A la caza del sindicalista
?Qu¨¦ ha pasado para que los h¨¦roes del sindicalismo se conviertan de nuevo en objetivo a batir por la derecha m¨¢s reaccionaria?
A la 1.10 del 30 de noviembre de 1975 se abri¨® la puerta de la prisi¨®n m¨¢s famosa de Espa?a: Carabanchel. Un peque?o grupo de personas, con Marcelino Camacho al frente, recuperaban la libertad.
Atr¨¢s dejaban tres a?os de prisi¨®n. Hab¨ªan sido condenados en el famoso proceso 1.001 por fundar Comisiones Obreras. Hac¨ªa 10 d¨ªas que el dictador hab¨ªa muerto. El reci¨¦n ascendido al trono, Juan Carlos I, lo celebr¨® con un indulto parcial.
Esa ma?ana, unos 400 madrile?os se presentaron en la casa de Camacho. Le obligaron a bajar a la calle, donde fue homenajeado al grito de ?Marcelino, Marcelino!
Casi cuatro d¨¦cadas despu¨¦s, los l¨ªderes de los sindicatos de clase, CC OO y UGT, se ven acosados por los herederos pol¨ªticos de quienes enviaron a prisi¨®n a Camacho y sus compa?eros del 1.001. Se ha abierto la veda contra el sindicalista.
?Qu¨¦ ha pasado en esos 37 a?os para que aquellos h¨¦roes del sindicalismo se conviertan de nuevo en el objetivo a batir por la derecha m¨¢s reaccionaria?
La respuesta comenz¨® a fraguarse hace d¨¦cadas. Casualmente, estos d¨ªas ha fallecido una de las personas que con mayor dureza combati¨® a los sindicatos, Margaret Thatcher.
Si los comunistas eran su enemigo exterior, los sindicalistas eran ¡°el enemigo interior, mucho m¨¢s dif¨ªcil de combatir y m¨¢s peligroso para libertad¡±, dijo la exprimera ministra brit¨¢nica. Por cierto: ?Qu¨¦ sarcasmo considerar a los sindicalistas m¨¢s peligrosos para la libertad que su buen amigo el dictador Pinochet!
En Espa?a, a mediados de los noventa el rechazo al sindicalismo se instal¨® entre la derecha pol¨ªtica y medi¨¢tica. Hoy, han encontrado un fil¨®n en el repugnante caso de los ERE.
La juez Mercedes Alaya acusa, por el momento sin pruebas, a los sindicatos UGT y CC OO de haber cobrado hasta 6,5 millones de euros en comisiones ilegales. La justicia dictaminar¨¢ en su d¨ªa si han participado en el bot¨ªn de los ERE. Pero, de momento, la derecha rabiosa ha iniciado la cacer¨ªa final del sindicalista. ¡°Una guerra despiadada¡±, en palabras del presidente Gri?¨¢n.
Los dirigentes Manuel Pastrana (UGT) y Francisco Carbonero (CC OO) han rechazado que sus organizaciones hayan violado la ley. Y como nadie est¨¢ libre de tener un garbanzo negro en su puchero, Pastrana advierte: ¡°Si alguien ha metido la mano, que se le juzgue y se le castigue¡±.
La corrupci¨®n no perdona. Ni al rey, cuya hija acaba de ser imputada, ni a los sindicatos. Ni a los dirigentes pol¨ªticos, ni a los empresarios.
Pero la derecha perdona m¨¢s a unos que a otros: cinismo pol¨ªtico. Cuando el expresidente de la patronal D¨ªaz Ferr¨¢n fue enviado a la c¨¢rcel, no se extendi¨® la acusaci¨®n de corrupci¨®n a la c¨²pula empresarial. Mientras B¨¢rcenas, ¡°ese se?or que ya no trabaja en el PP¡±, aunque hasta el 31 de enero estuviera en la n¨®mina ¡ª?22.400 euros al mes!¡ª del partido, Juan Lanzas es ¡°el sindicalista¡± que mov¨ªa los ERE, aunque abandonara la UGT hace 11 a?os.
?Para qu¨¦ seguir! El objetivo est¨¢ claro: Rajoy entreg¨® todo el poder al empresario con su reforma laboral y la PPPP (Prensa Palmera del PP) intenta arrojar el sindicalismo al basurero de la historia.
Pero esa guerra no pueden ganarla. No deben ganarla. Ahora que tanto elogian la figura del Rey y lo que hizo en la Transici¨®n, para tapar los garbanzos negros de su familia, es preciso recordar que otros muchos colaboraron en la recuperaci¨®n de las libertades. Por ejemplo, aquellos sindicalistas que salieron de Carabanchel hace 37 a?os, y miles de militantes de la centenaria UGT que formaron parte de la vanguardia en la lucha antifranquista.
?Qu¨¦ ahora tienen un garbanzo negro? El que est¨¦ libre de garbanzos negros, que tire la primera piedra. Lo que desde luego no significa que no deba ser apartado, juzgado y condenado.
@JRomanOrozco
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