Banquillos
No hay reservas de calidad en el PSPV; basta con ver las fotos de los actos internos que celebran
No son pocos los que dan por hecho que la izquierda, tras las pr¨®ximas elecciones auton¨®micas, ser¨¢ mayoritaria en las Cortes Valencianas y, en consecuencia, gobernar¨¢ la Generalitat. Me temo que tanta confianza se basa m¨¢s en la ilusi¨®n que en la realidad, al menos por el momento. Cualquier cosa puede ocurrir de aqu¨ª a 2015. Pero vender la piel del oso antes de cazarlo no deja de ser un ejercicio voluntarista. Es verdad que el sondeo realizado por EL PA?S con motivo del 9 d'Octubre daba esa mayor¨ªa de izquierdas en el parlamento auton¨®mico, pero no es menos cierto que la masa de indecisos debido a la lejan¨ªa de la fecha electoral era muy amplia y dejaba abierta cualquier alternativa. Tampoco es menos verdad que la encuesta colocaba al PP como partido mayoritario a bastante distancia del PSPV. Y ese es un dato que todav¨ªa sigue siendo v¨¢lido.
El escritor Ferran Torrent, con el instinto que le caracteriza, apuntaba durante la presentaci¨®n del libro que hab¨ªa escrito sobre M¨°nica Oltra, que una mayor¨ªa de izquierdas resultar¨ªa muy dif¨ªcil de conseguir sin un PSPV fuerte. Y este es el quid de la cuesti¨®n, los socialistas valencianos, incapaces de conseguir un espacio pol¨ªtico propio, malviven a la sombra del PSOE, un partido que no levanta cabeza, a pesar de que el rechazo ciudadano hacia los pol¨ªticas del PP y de los innumerables casos de corrupci¨®n que le acosan, a¨²n mantiene una intenci¨®n de voto bastante superior a la de los socialistas en la Comunidad Valenciana, incapaces de franquear la barrera del 20% de los electores.
Frente a quienes dan por hecha la mayor¨ªa de izquierdas en las Cortes Valencianas, imaginemos una situaci¨®n contraria. El PP se mantiene en la Generalitat porque UPyD les presta su apoyo, bien con sus votos, bien con su abstenci¨®n. El escenario resultar¨ªa imprevisible para la gobernabilidad; pero no tanto para el socialismo valenciano, que se enfrentar¨ªa a su en¨¦sima crisis con un grupo parlamentario muy reducido, trufado de diputados con muchos quinquenios a sus espaldas, gran experiencia en maniobras partidistas internas y muy alejado de la sociedad. Y sin banquillo. No hay reservas de calidad en el PSPV. Basta con ver las fotos de los actos internos que celebran. La media de edad de los asistentes est¨¢ m¨¢s cercana a los 60 que a los 50 a?os. Y renovarse desde la oposici¨®n, en la que llevan instalados cerca de 20 a?os, se ha demostrado imposible. Si la derrota electoral llevara a Ximo Puig a presentar su dimisi¨®n, qui¨¦n ser¨ªa su alternativa en un partido viejo.
Qu¨¦ duda cabe que la pol¨ªtica, como la vida, sufre de horror vacui; pero las j¨®venes promesas (o ya no tan j¨®venes) son los alcaldes de algunos municipios medianos, que fueron laminados por la actual direcci¨®n por estar contaminados de alartismo, una enfermedad al parecer altamente contagiosa en el PSPV. Pero en esas horas de tribulaci¨®n siempre les quedar¨¢ Francesc Romeu, un verso suelto en la Ejecutiva de Puig, donde la mayor¨ªa se comporta como si estuviera en los ochenta del siglo pasado, mientras ¨¦l se maneja con las tecnolog¨ªas del siglo XXI.
Supongamos, por el contrario, que se cumple la profec¨ªa de quienes anuncian la llegada de la izquierda al poder. Parece l¨®gico que Alberto Fabra tendr¨ªa que dejar sus responsabilidades al frente del PP y de la direcci¨®n de un grupo parlamentario que, necesariamente, estar¨¢ muy renovado y en el que figurar¨¢n personalidades pol¨ªticas muy destacadas ya en la actualidad como el vicepresidente Jos¨¦ Ciscar o la consejera de Educaci¨®n Mar¨ªa Jos¨¦ Catal¨¤. Ambos han demostrado en el tiempo que llevan en el Consell de Fabra gran capacidad de gesti¨®n y no poca habilidad pol¨ªtica.
Catal¨¤ ha conseguido en esta semana que termina firmar un pacto con la mayor parte de los sindicatos sobre los profesores interinos, quebrar la unidad de las centrales y marginar al mayoritario STEPV en una negociaci¨®n en la que ha empleado el palo y la zanahoria. Adem¨¢s, est¨¢ llevando adelante una aut¨¦ntica revoluci¨®n conservadora en la ense?anza y desmontando pieza a pieza el diab¨®lico mecano de CulturArts que le dej¨® en herencia Lola Johnson.
Ciscar se ha impuesto a Manuel Llorente y conduce con mano de hierro el futuro del Valencia CF para alejarse cuanto antes de ese regalo envenenado que le dej¨® Francisco Camps; pero el mensaje que ha mandado es muy potente: quien le echa un pulso al Consell, lo pierde. Su mayor riesgo es la exposici¨®n permanente que practica y el exceso de competencias que afronta con un equipo muy reducido consecuencia del cretinismo pol¨ªtico que es la austeridad populista. A todas luces parece urgente un reforzamiento de la vicepresidencia. Ambos, adem¨¢s, tienen una cosa en com¨²n: son j¨®venes, ambiciosos y vienen del municipalismo. Pueden soportar una derrota electoral y esperar hasta el 2019. El PP tiene banquillo, ?puede decir lo mismo la direcci¨®n del PSPV?
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.