Tierra de proyectos urbanos
Nos hemos convertido en un pa¨ªs que se autoenga?a con la independencia como soluci¨®n a sus problemas
Una de las caracter¨ªsticas de Catalu?a es que ha aportado mucho al urbanismo. Y esta reflexi¨®n hoy se nos cruza con el lamento por el fallecimiento de algunos de los grandes urbanistas catalanes. Hace poco m¨¢s de un a?o, Manuel de Sol¨¤-Morales; no hace ni un mes, Manuel Ribas i Piera, uno de los pioneros del urbanismo y la pol¨ªtica territorial catalana desde los a?os cincuenta, maestro de varias generaciones. Incluso el fil¨®sofo Eugenio Trias plante¨® en 1984 la alternativa de La Catalunya ciutat. Desaparecen los que pensaron de manera clarividente la sociedad, la ciudad y el territorio, y no hay un relevo de talla entre los que nos gobiernan.
Hemos sido tierra de proyectos urbanos: desde el fundador del urbanismo como saber moderno, Ildefons Cerd¨¤, hasta Josep Lluis Sert, quien, a pesar de su colaboracionismo con el gobierno norteamericano en el inicio de los a?os de plomo sobre Latinoam¨¦rica, fue un gran arquitecto y urbanista, presidente del Congreso Internacional de Arquitectura Moderna (CIAM). Otra aportaci¨®n ha sido la consideraci¨®n dada al paisaje como componente esencial del urbanismo, especialmente entre los a?os ochenta y noventa, con paisajistas como Rosa Barba, Bet Figueras, Teresa Gal¨ª-Izard, Imma Jansana, Carme Fiol, Isabel Bennassar y otras.
En las ¨²ltimas d¨¦cadas, Barcelona fue capaz de elaborar un modelo urbano que ha sido referencia internacional. Una generaci¨®n articulada por Pasqual Maragall, Oriol Bohigas, Joan Busquets y otros, supo aprender de lo que reclamaban los movimientos urbanos y encauzarlo dentro de los instrumentos del proyecto urbano. Sin embargo, la misma ciudad que elabor¨® el modelo no solo no fue capaz de replantearlo en el cambio de siglo, cuando las condiciones estaban cambiando y se reclamaba un urbanismo m¨¢s participativo, sostenible y transparente, sino que hizo lo contrario y el modelo se fue pervirtiendo hasta perder sus cualidades.
La Marina de lujo del Port Vell, aprobado hace dos meses contra la opini¨®n p¨²blica y con los votos del Partido Popular de Catalu?a, es anti-urbanismo
Y si hacemos balance de los m¨¢s de dos a?os de pol¨ªtica territorial del gobierno de Mas y de los casi dos a?os de la Barcelona de Trias, el resultado no puede ser m¨¢s triste. El Tripartito cometi¨® errores, pero promovi¨® un gran proyecto territorial: la Ley de Barrios, hoy detenida. En el Ayuntamiento de Barcelona, los resultados del d¨²o din¨¢mico de Antoni Vives y Vicente Guallart es insignificante; destacan por una manifiesta ignorancia y desprecio de la gesti¨®n urbana democr¨¢tica. Y tambi¨¦n por la incultura, expresada en el rechazo a formar parte del DOCOMOMO Ib¨¦rico, la fundaci¨®n que promueve la documentaci¨®n y conservaci¨®n de la arquitectura y el urbanismo del movimiento moderno.
Entregar la ciudad a los ricos y a los turistas no es hacer urbanismo ¡ªcuya esencia es defender el bien p¨²blico y resolver problemas¡ª, sino exclusivamente marketing de meeting point. La Marina de lujo del Port Vell, aprobado hace dos meses contra la opini¨®n p¨²blica y con los votos del Partido Popular de Catalu?a, es anti-urbanismo. Ceder un espacio privilegiado a la ¨¦lite que utiliza yates de lujo y proteger un recinto que deber¨ªa ser enteramente p¨²blico con una largu¨ªsima valla, que va desde el muelle de pescadores y la torre del reloj hasta el Imax, no solo es una chapuza, sino que es inadmisible en una ciudad que se pretenda democr¨¢tica. Con el Hotel W y la Marina de lujo se cierra el c¨ªrculo de apertura de la ciudad al mar, iniciado con el Moll de la Fusta y las playas ganadas para la ciudadan¨ªa. Hemos retrocedido a la privatizaci¨®n y ocultaci¨®n del mar de hace 30 a?os.
Cuando la arquitectura y el urbanismo hacen m¨¢s falta que nunca ¡ªa pesar de que el consejero Mas-Colell manifieste que no har¨¢n falta arquitectos hasta dentro de 15 a?os¡ª, no existe ninguna din¨¢mica de proyectos. ?Lo era Eurovegas y lo ser¨¢n Barcelona World y los Juegos de Invierno del 2022? Lo que faltan son viviendas llenas, equipamientos de proximidad, rehabilitaci¨®n de barrios, mantenimiento y mejora del espacio p¨²blico. Un territorio sostenible y equilibrado. Hoy, si hay alguna alternativa, la representan personas como Ada Colau, articulando la lucha por los derechos humanos al defender a los afectados por las hipotecas, o Itziar Gonz¨¢lez, argumentando un urbanismo participativo e igualitario.
Somos una naci¨®n, con su cultura y su lengua, pero sin su estado. Sin embargo, nos hemos convertido en un pa¨ªs sin proyecto, que se autoenga?a con el horizonte de la independencia como soluci¨®n a sus problemas. Y esta tierra de proyectos urbanos est¨¢ seca.
Josep Maria Montaner, es arquitecto y catedr¨¢tico de la ETSAB-UPC.
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