Las instalaciones del Club de Campo llevan a?os funcionando sin licencia
El Ayuntamiento, de quien depende, lo sab¨ªa pero eludi¨® clausurar la instalaci¨®n
El Club de Campo Villa de Madrid presume de tener un ¡°moderno complejo deportivo, ejemplo de versatilidad¡±, del que destaca ¡°su comodidad y funcionalidad¡±. All¨ª se celebran desde campeonatos de esgrima o hockey hasta cenas y reuniones de empresa. Pero ese pabell¨®n multiuso carece de licencia urban¨ªstica de funcionamiento. Y el Ayuntamiento de Madrid, propietario mayoritario del club, es consciente. Pese a ello, lleva a?os funcionando sin permiso.
No es el ¨²nico caso. El Club de Campo dispone adem¨¢s de un pabell¨®n-gimnasio y de una piscina ol¨ªmpica cubierta. Ambas instalaciones llevan a?os funcionando. Y tambi¨¦n carecen de licencia.
El Ayuntamiento aduce que, una vez concluidas las obras, se encontr¨® con que el seguro contratado por el club ten¨ªa franquicia. Como la normativa municipal obliga a tener un seguro a todo riesgo, se esper¨® a que expirara para iniciar los tr¨¢mites.
Banquetes en una zona protegida
El Club de Campo Villa de Madrid est¨¢ ubicado en el kil¨®metro 2 de la carretera de Castilla, junto a la Casa de Campo. Est¨¢ incluido en el ¨¢rea de planificaci¨®n especial 09.20, bautizada como Manzanares Norte, y est¨¢ regulado seg¨²n la norma zonal 2.
Toda esta jerga urban¨ªstica se traduce en que el Club de Campo se levanta en un ¨¢rea destinada a actividades deportivas, principalmente en espacio abierto. En esta zona, incluida dentro del ¨¢rea de la Casa de Campo (declarada Bien de Inter¨¦s Cultural por la Comunidad de Madrid), est¨¢n permitidos adem¨¢s otros usos complementarios, como el hotelero (con menos de 50 plazas); actos culturales y de car¨¢cter social; y ¡°usos de hosteler¨ªa ligados en todo caso a actividades deportivas¡±.
De acuerdo con esta normativa urban¨ªstica, el Club de Campo est¨¢ capacitado para albergar reuniones de empresa, bodas, bautizos y dem¨¢s actos sociales, pero no para ofrecer servicios de hosteler¨ªa ligados a ellos. Es decir, ni cenas de empresa, ni banquetes de boda, ni nada parecido. La legislaci¨®n municipal solo lo permite durante la celebraci¨®n de eventos deportivos.
Pese a esto, el Club de Campo publicita en su folleto comercial la posibilidad de celebrar cenas de empresa en su pabell¨®n multiuso. Adem¨¢s, organiza bodas con banquete para hasta 450 invitados. Cuenta para ello con tres restaurantes, abiertos todos los d¨ªas de la semana, y un servicio de bar y cafeter¨ªa; los gestiona el grupo Arturo Cantoblanco.
Desde 1955, los eventos se celebraban en el conocido como Chalet de Golf. Sin embargo, dado el nivel de protecci¨®n 1 del que goza, el Club de Campo traslad¨® ciertas celebraciones con mayor n¨²mero de asistentes a la Carpa de H¨ªpica, construida en 2002, seg¨²n explica el ¨¢rea municipal de Urbanismo a EL PA?S.
El seguro expir¨® el 31 de diciembre de 2012. Entonces, con Ana Botella (PP) reci¨¦n llegada a la Alcald¨ªa, se licit¨® y adjudic¨® un seguro reglamentario, y se inici¨® el procedimiento para otorgar al club las licencias de primera ocupaci¨®n y funcionamiento preceptivas, regularizando as¨ª su situaci¨®n. A¨²n no las tiene.
Durante esos a?os sin licencia, con el ahora ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallard¨®n, como alcalde, el Ayuntamiento no inst¨® la clausura temporal de las instalaciones, sino que permiti¨® que funcionaran con normalidad.
Dinero p¨²blico, uso privado. El Club de Campo, una instituci¨®n elitista fundada a principios de siglo, pas¨® a manos del Ayuntamiento de Madrid en 1984. Posee el 51% de su capital; el resto se lo dividen, a partes iguales, Patrimonio del Estado y la Real Sociedad H¨ªpica. Ubicado junto a la Casa de Campo, tiene 22.000 socios y una lista de espera de d¨¦cadas.
Pese a que es completamente p¨²blico, los socios pagan 2.000 euros de cuota de suscripci¨®n y 700 euros de abono al a?o. A cambio, pueden usar sus equipamientos a un precio simb¨®lico, mientras que al resto de madrile?os la entrada les cuesta 40 euros, y usar la piscina, por ejemplo, otros 36.
El club se mantiene con ingresos propios, pero es el Ayuntamiento el que ha costeado la construcci¨®n y modernizaci¨®n de sus instalaciones. En 2012 ten¨ªa presupuestado recibir un mill¨®n de euros. En 2011 obtuvo 3,4 millones. En 2010 fueron 3,6 millones. Entre 2004 y 2009, recibi¨® 6,3 millones para construir, entre otros equipamientos, la citada piscina cubierta y el gimnasio.
Un pabell¨®n ¡°irregular¡±. El modo en el que se construy¨® el pabell¨®n-gimnasio fue denunciado por un particular ante la Fiscal¨ªa de Madrid, que lo consider¨® ¡°irregular¡± pero dict¨® que no exist¨ªa un delito de malversaci¨®n. El fiscal consider¨® probado que el Club de Campo recibi¨® una subvenci¨®n en 2007 para construir una sala de esgrima que sirviera para torneos internacionales.
Sin embargo, el club construy¨® un edificio cuyas dimensiones y ausencia de gradas imped¨ªa que fuera usada para es prop¨®sito. De hecho, esa supuesta sala de esgrima mut¨® en gimnasio, y al a?o siguiente recibi¨® otros 500.000 euros para material deportivo.
El fiscal considera que no hubo malversaci¨®n de dinero p¨²blico porque el fin ¨²ltimo de la instalaci¨®n sigue siendo deportivo. Sin embargo, en vez de una sala de esgrima para atraer a Madrid torneos internacionales, el dinero p¨²blico se us¨® desde el principio para construir un gimnasio, ¡°una actividad demandada por los socios¡± del club, seg¨²n el fiscal.
Obras sin licencia. Adem¨¢s de tener instalaciones que funcionan sin licencia, el Club de Campo tambi¨¦n pudo haber realizado obras sin permiso. Sin embargo, los expedientes abiertos en su contra han caducado sin que el ¨¢rea municipal de Urbanismo emitiera una resoluci¨®n. Es decir, las presuntas irregularidades prescribieron antes de que el propio Ayuntamiento tomara medidas. El pasado 13 de marzo, se archiv¨® por este motivo el expediente abierto por las obras en una pista de tiro, una terraza y una carpa dedicadas a usos hosteleros, y un ¨¢rea de doma ecuestre.
El tiempo transcurrido sin resoluci¨®n fue de cuatro a?os. Las presuntas irregularidades prescribieron, y as¨ª fueron archivadas.
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