Johann Hari, periodista: ¡°Est¨¢ muy arraigada en nuestra cultura la idea de que la obesidad es un pecado¡±
El escritor publica ¡®Adelgazar a cualquier precio¡¯, un libro donde, a partir de su experiencia con estos f¨¢rmacos, emprende un viaje sombre el impacto de estos revolucionarios tratamientos para perder peso
Un par de d¨ªas despu¨¦s de empezar a tomar Ozempic, cuenta el periodista y escritor Johann Hari (Glasgow, 46 a?os), se despert¨® con una sensaci¨®n extra?a, desconocida para ¨¦l: no ten¨ªa hambre. Se levant¨® de la cama y sali¨® a desayunar al bar de siempre el desayuno de costumbre, un bocadillo de pollo con mayonesa. Le dio un par de bocados y no pudo terminarlo. Estaba lleno. El medicamento, perteneciente a esa generaci¨®n de f¨¢rmacos que han revolucionado la lucha contra la obesidad al imitar el efecto de una hormona (la GLP-1) que nos avisa cuando estamos llenos, le estaba devolviendo una percepci¨®n perdida: la de la saciedad.
Hari relata esta y otras an¨¦cdotas sobre su experiencia con estos medicamentos en su nuevo libro Adelgazar a cualquier precio. C¨®mo Ozempic y otros f¨¢rmacos van a revolucionar nuestra alimentaci¨®n y nuestra salud f¨ªsica y mental (Pen¨ªnsula), que hoy llega a las librer¨ªas. En esas p¨¢ginas, el periodista, que ha sufrido sobrepeso desde joven, emprende un viaje, de la mano de expertos en obesidad y cient¨ªficos que han participado en el desarrollo de los novedosos f¨¢rmacos, por los beneficios y riesgos de estos tratamientos, las incertidumbres que les rodean y los escenarios inciertos que abren en el campo de la salud y m¨¢s all¨¢ de ella. El periodista atiende a EL PA?S por videoconferencia desde Londres.
Pregunta. Ha hablado con muchos cient¨ªficos. ?Qu¨¦ es lo que m¨¢s le ha impresionado de lo que le han contado?
Respuesta. Lo que la obesidad realmente le hace a uno. Desde que ten¨ªa siete a?os sab¨ªa que el sobrepeso no es bueno para la salud, pero me sorprendi¨® la evidencia de lo grave que es. Si usted es obeso, es mucho m¨¢s probable que sufra un infarto, un ictus, demencia y c¨¢ncer. Si uno es obeso cuando tiene 18 a?os, tiene un 70% m¨¢s de posibilidades de desarrollar diabetes tipo 2. Y la diabetes es la principal causa evitable de ceguera en Reino Unido y de amputaci¨®n de una extremidad en los Estados Unidos.
P. Asegura que estos f¨¢rmacos contra la obesidad est¨¢n destinados a ser el medicamento definitorio de nuestro tiempo, como las p¨ªldoras anticonceptivas o el Prozac en otros momentos del siglo pasado, por ejemplo. ?Por qu¨¦ lo dice?
R. Porque la obesidad es la mayor causa de muerte en el mundo occidental. Y ahora tenemos un medicamento que, si lo tomas, la revierte y acaba con ella. Es asombroso. As¨ª que todos los que tenemos sobrepeso u obesidad tenemos una opci¨®n, pero tenemos que comparar los riesgos de seguir siendo obesos con los riesgos de estos medicamentos y pensarlo mucho. [Estos f¨¢rmacos] Van a tener efectos enormes.
P. ?C¨®mo pueden cambiar nuestras vidas y nuestra cultura?
R. El cambio es enorme. Jefferies Financial, que es una consultora financiera, hizo un informe para las compa?¨ªas a¨¦reas estadounidenses diciendo que pueden tener que gastar mucho menos dinero en combustible para aviones, porque cuesta m¨¢s dinero volar con personas con m¨¢s peso y esa va a ser una poblaci¨®n mucho m¨¢s reducida. Tambi¨¦n en Los ?ngeles ha habido un aumento de la demanda de joyeros para cambiar y ajustar los anillos de boda porque la gente ha perdido tanto peso que los anillos ya no les sirven en sus dedos. Aproximadamente, el 20% de los estadounidenses ya han probado estos medicamentos. Esto es enorme. Se trata de un asombroso avance cient¨ªfico que va a cambiar profundamente la sociedad para bien y para mal.
"Los alimentos que comemos est¨¢n socavando nuestra capacidad de sentirnos llenos¡±
P. Sobre esa parte negativa, expone algunas cuestiones que conlleva el consumo de estos medicamentos, como el riesgo de perder la cultura del body positive o qu¨¦ suceder¨ªa si las personas con trastornos alimentarios acceden a estos f¨¢rmacos que ayudan a bajar de peso. ?Ha encontrado respuestas a estas preguntas?
R. La invenci¨®n de estos f¨¢rmacos es como el descubrimiento del fuego. El fuego es una gran herramienta si lo uso para calentar mi casa, pero es terrible si la uso para quemar mi casa. Y de la misma manera, cuando se descubre algo tan poderoso como esto, tendr¨¢ grandes efectos positivos y grandes efectos negativos. Si tienes sobrepeso u obesidad y comienzas a tomar estos medicamentos, por poner un ejemplo, tienes un 20% menos de probabilidades de sufrir un ataque card¨ªaco o un derrame cerebral en los pr¨®ximos 18 meses. Pero tambi¨¦n has mencionado algo que me preocupa mucho: cuando tomas estos medicamentos, comes mucho menos; y eso es bueno si eres obeso como yo, pero gente con un trastorno alimentario, anorexia por ejemplo, si est¨¢ delgada y comienza a tomar estos medicamentos, puede matarse con ellos. Por lo tanto, una de las cosas que debemos hacer es regular muy estrictamente estos medicamentos.
P. En el libro tambi¨¦n ahonda en qu¨¦ hace que los alimentos ultraprocesados sean tan adictivos. ?Provocan una especie de cortocircuito en nuestros sistemas cerebrales?
R. Si miras una fotograf¨ªa de una playa en Espa?a en 1979, el a?o en que nac¨ª, todo el mundo est¨¢ muy delgado y te preguntas: ?d¨®nde est¨¢n las personas obesas? Entonces, la obesidad era muy baja. Los seres humanos modernos existen desde hace 300.000 a?os, pero la obesidad era extremadamente rara. Y, b¨¢sicamente, durante mi vida, explot¨®. ?Qu¨¦ pas¨®? Sabemos la respuesta: la obesidad se dispara en todos los lugares en los que las personas hacen un cambio, cuando pasan de consumir principalmente alimentos frescos que preparaban ese d¨ªa a comer principalmente alimentos procesados y ultraprocesados, es decir, los alimentos est¨¢n compuestos por sustancias qu¨ªmicas en las f¨¢bricas en un proceso que ni siquiera se llama cocci¨®n, se llama fabricar alimentos. Este nuevo tipo de alimento nos afecta de maneras muy diferentes. Los alimentos que comemos est¨¢n minando nuestra capacidad de sentirnos llenos y estos nuevos medicamentos lo que hacen es devolverte la sensaci¨®n de saciedad.
P. ?Y qu¨¦ hay de la responsabilidad de la industria en este contexto?
R. Necesitamos regular la industria alimentaria para evitar que los ni?os est¨¦n expuestos a estos alimentos que los enferman y socavan su capacidad de sentirse llenos. Hablo de una soluci¨®n a largo plazo y necesitamos construir un movimiento que lo exija. Cuando empec¨¦ a tomar los medicamentos, sent¨ª un verdadero dilema. Porque pens¨¦: ?podr¨ªa escribir este libro sobre c¨®mo debemos abordar las causas profundas y subyacentes de nuestros problemas, no solo los s¨ªntomas? Aqu¨ª estoy con un problema, la obesidad, claramente causado por el entorno, ?y qu¨¦ estoy haciendo? Estoy tratando el s¨ªntoma. Fui a ver a una amiga y le dije que cre¨ªa que deber¨ªa dejar de tomar estos medicamentos porque estaba siendo hip¨®crita. Y ella me dio una analog¨ªa muy buena: si tu casa est¨¢ en llamas, puedes proponer que debemos cambiar las normas de construcci¨®n para que las casas se construyan con materiales menos inflamables y que necesitamos tener detectores de humo y rociadores de agua. Y todas esas son muy buenas ideas. Pero si tu casa est¨¢ en llamas, tienes que llamar a los bomberos y luego ya veremos lo de las normas de construcci¨®n. Creo que necesitamos hacer ambas cosas: debemos ocuparnos de la emergencia inmediata y prepararnos para tratar el problema a largo plazo.
¡°Debemos regular muy estrictamente medicamentos como Ozempic¡±
P. ?Cu¨¢nto pesa el estigma en la obesidad y en este contexto con los nuevos f¨¢rmacos?
R. Yo me sent¨ª como si estuviera haciendo trampas. Sent¨ª que estaba haciendo algo malo y analic¨¦ la historia de c¨®mo pensamos acerca de la obesidad. Est¨¢ muy arraigada en nuestra cultura la idea de que la obesidad es un pecado. Admiramos la p¨¦rdida de peso si implica sufrimiento: si pasas por la agon¨ªa, si te mueres de hambre y haces esas reglas extremas de ejercicio, es casi como si fueras al purgatorio y luego dej¨¢ramos que te perdonaran. Por eso creo que una de las razones por las que nos sentimos tan inc¨®modos con estos medicamentos es porque es como si te salieras con la tuya sin el castigo. ?Pero de d¨®nde sacamos la idea de que la obesidad es un pecado que hay que castigar? Yo no invent¨¦ la comida procesada. La diferencia entre la playa en Espa?a en 1979 y la forma en que vivimos ahora no es que de repente nos hayamos vuelto inmorales, es que estuvimos expuestos a alimentos que socavan nuestra capacidad de sentirnos llenos. No es un juicio moral. Por lo tanto, creo que debemos reformular la forma en que pensamos sobre estos problemas para entender la raz¨®n por la que muchos de nosotros aumentamos de peso. Hay, por supuesto, cierta responsabilidad personal, pero se debe a un gran cambio en el entorno.
P. La expansi¨®n de estos f¨¢rmacos est¨¢ empezando, probablemente llegar¨¢n otros todav¨ªa m¨¢s eficaces. ?Hacia qu¨¦ nuevo mundo nos dirigimos?
R. Como me dijo uno de los cient¨ªficos que desarrollaron estos medicamentos: hemos descifrado el c¨®digo que controla el apetito humano. Son hormonas intestinales y hay muchas hormonas intestinales que se relacionan con el apetito, por lo que podemos tener medicamentos m¨¢s sofisticados con cada vez menos efectos secundarios. Creo que vamos a poder controlar el apetito humano de una manera que no hab¨ªamos podido controlarlo antes. Y creo que veremos una reducci¨®n realmente significativa de la obesidad y los problemas de salud asociados, suponiendo que no descubramos alg¨²n efecto catastr¨®fico que se desconociera anteriormente, lo que veo bastante improbable dado que los diab¨¦ticos llevan casi 20 a?os tomando los medicamentos, pero no se puede descartar. Y vamos a ver todo tipo de efectos impredecibles en la cultura, en la opini¨®n de las personas con respecto a su cuerpo y en la econom¨ªa.
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