Te hablan de geoestrategias, de geopoderes y te descubren en los mapas algunas sopas de ajo de aquellas que hacen que te preguntes d¨®nde han vivido los ¨²ltimos cincuenta a?os. Al lado de las disertaciones sobre la posici¨®n de Catalu?a en Europa ser¨ªa de agradecer ver caras soberanistas menos sorprendidas cuando llegan a Sant Mart¨ª de Mald¨¤, Rub¨ª, Salt o Casserres.
Durante mucho tiempo se ha acusado a las c¨²pulas de los partidos gobernantes de mirar el pa¨ªs por encima de la Diagonal. Pues bien, todo se pega, tambi¨¦n tenemos un soberanismo acomodado y acomodaticio que ha reducido el pa¨ªs a la medida de su Iphone. Por suerte no es ni mucho menos todo el soberanismo. La geograf¨ªa m¨¢s importante para entender qu¨¦ le pasa al pa¨ªs es la m¨¢s cercana, gas¨®leo y peaje. Tanta geoestrategia y lo ¨²nico que hace falta es acercarse a Balaguer o a cualquiera de las dos Santa Coloma para ver que a veces de las arengas a las razones hay un abismo. La Catalu?a extrema y dura existe. Y, lo siento, puede que quede apa?ada en Instagram, pero sale hecha unos zorros en los anuarios.
Francesc Ser¨¦s es escritor.
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