La Generalitat ratifica la flexibilizaci¨®n de los ¡®correbous¡¯
La norma ampl¨ªa el control de los recintos tras la muerte de un espectador
El Gobierno catal¨¢n opt¨® por regular los correbous, los festejos tradicionales catalanes con toros en los que no se produce la muerte del animal, cuando prohibi¨® las corridas de astados. El tripartito aprob¨® una ley que limitaba la fiesta catalana, al restringir su celebraci¨®n a las localidades en las que el festejo era tradicional. CiU abri¨® la puerta ampliar los correbous. El reglamento, aprobado finalmente ayer, contiene pocos cambios respecto al proyecto que present¨® la Generalitat en mayo de 2012. Pese a que el texto abre la puerta a ampliar el n¨²mero de correbous si se garantiza la tradici¨®n, el consejero de Presidencia, Francesc Homs, descart¨® un aumento masivo de los festejos. ¡°No ser¨¢ un coladero¡±.
Uno de los pocos cambios introducidos en el texto servir¨¢ para aumentar la seguridad en los recintos en los que se celebran los correbous. En verano, justo cuando el reglamento estaba en exposici¨®n p¨²blica para posibles cambios, un hombre muri¨® en Deltebre (Tarragona) despu¨¦s de que le cayera encima una valla que proteg¨ªa a los espectadores del toro. El reglamento incluye una nueva norma, la obligaci¨®n de efectuar una revisi¨®n t¨¦cnica al recinto antes de que empiece el acto.
El reglamento del festejo
- El reglamento abre la puerta a ampliar el n¨²mero de correboussi los organizadores garantizan que el festejo ha sido tradicional en el pasado. En la ley se establec¨ªan qu¨¦ localidades ten¨ªan permiso para hacerlo, con el reglamento pueden ser m¨¢s.
- Despu¨¦s del accidente de agosto de 2012, en el que un hombre muri¨® al ca¨¦rsele una valla de protecci¨®n, el documento incluye la obligaci¨®n de que un t¨¦cnico revise las instalaciones antes de los festejos.
Los menores de 14 a?os pueden asistir como espectadores en los festejos, pero no pueden tener "participaci¨®n activa". Los responsables de las fiestas ser¨¢n los encargados de garantizar que se cumpla este precepto.
La concreci¨®n en este aspecto contrasta con la ambig¨¹edad en otros casos, como en la participaci¨®n de menores. El reglamento prohibe la ¡°intervenci¨®n activa¡± de menores de 14 a?os en los correbous, aunque permite su presencia en los festejos taurinos como espectadores. A?da Gasc¨®n, directora de la ONG AnimaNaturalis, afirma que esta prohibici¨®n queda clara en el caso de los bous embolats, modalidad en la que se adhieren breas en llamas en las astas del toro y que se lleva a cabo en instalaciones acondicionadas para la ocasi¨®n. Sin embargo, Gasc¨®n opina que el t¨¦rmino "intervenci¨®n activa" es "ambiguo" en el caso de los bous caplla?ats, modalidad consistente en dejar ir el animal por las calles de un municipio con una soga atada a los cuernos. "Para las pe?as taurinas intervenir activamente significa coger la cuerda del animal pero no correr al lado del toro, el reglamento no lo concreta, sigue dejando la puerta abierta", afirma.
El documento no ampl¨ªa el tiempo de los bous embolats, como ped¨ªan la asociaciaciones de pe?as taurinas de las Tierras del Ebro. Tanto estos como representantes de entidades animalistas mantuvieron reuniones con el Departamento de Interior durante la redacci¨®n del reglamento. A pesar de ello, Gasc¨®n opina que al final ¨¦ste ha resultado ser "un traje a medida para los taurinos porque no se protegen los animales".
Entre otros, la directora de AnimaNaturalis denuncia la imposibilidad de llevar ante los tribunales a los participantes en los encierros que propinen patadas a los toros. "Tanto la ley como el reglamento proh¨ªben herir al animal, pero nosotros tambi¨¦n pedimos la prohibici¨®n de acciones que aunque no causan da?os f¨ªsicos tambi¨¦n les afectan, como las patadas en el morro, que son usuales en los correbous", explica Gasc¨®n. Adem¨¢s, desde AnimaNaturalis a?aden que el reglamento no proh¨ªbe las corridas de toros incruentas realizadas en las plazas de dos ganader¨ªas de Alfara de Carles (Baix Ebre), que cada verano atraen a centenares de turistas. "Estas tientas son un limbo legal", concluye Gasc¨®n.
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