Josep Borrell estuvo aqu¨ª (en 1551)
Hallados en el aljibe de Mont Sant de X¨¤tiva grafitis del siglo XVI al XX, que se podr¨¢n visitar hasta el 5 de mayo
En noviembre pasado, el aljibe del paraje de Mont Sant (X¨¤tiva), situado actualmente en los terrenos de un hotel, fue vaciado para realizar una limpieza rutinaria. Cuando baj¨® al aljibe, el nuevo director del establecimiento, el arquitecto Arturo Sanz, tuvo la sensibilidad suficiente como para advertir el valor monumental de la cisterna y sus posibles usos tur¨ªstico-culturales. Sanz y el propietario de las instalaciones, Vicent Quilis, pidieron asesoramiento al arque¨®logo Josep Antoni Gisbert, que no s¨®lo confirm¨® el valor de la construcci¨®n, que ya era conocido, sino que descubri¨® sobre sus muros numerosos grafitis fechados entre los siglos XVI al XX.
El hallazgo ¡°es otro archivo de X¨¤tiva¡±, explic¨® ayer Gisbert, puesto que aparecen nombres, fechas y otros motivos que complementan la informaci¨®n sobre la historia de la ciudad. A lo largo de cinco siglos, los visitantes dejaron constancia de su paso en los muros del aljibe, y eso s¨®lo pudo ocurrir durante el vaciado peri¨®dico para su limpieza y en los contados momentos en los que la instalaci¨®n cay¨® en desuso, como en el siglo XIX, cuando fue empleada como caserna defensiva durante la Guerra del Franc¨¦s y las guerras carlistas.
El grafiti m¨¢s antiguo hallado hasta el momento data del a?o 1500, y el ¨²ltimo, de 1922. Las inscripciones son las habituales en estos casos: nombre, fecha y, en ocasiones, el cargo p¨²blico que ocupa. ¡°Antoni Franc¨¦s, Just¨ªcia de X¨¤tiva. Any 1551¡±, ¡°Josep Borrell, 1551¡±, ¡°Dona Juana e Dona Maria, escrivanes¡±, o ¡°Jurats Pedro Mar¨ªn, Vicent Guitar, 1550¡±, son algunos ejemplos. Algunos nombres masculinos (y esto parece que no pasa de moda) aparecen enmarcados por el dibujo de un falo. El ¨²ltimo grafiti fue escrito hacia 1922 por Jos¨¦ Jord¨¢n Jover, uno de los guionistas del c¨¦lebre c¨®mic Roberto Alc¨¢zar. El intr¨¦pido aventurero espa?ol. Se sabe que Jord¨¢n estuvo en Mont Sant porque en esa fecha escribi¨® un poema sobre el paraje. Tras su paso, ya nadie m¨¢s grab¨® su nombre en el aljibe.
Tambi¨¦n destacan otros motivos figurativos, como la silueta de dos barcas de vela triangular, ¡°que parecen fluviales, no mar¨ªtimas¡±, especific¨® ?ngels Casanovas, miembro del equipo del Museu Arqueol¨°gic de Catalunya que est¨¢ realizando los primeros calcos experimentales sobre papel para el estudio de los grafitis. ¡°A lo largo de la historia¡±, agreg¨® Casanovas, ¡°a la gente le ha gustado siempre dejar huella, dejar constancia de su existencia¡±. As¨ª ocurre, por ejemplo, en las murallas y castillos de D¨¦nia, Sax o Forna.
La visita guiada a este aljibe de m¨¢s de once metros de altura, formado por cuatro naves con arcos g¨®ticos y b¨®vedas de ca?¨®n, se podr¨¢ realizar en dos turnos diarios hasta el 5 de mayo. Una oportunidad ¨²nica, porque esta gran construcci¨®n subterr¨¢nea, que recoge las aguas de la ladera norte del castillo de X¨¤tiva, volver¨¢ a llenarse para cumplir su funci¨®n: regar los extensos huertos y jardines del paraje.
Aunque ya se conoc¨ªa desde antiguo la existencia del aljibe y la documentaci¨®n es profusa, no deja de asombrar su monumentalidad. Construido entre 1475 y 1500, seg¨²n Gisbert, algunos autores le adjudican un posible origen romano. La cisterna cubri¨® las necesidades de las monjas de la orden del C¨ªster que en el siglo XIV habitaban el antiguo monasterio de Mont Sant, que desde 1580 pas¨® a estar ocupado por monjes del tambien cisterciense monasterio de Santa Maria de la Valldigna hasta principios del siglo XIX.
¡°Estamos estudiando c¨®mo compaginar en adelante el uso habitual de abstecimiento de agua del aljibe con las visitas¡±, se?al¨® Arturo Sanz, que ha logrado recuperar varios elementos arquitect¨®nicos del antiguo cenobio durante la reciente restauraci¨®n del hotel. De momento, el pr¨®ximo verano se iniciar¨¢n excavaciones arqueol¨®gicas en la propiedad para intentar rescatar la iglesia del monasterio.
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