Un reconocimiento agridulce
C¨®rdoba busca el equilibrio entre la conservaci¨®n de su patrimonio y la gesti¨®n del turismo
Cualquier cordob¨¦s al que se le pregunte responder¨¢ que est¨¢ orgulloso del reconocimiento que la Unesco ha hecho a la Mezquita-Catedral, la Juder¨ªa y la fiesta de los patios. Pero algunos se lo pensar¨¢n dos veces. No todos reaccionar¨¢n con el mismo entusiasmo ante el aumento de visitantes que genera la inclusi¨®n de los dos monumentos y la fiesta en la lista de patrimonio del organismo internacional. La ciudad lleva d¨¦cadas jugando con esa balanza, poniendo pesos en cada uno de los platillos: el del turismo, los ingresos y la rentabilidad econ¨®mica en un lado; y el de la preservaci¨®n de las esencias patrimoniales, raz¨®n ¨²ltima de la protecci¨®n, en el otro.
¡°Lo importante en el patrimonio de C¨®rdoba es tener las inversiones que garantizan su conservaci¨®n y su puesta en valor y difusi¨®n¡±, se?ala la cordobesa Carmen Calvo, exconsejera de Cultura y exministra de la misma cartera con el PSOE, quien reclama ese equilibrio. ¡°Todo tiene que darse en su justa medida¡±, zanja. ¡°Lo importante es tener un buen estudio del patrimonio, un buen plan que abarque permanentemente su conservaci¨®n y su mantenimiento y un buen proyecto de difusi¨®n y puesta en valor del mismo¡±.
Carmen Calvo reconoce que en los ¨²ltimos a?os, el platillo pecuniario puede haber ganado peso. ¡°Estos son tiempos de mucha superficialidad. Tiempos en lo que es m¨¢s importante la promoci¨®n tur¨ªstica y econ¨®mica cuando, en realidad, antes tiene que haber un estudio importante de protecci¨®n y conservaci¨®n¡±, reconoce.
¡°Las declaraciones de la Unesco son un ejercicio de buena intenci¨®n que los poderes p¨²blicos entienden que son solo de protecci¨®n. Pero se equivocan. Son los poderes p¨²blicos y los ciudadanos quienes deben protegerlos. Y en C¨®rdoba, esto no se est¨¢ haciendo¡±, se?ala Sebasti¨¢n de la Obra, director del Archivo y Servicio de Documentaci¨®n del Parlamento de Andaluc¨ªa e impulsor de la Casa de Sefarad, museo privado enclavado en la calle Jud¨ªos y dedicado a la memoria de los sefard¨ªes. ¡°El patrimonio se est¨¢ usando y tratando como una mercanc¨ªa de un turismo masivo y de paso, no de un turismo cultural de exploraci¨®n y descubrimiento. Las Administraciones p¨²blicas se han volcado m¨¢s en lo primero pero el potencial de la ciudad podr¨ªa ofrecer mucho m¨¢s¡±, a?ade.
Este es un aspecto en el que Calvo coincide con De la Obra. ¡°Los bienes culturales que dan un gran beneficio a la pol¨ªtica tur¨ªstica y a su reclamo hay que considerarlos y respetarlos por s¨ª mismos, independientemente de la utilidad econ¨®mica. Si es al rev¨¦s vamos por mal camino. No son yacimientos para su explotaci¨®n, necesitan un trato mimoso¡±, reflexiona la exministra.
El viejo debate se ha reactivado con la reciente declaraci¨®n de la fiesta de los patios como Patrimonio Cultural Inmaterial. La tradici¨®n, que se remonta a principios del siglo XX y es extremadamente popular entre los vecinos de la ciudad, lleva m¨¢s de un lustro volvi¨¦ndose un evento masivo que, para muchos se ha distorsionado. ¡°El reconocimiento es un logro y un reto. Ha habido ciertas agresiones y ahora tendremos que buscar un buen modelo de gesti¨®n que proteja este paradigma de la econom¨ªa del bien com¨²n que son los patios vecinales de C¨®rdoba¡±, destaca Antonio Manuel Rodr¨ªguez, profesor en una Facultad de Derecho, ensayista y escritor muy vinculado al mundo de la cultura.
A Carmen Calvo le consta que en el haber patrimonial de C¨®rdoba ¡°se han hecho inversiones importantes con mucho rigor¡±. Unas mejoras realizadas, en su mayor¨ªa, despu¨¦s de que se otorgaran los reconocimientos de la Unesco y, especialmente, a lo largo de los ¨²ltimos 15 a?os. ¡°Eso no significa que no quede mucho por delante, sobre todo en Medina Azahara, que es donde yo veo el objetivo importante de C¨®rdoba¡±, concluye la exministra de Cultura.
El mud¨¦jar vuelve a brillar
La rehabilitaci¨®n de la casa mud¨¦jar, actual sede de Casa ?rabe, le ha valido a C¨®rdoba el premio Ciudad Patrimonio de la Humanidad, otorgado por el Ministerio de Cultura. La iniciativa la tom¨® el gobierno local de IU. Y posteriormente, el equipo del PP present¨® la obra al galard¨®n, reconociendo la labor de sus antecesores y su buena ejecuci¨®n. Definitivamente, el pasado 19 de febrero, el alcalde Jos¨¦ Antonio Nieto (PP) recibi¨® el premio de manos del pr¨ªncipe Felipe.
El centro Casa ?rabe de C¨®rdoba se encuentra en el mismo solar en el que, en el siglo XIV, se levantaba un inmueble con elementos mud¨¦jares. El edificio, que pasa casi inadvertido, est¨¢ ubicado al final de un callej¨®n cerrado, conocido antiguamente como la calle del Tesorero. Su fachada es austera con un gran port¨®n y en el interior se suceden patios y construcciones que forman parte de un complejo que se ha restaurado y acondicionado para acoger a la instituci¨®n Casa ?rabe, que busca el acercamiento con el pensamiento y la cultura del mundo ¨¢rabe.
Seg¨²n el arque¨®logo Samuel de los Santos Gener, uno de los pioneros que investig¨® el pasado de C¨®rdoba a principios del siglo XX, la casa mud¨¦jar era el resultado de la adici¨®n de cinco casas y cuatro patios. Es decir, un conglomerado de residencias enlazadas por galer¨ªas, pasadizos y escalinatas. La edificaci¨®n se podr¨ªa fechar en el siglo XIV, aunque la mayor parte de los restos actuales pertenecen a los siglos XV y XVI.
La sede se levanta sobre una parcela de 950 metros cuadrados y cuenta con estancias que permiten organizar exposiciones, salas de estudio para los investigadores y la realizaci¨®n de una amplia gama de actos. Su objetivo es trabajar para facilitar una comunicaci¨®n intercultural que contribuya a conocer la realidad de esos pa¨ªses y romper as¨ª estereotipos, clich¨¦s y prejuicios.
La restauraci¨®n estuvo dirigida por la Gerencia Municipal de Urbanismo, impulsada por los anteriores alcaldes, Rosa Aguilar y Andr¨¦s Oca?a. Y el proyecto lo firmaron los arquitectos Rosa Lara y Rafael Garc¨ªa Castej¨®n.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.