El candidato
Cualquier l¨ªder de la oposici¨®n en forma estar¨ªa sacudiendo al presidente en velocidad dial¨¦ctica, cercan¨ªa y dicci¨®n
Necesitamos el flequillo rubio de Robert Redford, un mech¨®n de luz capaz de sacudirse bajo el aire encendido. Recuerdo la pel¨ªcula El candidato, pienso en Bill McKay y me pregunto si no hay por ah¨ª alg¨²n profesional joven, con todo ese equilibrio tan dif¨ªcil de magnetismo, discurso y compasi¨®n, dispuesto a proyectarse sobre la ciudadan¨ªa m¨¢s incr¨¦dula de las ¨²ltimas tres d¨¦cadas y ofrecer un mensaje de esperanza y piedad. Ese nuevo candidato del Partido Socialista no tendr¨ªa que dirigirse ¨²nicamente a su masa votante: tambi¨¦n hacia el resto de la poblaci¨®n, que contempla c¨®mo el partido gobernante va desmantelando, de manera concisa y paulatina, el Estado del bienestar, entendido como un Estado Social y de Derecho, dentro de una Constituci¨®n que se reclama cuando conviene, pero que es postergada a los estudios universitarios.
Analicemos bien la situaci¨®n. Estamos ante un presidente del Gobierno no ¨²nicamente poco carism¨¢tico, sino con escasa voluntad de comunicaci¨®n ciudadana. Esas comparecencias por televisor de plasma, mientras la gente se derrumba econ¨®mica, social y an¨ªmicamente, no son ¨²nicamente uno de los mayores patinazos de este hombre ¡ªs¨®lo comparable a los alardes l¨ªricos de su ¡°ni?a¡± legendaria, o ecologistas, con ¡°Yo tengo un primo que me ha dicho que no hay cambio clim¨¢tico¡±¡ª, sino una acreditaci¨®n, manifiesta y directa, del escaso inter¨¦s por la pedagog¨ªa en sus comparecencias. La base del mensaje viene a ser: esto tiene que ser as¨ª, porque no hay otra manera y ustedes lo tienen que aceptar con paciencia. Sin embargo, parte del PP ha tenido una escuela de comunicaci¨®n diferente: me refiero a las gentes que vienen de UCD, con un presidente como Adolfo Su¨¢rez, tan magistralmente retratado en El azar de la mujer rubia, de Manuel Vicent, con el enfoque novelesco en el olvido del presidente como f¨®rmula narrativa, que envuelve y dinamita la poes¨ªa radical de una realidad enso?ada. Porque Su¨¢rez, adem¨¢s de ser un tipo encantador ¡ªun poco en la l¨ªnea Redford / Bill McKay¡ª, comparec¨ªa cada vez que hac¨ªa falta, porque se sent¨ªa en la obligaci¨®n de explicarse y nombrar la letra peque?a del discurso: as¨ª, se habla mucho de ¡°la herencia recibida¡±, pero tambi¨¦n el af¨¢n comunicativo, con su respeto a la ciudadan¨ªa desde una exposici¨®n real ¡ªsin plasmas ni ectoplasmas¡ª, fue la ¡°herencia recibida¡± en la zona centrista del PP.
Cualquier l¨ªder de la oposici¨®n medianamente en forma estar¨ªa sacudiendo al presidente en velocidad dial¨¦ctica, apostura, cercan¨ªa y dicci¨®n
En estas condiciones, cualquier l¨ªder de la oposici¨®n medianamente en forma estar¨ªa sacudiendo al presidente en velocidad dial¨¦ctica, apostura, cercan¨ªa y dicci¨®n. Lo curioso es que Rubalcaba tiene fondo y gana en las distancias medias, pero ahora es necesario un candidato que no tenga un pasado que lo lastre y que pueda contemplar la juventud del futuro inmediato. O sea: alguien que no sea Rubalcaba, y que tampoco est¨¦ condicionado por la ambig¨¹edad territorial, como sucede con la valiosa Carme Chac¨®n.
Esto no lo demanda ¨²nicamente la base del PSOE ni de la izquierda: lo requiere toda la sociedad, porque es necesario un contrapeso pol¨ªtico que tenga en cuenta los tiempos cambiantes. No digo que el candidato tenga que salir directamente de la calle, pero ha de estar en la calle. Ha de haber trabajado. Ha de conocer la tensi¨®n de la acera, tiene que haber le¨ªdo Indignaos, de St¨¦phane Hessel, y haber escuchado a Jos¨¦ Luis Sampedro, asumir la injusticia terrible del desahucio y comprender que mientras los pol¨ªticos no se remanguen y se pongan por fin a pie de obra ¡ªesa obra coral, valiente, c¨ªvica, de la construcci¨®n colectiva¡ª, no van a bajarse, de verdad, de su coche oficial.
Con la sociedad en red ¡ªaunque Rajoy no la entienda as¨ª: vean su v¨ªdeo ¡°Me gusta Catalunya¡±¡ª, cada ciudadano es un espacio de comunicaci¨®n. El descr¨¦dito pol¨ªtico ha erosionado tanto, que hace falta empezar de nuevo para poder seguir. No es que sea momento para buscar un nuevo candidato: es que sin nuevo candidato no habr¨¢ momento, ni para el PSOE ni para Espa?a. Necesitamos una nueva forma de hacer pol¨ªtica ¡ªnacional, auton¨®mica, municipal¡ª que est¨¦ menos pendiente de la foto de promoci¨®n interna, para fajarse bien en el terreno y construir una nueva moralidad p¨²blica, en la que la dignidad de cada ciudadano no se tenga que reclamar en la calle ni la decencia de los pol¨ªticos se compruebe sobre las mesas del juzgado. Un mundo sin ERE fraudulentos, en que la amnist¨ªa fiscal no sea la mejor medida contra el fraude, ni la emigraci¨®n se llame ¡°movilidad exterior¡±. El nuevo candidato, o candidata, deber¨¢ enarbolar la ¨¦tica pol¨ªtica.
Joaqu¨ªn P¨¦rez Aza¨²stre es escritor.
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