¡°Vivimos un momento de opresi¨®n parecido al de ¡®V de Vendetta¡±
El creador gr¨¢fico, como su personaje de c¨®mic, alerta de la concentraci¨®n de poder de bancos y corporaciones y, al tiempo, tambi¨¦n apela a recuperar el sentido comunitario
El rostro del quiz¨¢ hoy c¨®mic m¨¢s popular del mundo, el del personaje de V de Vendetta ¡ªque usan los manifestantes de Anonymus, los de Occuppy Wall Street y los de movimientos antisistema ya en Espa?a como en India¡ª ha salido de esas manos de David Lloyd (Inglaterra, 1950) que ahora agarran queso manchego y sostienen un rioja. A Barcelona le ha llevado una en¨¦sima promoci¨®n de la aventura dist¨®pica en una Inglaterra posnuclear en la que un misterioso personaje intenta acabar con una dictadura ultraderechista. Lloyd, portavoz de este c¨®mic de 1982 ante la actitud anacoreta del guionista Alan Moore, apenas acab¨® la secundaria, pero emana la sabidur¨ªa innata del observador de la vida, decisiva al crear una de las grandes iconograf¨ªas del siglo XX. En los inicios del XXI, V vive una vigorosa segunda vida, como saben en ECC, que reedita la obra a los 10 d¨ªas de relanzar el c¨®mic.
Pregunta. Usted propuso a Moore basarse en el conspirador cat¨®lico ingl¨¦s del XVII Guy Fawkes. ?Por qu¨¦ ese personaje?
Respuesta. No fue por un tema religioso. Busc¨¢bamos un h¨¦roe que llevara m¨¢scara y no hall¨¢bamos formato. Fawkes y su voluntad de dinamitar el Parlamento en 1605 para acabar con la persecuci¨®n cat¨®lica casaba con lo que pens¨¢bamos. Fawkes es un terrorista y un anarquista sin ¨¦l saberlo y quer¨ªamos eso para la filosof¨ªa de V, al que llevamos a luchar contra una tiran¨ªa m¨¢s general, la del fascismo, que tiene algo de religioso: parecen clubes demoniacos en los que hasta la gente pelea para no quedarse fuera de ellos¡
P. Fawkes ya fue ilustrado para una novela de 1840 con ese sombrero c¨®nico y bigote y barba con perilla. ?Le influy¨® la imagen de George Cruikshank?
R. Conoc¨ªa el trabajo de Cruikshank y me influy¨®, como el de Arthur Rackham, pero quer¨ªa reconstruir las m¨¢scaras que se utilizan cada 5 de noviembre donde se recuerda su muerte en la hoguera; pero era verano y no la encontraba y la recre¨¦, mal, de memoria.
P. Con sonrisa inquietante¡
¡°La sonrisa de la m¨¢scara fue casual, como el personaje de la lesbiana presa¡±
R. Fue un accidente: intentaba definir el bigote con la comisura de los labios y sali¨® esa sonrisa enigm¨¢tica y decid¨ª dejarla porque en la vida nos vemos obligados a utilizarla en situaciones de adversidad; como mecanismo de defensa. Tambi¨¦n transmit¨ªa desaf¨ªo. La historia de la creatividad est¨¢ llena de accidentes as¨ª.
P. ?Hubo alg¨²n otro accidente creativo en V de Vendetta?
R. Quiz¨¢ el del cap¨ªtulo 11. El detective Finch habla rato y Alan me dijo: ¡°Para romper, en paralelo pon a V por en medio, donde quieras¡±. Se me ocurri¨® sentarle en una sala de proyecciones, mirando diapositivas: le est¨¢bamos dando un pasado al personaje que no ten¨ªamos, le dot¨¢bamos de humanidad. Ya eso nos funcionaba. Al final hice que mirara unas fotos de una amiga m¨ªa actriz. Tanto le gust¨® a Moore eso que as¨ª naci¨® Valerie Page, la lesbiana encerrada en prisi¨®n por su sexualidad.
P. ?Por qu¨¦ darle a V una ideolog¨ªa anarquista?
R. Porque Moore cree en los anarquistas y en la sociedad autogestionaria. Yo no. Para autogestionarse, una sociedad debe tener gran autocontrol individual y colectivo y, lo siento, somos muy d¨¦biles, influenciables en grado preocupante, nos encanta sacarnos responsabilidades de encima y delegamos r¨¢pido el poder en otros. Y, adem¨¢s, somos f¨¢cilmente corruptibles, como vemos cada d¨ªa.
P. La escenograf¨ªa recuerda a la hitleriana, pero la ideolog¨ªa ?tiene su origen all¨ª, en la Inglaterra prefascista de entreguerras o en el tatcherismo de los a?os ochenta?
R. Margaret Tatcher llevaba un par de a?os en el poder cuando empezamos V de Vendetta, a¨²n no hab¨ªa desarrollado todo su seudofascismo. No, el modelo era la Alemania y la Italia de los a?os treinta, quer¨ªamos reflejar el comportamiento de las sociedades fascistas y la actitud demasiado est¨²pida de la gente, incapaz de ver que muchas veces quien les lidera es un monstruo. Lo importante es que la gente despierte y tome conciencia en lo individual.
¡°Delegamos el poder; V quiere que la gente despierte y luego, libre, decida¡±
P. Precisamente, V de Vendetta refleja una batalla personal. ?Exceso de individualismo?
R. No creo. Cada uno ha de saber siempre aquello que es bueno o no y lo que debe hacer o no. Cuando conformas un grupo, les seduces, despersonalizas a sus componentes, los conviertes en mulas. V quiere que la gente sepa lo que ocurre, que despierte y que luego decida libremente. Si no deciden ellos, ?cu¨¢l es la diferencia entre una tiran¨ªa y lo que V har¨ªa y representar¨ªa? Para V eso es vital. Por eso la obra tiene final abierto: ?Esa sociedad cambiar¨¢ o dejar¨¢ liderarse de nuevo por otros?
P. La violencia de V es alta: mata, aplica tortura psicol¨®gica¡
R. La violencia no tiene justificaci¨®n moral alguna, pero si en una sociedad no se dan los medios para expresar y canalizar la falta de satisfacci¨®n y se comenten injusticias sociales o econ¨®micas que ahogan la vida de la gente, la violencia se hace comprensible en lo pol¨ªtico. V ejecuta a empleados de un Gobierno fascista: como expresi¨®n pol¨ªtica, esa violencia vale; como moral, no es justificable.
P. Matiz delicado.
R. Quiero decir que la ley puede estar pervertida por un Gobierno, por la pol¨ªtica o por la religi¨®n; todos sabemos en nuestro fuero interno lo que es correcto o no; hay que distinguir entre lo legal y lo correcto: no siempre es lo mismo.
P. Inquietante la segunda vida del c¨®mic. ?Significa que vivimos hoy con Gobiernos seudofascistas?
R. Es evidente que vivimos un momento de opresi¨®n parecido al que se experimenta en V de Vendetta. Supuestamente estamos en democracias, pero todos sabemos que los Gobiernos son irrelevantes; hoy los bancos y corporaciones concentran todo el poder.
P. ?Qu¨¦ puede adoptarse hoy de la filosof¨ªa y los objetivos de V?
R. La anarqu¨ªa se gestiona a trav¨¦s de peque?as comunidades que se apoyan. La modernidad ha destruido el sentido de comunidad; en la medida en que se recupere ese sentido comunitario, el apoyo entre esas peque?as comunidades, se reducir¨¢ la dependencia de las grandes corporaciones.
P. V de Vendetta usa mucho cine: flashbacks, escenas paralelas¡
R. Me gusta m¨¢s el cine que el c¨®mic; mi estilo pl¨¢stico bebe del c¨®mic, pero el narrativo, del cine. Si algo me ha marcado en la vida es un filme: El nadador, ascenso y derrota final de un hombre.
P. Desde septiembre del a?o pasado, promueve Aces weekly (www.acesweekly.co.uk), c¨®mic online. Am¨¦n del ahorro de costes, insiste en la libertad que da.
R. La industria del c¨®mic est¨¢ dominada por Marvel, DC¡ Ese mainstream te encarga que cuides de sus personajes, pero dif¨ªcilmente te deja contar tus historias. Yo doy libertad absoluta y solo me quedo los derechos dos a?os; soy plataforma de gente con cosas que decir y no tiene d¨®nde. No ofrezco m¨¢s que el esp¨ªritu de Vendetta¡
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