Una testigo del ¡®caso G¨¹rtel¡¯ denuncia a Boadilla por acoso laboral

¡°Ya estoy harta, no aguanto m¨¢s el acoso que llevo padeciendo en el Ayuntamiento. Me est¨¢n impidiendo realizar mi trabajo¡±. Con estas palabras describe Ana Mar¨ªa Garrido, t¨¦cnico de Juventud del Ayuntamiento de Boadilla del Monte, la situaci¨®n que le ha llevado a presentar el lunes pasado una demanda ante el juzgado de lo social de M¨®stoles en la que reclama la extinci¨®n del contrato que mantiene con el Consistorio por acoso laboral. Las razones reales del conflicto, seg¨²n el escrito: una demanda que interpuso contra el Ayuntamiento en mayo de 2012 por no estar de acuerdo con su sueldo, y testificar en 2010 contra cargos del PP ante el Tribunal Superior de Justicia de Madrid que est¨¢n implicados en el caso G¨¹rtel.

La demanda incluye supuestas conversaciones entre la empleada p¨²blica y su jefe inmediato, Adolfo Arias, concejal de Juventud, de las que se desprende que existen indicaciones de la alcald¨ªa para impedirle sacar adelante el Plan Integral de Juventud, que le hab¨ªan encargado. Entre ellas, una en las que el edil le comunica a Garrido que el alcalde, Antonio Gonz¨¢lez Terol, le hab¨ªa dado instrucciones para que le siguiera dando de lado y ¡°le diera largas¡±, diciendo entre otras frases: ¡°Es que al final parece que el mobbing lo hago yo¡±.

El Ayuntamiento rechaza esta acusaci¨®n de la denuncia por mobbing de Garrido. Aducen que se la consider¨® la persona id¨®nea por su val¨ªa para encargarle la redacci¨®n del Plan de Juventud cuando volvi¨® a su puesto, incluso con un incremento de sueldo. Respecto a las acusaciones de que esta ¡°supuesta situaci¨®n¡± deriva del caso G¨¹rtel, recuerdan que el Ayuntamiento se ha desvinculado e, incluso, se ha personado como acusaci¨®n particular.

Garrido regres¨® a su puesto en junio de 2011, tras superar una depresi¨®n de a?o y medio, que le provoc¨® las supuestas represalias que sufri¨® cuando se neg¨® a participar en contrataciones municipales que consideraba irregulares cuando era alcalde Arturo Gonz¨¢lez Panero, implicado en la trama G¨¹rtel. ¡°Hasta prohibieron a gente del Ayuntamiento desayunar conmigo¡±, relata. Tras la baja pidi¨® una excedencia. ¡°Todav¨ªa no me ve¨ªa con fuerzas para regresar al Ayuntamiento y enfrentarme a las mismas personas¡±, explica.

Cuando se reincorpor¨®, Garrido se encontraba a salvo. El equipo de gobierno, tambi¨¦n del PP, se hab¨ªa renovado completamente tras el esc¨¢ndalo de la G¨¹rtel, que oblig¨® a dimitir a dos alcaldes: Arturo Gonz¨¢lez Panero y Juan Jes¨²s Siguero, su sucesor; al director general del Ayuntamiento, Tom¨¢s Mart¨ªn Morales, y al diputado auton¨®mico y gerente de la Empresa Municipal del Suelo del municipio, Alfonso Bosch. ¡°Decido volver porque hay predisposici¨®n de cambio. Solo quer¨ªa recuperar mi puesto de trabajo¡±, sostiene. Entra as¨® en el puesto de t¨¦cnico de Juventud.

Despu¨¦s de las vacaciones de verano, Garrido comienza a organizar el Plan de Juventud. En ese momento ya hab¨ªa interpuesto la demanda por no estar de acuerdo con la remuneraci¨®n que recib¨ªa al estar ejerciendo las labores de jefa de ¨¢rea. ¡°Esto supuso un punto de inflexi¨®n en mi relaci¨®n con el Ayuntamiento¡±, sostiene. Pasa el mes de septiembre y octubre, y el concejal de Juventud, rehusa reunirse con ella y no contesta a sus correos electr¨®nicos.

El 14 de noviembre de 2012, lo consigue. Arias le confiesa entonces que recib¨ªa ¨®rdenes de no despachar con ella, de hacerle el ¡°vac¨ªo¡± y de tener paralizado el plan. La edil empieza entonces a sufrir ataques de ansiedad. Lo que le lleva a interporner la demanda en la que solicita una indemnizaci¨®n de unos 180.000 euros por los da?os causados durante todos estos a?os y por despido improcedente.