La cr¨ªtica musical como fracaso de p¨²blico
Diego A. Manrique lamenta la incapacidad de articular un discurso que llegue una mayor¨ªa de "peque?as minor¨ªas"
La cr¨ªtica de m¨²sica pop en Espa?a "ha fracasado"? en la "tarea hist¨®rica" de "llegar a un p¨²blico m¨¢s amplio", lament¨® el cr¨ªtico Diego A. Manrique este jueves en La Nau Centre de Cultura, en un debate sobre La historia del pop como retrato de una sociedad, al hilo de la publicaci¨®n del libro Jinetes en la tormenta. La aseveraci¨®n ven¨ªa a cuento de una pregunta del catedr¨¢tico de Matem¨¢ticas Luis Puig, que actuaba como entrevistador, y prosegu¨ªa con el contraste de Portugal, que cuenta con "una prensa musical m¨¢s respetada y duradera que la nuestra". Ambos participaron en el espacio de debate Claustre Obert, creado por la Universitat de Val¨¨ncia y EL PA?S.?
"No hemos sabido articular un discurso capaz de llegar a las peque?as minor¨ªas que conforman una mayor¨ªa", aclaraba este periodista de m¨¢ximo prestigio entre los del propio oficio. "No conectamos con gente que no tiene tanto tiempo como nosotros para seguir novedades y artistas", a?ad¨ªa y dejaba apuntado: "Algo ha fracasado en nuestra capacidad de comunicaci¨®n cara al p¨²blico". Buceando en las ra¨ªces del fracaso, Manrique record¨® que durante a?os el periodismo musical fue una plataforma por la que "periodistas ambiciosos saltaban a otro mundo". Como ejemplos, puso a Luis Mari?as, Luis del Olmo o Jos¨¦ Mar¨ªa I?igo. Este ¨²ltimo se hizo famoso por presentar a otro tipo de "artistas", como Uri Geller, que doblaba cucharillas sin tocarlas en televisi¨®n.
Al final, "nos hemos quedado los m¨¢s cabezones y empe?ados en que la m¨²sica pop es demasiado seria para tom¨¢rsela en broma", dijo con un deje de melancol¨ªa. "Llevo 40 a?os y pr¨¢cticamente me he quedado solo respecto a mi generaci¨®n", concluy¨® en este apartado este periodista nacido en un pueblo de Burgos en 1950.
La idea de El Ambig¨², el programa de Radio 3 que le dio una popularidad a?adida y no tuvo un buen final, era ofrecer "entremeses fr¨ªos y calientes¡±, como el propio nombre sugiere. "Era tan bonito y personal que en alg¨²n momento decidieron que disfrutaba demasiado haciendo aquello y se cargaron el programa", manifest¨®. "?No vale pasarlo bien?", inquiri¨® Luis Puig. "En el stablishment hay un corolario consistente en que los programas musicales de radio se hacen con la gorra¡±. Un ejemplo. Fernando Argenta, director de Cl¨¢sicos populares y El conciertazo le dijo "lo que haces t¨² es sentarte y empezar a poner discos". Suspira Manrique: "Si ni siquiera quien fue guitarrista de Micky y los Tonys [grupo de rock de los sesenta] entiende lo que hay detr¨¢s de un programa de m¨²sica pop, lo tienes dif¨ªcil". Una de las cosas que le daba "mucha energ¨ªa" era ir detr¨¢s del programa de Ram¨®n Trecet. "Tener un talib¨¢n a tu lado te da energ¨ªa".
Tambi¨¦n se refiri¨® a una "especie de sordera del mundo intelectual respecto a la m¨²sica popular", caracter¨ªstica que viene de lejos y le retrotrajo a sus or¨ªgenes como periodista que abandon¨® la carrera de Derecho al ser aceptado en la revista Triunfo tras constatar "el baj¨ªsimo nivel que hab¨ªa en las publicaciones" y escandalizarse por algunos ¡°art¨ªculos que se podr¨ªan calificar m¨¢s que ignorantes¡± sobre la cultura rock. ¡°No pueden escribir esto porque aunque tengan las firmas m¨¢s prestigiosas; los art¨ªculos son deplorables¡±, les vino a decir. "Escr¨ªbalos usted si es capaz", le vinieron a contestar. Y lo hizo.
No quedaron mejor parados la mayor¨ªa de los pol¨ªticos, incluido Tony Blair que tuvo su propio grupo de rock en su juventud. Y no digamos David Cameron, que presumi¨® de ser seguidor de los Smiths. "Puro marketing pol¨ªtico", remat¨®.
Sugiere a los periodistas usar la Wikipedia y en general la Red con comedimiento. "Si usas las mismas fuentes que los dem¨¢s, los art¨ªculos se parecen unos a otros", dijo, y apost¨® por contar ¡°cosas que uno ha vivido y ha apreciado con sus propios ojos¡±.?
Uno de los cap¨ªtulos del libro Jinetes en la tormenta est¨¢ dedicado a artistas afroamericanos. Subray¨® la cantidad de "artistas blancos que est¨¢n trabajando sobre hallazgos de artistas negros" y explic¨® que ese cap¨ªtulo es "una forma de reivindicar ese papel". Otro est¨¢ dedicado a artistas raros, malditos e insumisos. Fue desmitificador con eso: "Tienen una vida fascinante, pero son duros para convivir con ellos" y cont¨® an¨¦cdotas personales y dolorosas con Poch, de Derribos Arias. ¡°Me pone de los nervios la fascinaci¨®n ciega que hay en el mundo del rock por algunos personajes que est¨¢n en la frontera de la locura¡±. Puso como ejemplo a Daniel Johnston.
Las conversaciones con Diego A. Manrique suelen estar llenas de an¨¦cdotas jugosas y argumentos contundentes. Esta, moderada por el vicerrector de Cultura, Antonio Ari?o, no fue menos. Una de las hilarantes fue la referida a Lauren Postigo, "cr¨ªtico musical e impulsor de la copla andaluza", seg¨²n se lee en Wikipedia. Era "el moderno" del sello Discophon, que public¨® a Dylan en Espa?a en los setenta. Discopohon se hizo con los derechos para Espa?a de Fania? R¨¦cords, sello de salsa por excelencia y lo que hizo Postigo para celebrarlo y promocionarlo, record¨® Manrique, fue invitar a todo el mundo a "una cena medieval". ?Hay quien d¨¦ m¨¢s??
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