Pasado rojo, futuro verde
Tres fundadores de formaciones progresistas defienden que la pol¨ªtica m¨¢s revolucionaria es la creaci¨®n de empresas y critican las trabas administrativas
Sus memorias son como libros de historia. Conservan intacto el recuerdo de episodios cruciales en la vida de Andaluc¨ªa y Espa?a. Son aut¨¦nticos padres de la Transici¨®n y de la democracia, a la que dieron y a¨²n hoy entregan todo. Emilio P¨¦rez Ruiz, fundador del Partido Socialista de Andaluc¨ªa (PSA); Ram¨®n Iglesias, del Partido de los Trabajadores de Espa?a (PTE); y Paco Casero, del Sindicato de Obreros del Campo (SOC), comparten un pasado rojo, un presente vinculado al mundo empresarial y un futuro comprometido con lo ecol¨®gico.
Ram¨®n Iglesias. Incorformista, rebelde y empresario
A este conile?o descendiente de una familia dedicada a la tierra siempre le ha ahogado la falta de libertad y es un inconformista. Ya en su adolescencia busca una organizaci¨®n que de salida a su rebeld¨ªa y se encuentra con el Partido Comunista, en cuya c¨¦dula de la Universidad de Sevilla se integra durante el proceso de Burgos junto a otros 20 compa?eros y tres palestinos. ¡°Es lo que hab¨ªa¡±, afirma.
Comparte andanzas con decenas de personajes claves de la Transici¨®n, como Javier Aristu, exsecretario del PCA, y Pl¨¢cido Fern¨¢ndez-Viagas, hijo del primer presidente de la Junta. Mientras su hermano Tom¨¢s recorre Andaluc¨ªa sacando a jornaleros de la c¨¢rcel por ocupaciones de fincas y protestas contra la miseria, Ram¨®n recala en el Partido de los Trabajadores de Espa?a. ¡°El PCE era blando y revisionista¡±, ironiza.
Cuatro detenciones (una de ellas casi impide la elecci¨®n a rector, quien tuvo que pedir a la polic¨ªa que soltaran a Ram¨®n porque era delegado del Distrito Universitario y no se pod¨ªan celebrar los comicios sin su presencia) y dos a?os en regimientos de castigo sometido a acoso militar no le doblegan. La ¨²ltima ¡°panfletada¡± la hizo mientras estaba en el servicio militar.
El curr¨ªculo empresarial de Iglesias es ingente. Toda su vida, desde que dej¨® la universidad, se ha dedicado a luchar por una sociedad mejor a trav¨¦s de la empresa en todos los sectores. Cre¨® cooperativas de transformaci¨®n agr¨ªcolas, ha levantado decenas de pol¨ªgonos industriales, viviendas de protecci¨®n oficial y ahora participa en un grupo chino. Pero su sue?o es retirarse en las bodegas y almazaras ecologistas Sancha P¨¦rez, unas instalaciones en unas tierras heredadas que han hecho resurgir una zona agr¨ªcola de C¨¢diz y donde ha recuperado el tinto que se elabor¨® hasta el siglo XIX.
Si algo les caracteriza es la coherencia. Hace cuarenta a?os decidieron dedicarse a mejorar la sociedad y mantienen ese empe?o cuando los tres est¨¢n a punto de superar o han sobrepasado ya los 65 a?os. Por eso se r¨ªen de los ¡°advenedizos¡±, de quienes se apuntan al ¡°progreso¡± y a la ¡°izquierda¡± sin la experiencia vital o sin ideolog¨ªa que lo fundamente. ¡°Eso de la izquierda es un mamoneo. Ahora todo es de izquierdas. Nosotros somos rojos¡±, avanza Ram¨®n Iglesias, quien form¨® parte de la c¨¦dula comunista de la Universidad de Sevilla.
¡°No hemos renunciado al principio de servicio a la sociedad. Todo lo contrario. Lo mantenemos. Somos la vanguardia porque aportamos soluciones¡±, a?ade Casero, quien afirma que, ¡°hoy, lo m¨¢s revolucionario es fomentar la creaci¨®n de empresas con compromiso social para garantizar el bienestar de los ciudadanos, crear riqueza para distribuirla y dejar una sociedad mejor a las nuevas generaciones¡±.
¡°En el PTE era responsable de empresas. La izquierda a¨²n no ha roto con ver esto como algo ajeno¡±, a?ade Iglesias, quien ha creado decenas de sociedades y cooperativas a lo largo de su vida. ¡°Siempre ha sido as¨ª porque nadie me daba trabajo cuando termin¨¦ la universidad¡±, ironiza el expresidente de una asociaci¨®n empresarial independiente, promotor, ingeniero industrial, cooperativista y, ahora, productor de aceite y vinos ecol¨®gicos en su nueva empresa, Sancha P¨¦rez.
Emilio P¨¦rez, que ha sido profesor de Derecho en la Universidad de Sevilla, explica la aversi¨®n tradicional de la izquierda en los clich¨¦s creados tras la teor¨ªa marxista. ¡°Hoy, la lucha de clases es de los empresarios y los trabajadores juntos contra el capital¡±, asegura.
Y este exdiputado andalucista que acaba de viajar a Dubai a vender la producci¨®n de su sociedad Solfr¨ªo explica con su propia experiencia c¨®mo se puede ser empresario rojo: ¡°Solo necesito tres trabajadores y producir seis meses para vivir bien. Sin embargo, mantengo 20 empleados y la actividad durante todo el a?o. Me invento productos y lo hago en la Alpujarra almeriense por decisi¨®n personal. Eso es ser de izquierdas¡±.
Los tres han confluido en Ecovalia, marca de la asociaci¨®n Valor Ecol¨®gico, una organizaci¨®n que promueve la producci¨®n y el consumo responsable. Y los tres coinciden en su diagn¨®stico para el futuro: es necesaria una administraci¨®n que facilite la actividad. Comparten una visi¨®n cr¨ªtica cuando ¨¦sta deja de su vocaci¨®n de servicio.
¡°El problema es cuando lo p¨²blico es lo privado de quien administra, porque solo piensa en su beneficio y no en el del ciudadano¡±, resume P¨¦rez Ruiz, quien recuerda a su profesor Manuel Clavero al advertir que ¡°entre la discrecionalidad y la arbitrariedad hay solo el filo de un papel¡±.
Iglesias a?ade a la burocracia, los problemas de financiaci¨®n y la mentalidad social contraria a los emprendedores, que desprecia el esfuerzo y que admite actitudes que terminan derivando en corrupci¨®n, como el uso de recursos p¨²blicos con intereses partidistas o privados.
¡°La corrupci¨®n y la falta de ¨¦tica son fatales para quienes han luchado por una democracia participativa y real. Todo lo que se haga con dinero p¨²blico tiene que estar en la red, tiene que ser transparente¡±, reclama Casero. ¡°La corrupci¨®n destruye a los pa¨ªses, pone el sistema contra las cuerdas¡±, a?ade Ram¨®n Iglesias.
Paco Casero. Sindicalista, pacifista y ecologista
Casero es un emigrante retornado que, desde que se enrol¨® con diez a?os en la organizaci¨®n Ni?os Reparadores, no ha parado. Vivi¨® en Menorca y Barcelona, donde podr¨ªa haber tenido una vida f¨¢cil, pero no pudo olvidar la miseria con la que el franquismo ten¨ªa sometida a Andaluc¨ªa y se volvi¨® con Juan Muro Romero, posteriormente catedr¨¢tico de la Universidad de Alcal¨¢ de Henares, para recorrer la comunidad y luchar por la dignidad de los trabajadores de la tierra.
Entre su primer encierro en Marchena con 24 a?os a favor de unas mujeres trabajadoras hasta su ¨²ltima huelga de hambre, acumul¨® medio centenar de protestas, ocupaciones y detenciones al frente del Sindicato de Obreros del Campo, organizaci¨®n que fund¨® con Diamantino Garc¨ªa, Miguel Manaute y Gonz¨¢lo S¨¢nchez. Fue radicalmente beligerante y nunca pidi¨® ayudas ni subsidios; solo trabajo. Con esta demanda llev¨® al movimiento jornalero andaluz a las p¨¢ginas de los principales medios internacionales.
A principios de los noventa se vuelca en el ecologismo y promueve iniciativas tan fundamentales para Andaluc¨ªa como el pacto por la naturaleza, el primer plan forestal o el acuerdo por el agua.
En la actualidad preside Valor Ecol¨®gico, la asociaci¨®n que promueve la producci¨®n agraria y el consumo responsable con el medio ambiente, donde se agrupan la mayor¨ªa de ganaderos y agricultores de la regi¨®n con m¨¢s tierras dedicadas a este modelo de producci¨®n.
Emilio P¨¦rez Ruiz. Profesor y diputado hasta el 23-F
Fue delegado del curso del expresidente Felipe Gonz¨¢lez durante toda la carrera de Derecho en la Universidad de Sevilla, una aut¨¦ntica olla democr¨¢tica donde conoci¨®, entre otros, a Alejandro Rojas-Marcos y Luis Uru?uela. El v¨ªnculo com¨²n de todos ellos era la necesidad de acabar con el franquismo, independientemente de las diferencias ideol¨®gicas.
Funda Alianza Socialista de Andaluc¨ªa, que deriva en el PSA m¨¢s tarde. Buscaba una formaci¨®n de amplio espectro. Pero donde se encuentran las formaciones de izquierda m¨¢s combativas es en el Gorca (Grupo de Reuniones Culturales y Art¨ªsticas) que preside Emilio P¨¦rez desde 1966 y que llega a convocar en febrero de 1974 el mayor encuentro antifranquista el ¡°20 a las 20¡± en el Casino de la Exposici¨®n, pared con pared del teatro donde la clase dirigente sevillana intenta sin ¨¦xito escuchar un concierto.
El ¡°pactismo¡± de los dirigentes del PSA, del que fue secretario de Organizaci¨®n, le aleja del partido. Su ¨²ltimo pleno en el Congreso fue el 23 de febrero de 1981, el gran examen final de la democracia. No ten¨ªa que haber estado all¨ª, pero la responsabilidad pudo con ¨¦l y acudi¨®.
Emilio, natural de Utrera (Sevilla), vuelve tras su experiencia en la primera fila de la pol¨ªtica a dar clases a la universidad y hace una d¨¦cada se vuelca en Solfr¨ªo una empresa con sello ecol¨®gico, vinculada a una tierra necesitada de desarrollo y que ya comercializa sus productos en toda Espa?a y en Dubai, entre otros destinos internacionales.
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