Dieta mediterr¨¢nea, una etiqueta
Los expertos creen que a¨²n es una asignatura pendiente para la sociedad
La declaraci¨®n de la dieta mediterr¨¢nea como Patrimonio Cultural Inmaterial por la Unesco supuso el premio al esfuerzo combinado de instituciones y sociedad civil espa?olas, italianas, griegas y marroqu¨ªes. Espa?a y, especialmente, Andaluc¨ªa jugaron un papel importante. En concreto, la Junta, a trav¨¦s del Instituto Europeo de la Alimentaci¨®n Mediterr¨¢nea (Ieamed), desempe?¨® a partir de 2005 el papel de catalizadora de un proceso que implic¨® tambi¨¦n a la Universidad, a los agentes sociales y a diversas asociaciones.
La inclusi¨®n de la dieta mediterr¨¢nea en el cat¨¢logo de la Unesco en 2010 marc¨® un hito porque, por vez primera, se incorporaba un hecho cultural transnacional y porque se refiere a un patrimonio que tiene implicaciones importantes en la salud, en los modos de vida y en la econom¨ªa.
Por eso, hay que analizar las repercusiones que ha tenido esta declaraci¨®n en distintos ¨¢mbitos. ¡°En el plano meramente culinario, se ha creado un efecto importante, que es el del amor propio¡±, afirma el periodista gastron¨®mico Pablo Amate. ¡°Ha servido para que volvamos la mirada a lo nuestro y la prueba est¨¢ en la revalorizaci¨®n de platos tradicionales, alimentos de producci¨®n artesanal y ecol¨®gica o en el prestigio de certificaciones como la de Kil¨®metro Cero, que dan un valor a?adido a lo local¡±.
En esta legislatura, la Consejer¨ªa de Turismo aborda por primera vez la promoci¨®n y el apoyo del turismo gastron¨®mico como sector de entidad propia. ¡°El mercado ha reaccionado con rapidez a la posibilidad de generar valor a?adido con la etiqueta de dieta mediterr¨¢nea¡±, observa Federico Soriguer, jefe de Endocrinolog¨ªa y Nutrici¨®n del hospital Carlos Haya de M¨¢laga.
Pero, como se?ala Francisco Lorenzo, especialista en Nutrici¨®n Comunitaria y presidente de la asociaci¨®n Olearum, ¡°los visitantes que llegan a Andaluc¨ªa valoran nuestro patrimonio culinario m¨¢s que nosotros mismos, y eso explica que el sector agroalimentario o la hosteler¨ªa hayan aprovechado la declaraci¨®n. Pero nosotros no le estamos dando ese valor ni lo estamos transmitiendo a nuestros hijos¡±.
¡°La dieta mediterr¨¢nea estaba entrando en crisis justo en el momento en que el fisi¨®logo estadounidense Ancel Keys la define y la propugna como la m¨¢s saludable. A partir de los a?os setenta empezamos a comer peor, m¨¢s r¨¢pido, m¨¢s carne, menos productos de temporada¡±, recuerda Fernando Rueda, soci¨®logo, historiador de la gastronom¨ªa y director de Gastroarte.
¡°Dieta no es s¨®lo lo que comemos. Es la forma en que vivimos, las relaciones humanas que se forjan en torno a la mesa, el ejercicio f¨ªsico¡ Puede que el prestigio sirva para que una minor¨ªa culta la recupere, pero soy m¨¢s esc¨¦ptico en las posibilidades de que los beneficios lleguen a toda la masa social. La incidencia de enfermedades relacionadas con una mala alimentaci¨®n es ahora mayor que nunca en el sur de Europa y este hecho se agrava con la crisis. Por otro lado, un pilar de nuestra dieta es la frugalidad, que se contradice con los valores de la sociedad de consumo¡±, apunta Soriguer.
?Se est¨¢n haciendo los esfuerzos necesarios para que la sociedad se beneficie de la recuperaci¨®n de la dieta mediterr¨¢nea? ¡°Yo creo que nos hemos relajado todos, instituciones y sociedad civil, despu¨¦s de trabajar much¨ªsimo para lograr la declaraci¨®n. Y esto supone un compromiso continuado que es urgente retomar¡±, lamenta Emilio Mart¨ªnez de Victoria, catedr¨¢tico de Fisiolog¨ªa y director del Instituto de Nutrici¨®n y Tecnolog¨ªa de los Alimentos de la Universidad de Granada, que reclama los esfuerzos de las Administraciones p¨²blicas, en especial del Ministerio de Sanidad, y el apoyo de los medios de comunicaci¨®n. ¡°En el Ieamed seguimos trabajando con servicios como el de asesoramiento nutricional, elaboraci¨®n de material did¨¢ctico para escuelas de hosteler¨ªa y colegios, investigaci¨®n y apoyo al sector agroalimentario¡±, explica Manuel Mart¨ªnez, director de proyectos del Instituto. ¡°Sin embargo, hay que incidir m¨¢s en la difusi¨®n y necesitamos la ayuda de los medios de comunicaci¨®n¡±, a?ade.
La asociaci¨®n malague?a Carta Malacitana, que defiende la cultura alimentaria andaluza, reclama que la nutrici¨®n y la dieta mediterr¨¢nea se incluyan en los planes educativos. ¡°No s¨®lo eso, sino que el Parlamento andaluz deber¨ªa expresar su compromiso declarando la dieta mediterr¨¢nea y andaluza patrimonio cultural y desarrollar medidas efectivas de protecci¨®n¡±, dice el presidente de esta organizaci¨®n, Manuel Maeso.?
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